El progreso mató a las estrellas de radio
U2 se mantiene siendo la banda de rock más grande del mundo pero Bono declara que ellos solo quieren volver a estar en la radio.
U2 quiere regresar a la radio. A pesar de las 5 millones de copias vendidas del 12º álbum de la banda, "No Line On The Horizon" del año pasado, y de las buenas críticas que el álbum consiguió, falló en generar lo que Bono considera la clave del elemento pop, un hit.
En diciembre, su banda llevará el grotescamente ambicioso U2 360º Tour, el más grande show de todos los tiempos, a Australia.
Los números detrás del show son alucinantes. La gira cuesta alrededor de 750 mil dólares diarios; el escenario que pesa 390 toneladas, requiere de dos grúas de 50 toneladas, 180 camiones y 6 aviones 747 solo para transportarlo.
Sin embargo, el objetivo del show, creado para alcanzar una relación íntima entre la banda y 70 a 90 mil espectadores por noche, es alcanzado regularmente.
No es de U2 dormirse en sus laureles. Incluso si la banda se encuentra en medio camino de una gira mundial que indudablemente se convertirá en la de mayor recaudación al momento que concluya el próximo año, ellos siguen mirando hacia adelante.
Han pasado gran parte de este año trabajando en un álbum producido por Danger Mouse, pseudónimo del as de la producción americana Brian Burton (produjo trabajos para Gnarls Barkley y Gorillaz, entre otros).
Se lo espera para principios del próximo año, y será precedido por un single en diciembre.
"Tenemos alrededor de 12 canciones con Danger Mouse," dice Bono. "Es el álbum que probablemente vamos a sacar próximamente, porque esta sucediendo muy fácilmente."
El cantante agrega que, en un momento de creatividad, U2 está trabajando en otros dos proyectos.
El primero es un álbum inspirado en música estilo club con el rapero de los Black Eyed Peas, will.i.am, el DJ francés David Guetta y el colaborador de Lady Gaga, RedOne. Además, Bono y Edge están tratando de vender a sus compañeros, Adam Clayton y Larry Mullen Jr., el concepto de un álbum de U2 basado en 20 canciones que los dos han escrito para el musical Spider-Man que se estrena en Broadway el próximo mes.
"Estamos experimentando descubrir diferentes aspectos de nosotros mismos," dice Bono. "Y creo que estamos en uno de esos momentos. Estamos peleando por la relevancia. Ser exitoso es mucho más fácil que ser relevante."
"Podemos estar a punto de sacar muestro mejor álbum o podemos estar a punto de ser irrelevantes."
Hace una pausa para considerar esa declaración bastante pesada.
"Esa es la sensación con la que me desperté esta mañana," dice.
Eficazmente, por primera vez en su carrera, el grupo ha estado canalizando su productividad dentro del show en vivo, regularmente incorporando seis canciones inéditas en el setlist de los shows.
El show en sí mismo es un espectáculo para la vista. La "Garra" que tanto se habla de ella, de 50 metros de altura, con cuatro colosales patas aloja al escenario circular, pasarelas, altavoces, luces y pantalla, que hace que el estadio parezca chico.
Se logra, también, una amplificación de la energía del público. La "Garra" atraviesa la perspectiva del estadio. La pura escala y proporción significan que no hay nada entre la banda y el público; ellos están rodeados.
Se cruza hábilmente la línea entre un show de rock y un partido de fútbol.
Naturalmente, el show tiene sus momentos grandiosos, aparece Desmond Tutu, pero con hits como "One", "Where The Streets Have No Name", "Vertigo", With Or Without You" todos en el set, también hay mucha alegría.
Uno de los momentos más agradables es ver la entrada de esos cuatro compañeros, cuya amistad ha sobrevivido a más de 30 años tocando juntos.
Con las luces del estadio encendidas y la pista de "Space Oddity" de David Bowie, el cuarteto camina solitario a través de la multitud para alcanzar el escenario. Es un gesto de gratitud para con los fans, un reconocimiento tácito a que han estado unidos por tanto tiempo.
"Es bien sabido que si los cuatro miembros de U2 caminan hacia el escenario, a la mayoría de la gente se le pondrá la piel de gallina como una acción involuntaria," dice Bono. "Menos conocido es lo que nos sucede a nosotros. Los cuatro miembros de la banda caminando en medio de moléculas que empiezan a vibrar a diferentes ritmos. Es realmente bizarro."
La banda arribó al Estadio Olímpico de Roma tres horas antes, viajando en un desfile de autos con un estilo presidencial a través de la ciudad, con sirenas a todo volumen y helicópteros policiales, después que su avión aterrizó en el aeropuerto romano.
Aunque no es desgarbado, en persona el hombre nacido como Paul Hewson no es tan bajo como muchos creen (1,78 metros, para ser exactos) y aun con los anteojos puestos, su muy pecoso y libre de arrugas rostro desmiente sus 50 años.
La voz rasposa e indefectiblemente cortés, no puede ocultar la energía nerviosa de un hombre a minutos de entretener a 80 mil italianos.
En Roma la banda está en el día final hasta llegar a Auckland el 26 de noviembre (y Australia el 1 de diciembre), él está claramente aliviado de completar la agotadora gira europea.
"Se requirió de una gran concentración de energía para hacer estos shows," admite. "Había una sensación que saliendo a esta gira perdería mi salud física. Pero no creo que haya pasado."
Sí, Bono se siente mortal, vulnerable.
Sus problemas comenzaron en Nueva York el 11 de mayo, el día después de su cumpleaños número 50. Entrenando para los 16 conciertos del tramo norteamericano y para la primera presentación en Glastonbury, se deslizó un disco de su espalda que punzó un ligamento y lo rompió en dos partes.
"Estaba caminando diciendo que podría manejarlo pero resulta que estaba en grave peligro," dice. "Esos pequeños fragmentos en los que se rompió habían empezado a afectar el nervio de mi canal espinal. Estaba perdiendo la habilidad de caminar."
Estuvo caminando con un bastón durante varios días antes que una resonancia revelara la dimensión de la lesión. Voló a Munich para una cirugía de emergencia, donde sus médicos le dijeron que había una chance que su forma de caminar se vea permanentemente afectada. Al mismo tiempo, el equipamiento de la banda estaba llegando a Estados Unidos para la gira. Rápidamente estaba claro que Bono no estaba capacitado para actuar. El manager de la banda desde hace tres décadas, Paul McGuinness, hizo el llamado.
Las fechas norteamericanas, junto con el preciado show en Glastonbury, estaban cancelados.
"Tratamos de evitar la palabra 'cancelación'," dice McGuinness. "Estaba postergado. Y era muy preocupante. Había una parálisis parcial de su pierna izquierda y un considerable dolor. Estaba bastante nervioso."
Los shows postergados le costó a la gira alrededor de 15 millones de dólares, la mitad de lo cual fue cubierto por los seguros.
"La gira había recomenzado, los camiones estaban en movimiento, había cientos de personas alrededor del mundo viajando," dice McGuinness. "Fue muy estresante y muy costoso detenerlo, enviar a todos de vuelta y esperar saber cuánto le tomaría la recuperación, si se es que se recuperaría. Estábamos preocupados por nuestro amigo."
Notablemente, el 6 de agosto, luego de una intensiva rehabilitación, Bono estuvo nuevamente en el escenario en Turín, Italia, y pensando sobre otros 22 conciertos durante dos meses a través de Europa.
Cada día de gira, Bono trabajó con un fisioterapeuta alemán a quién se refiere como "el doctor de Hitler", que podía "matarme a palos durante 45 minutos", y con un masajista finlandés, "el acariciador finlandés", que podía "trabajar y tratar de desabrochar mi cuerpo".
En el escenario en Roma, hubo poca evidencia de sus lesiones.
Concluyó luego de dos bises, con una canción de siete minutos del álbum del año pasado, "Moment Of Surrender".
A pesar de la longitud de la canción y del hecho que no es un hit, pocos apuntaban a la salida. El público esperó pacientemente a que el grupo se fuera de la misma manera en la que ingresó, juntos y solos, cuatro amigos al final de un partido agotador.
Una semana después, cuando Bono habla desde su casa en Killiney Bay, cerca de Dublín, revela algunos festejos post concierto.
"Me permití una botella de champagne para mí solo," dice. "Incluso hice algunas morisquetas."
Retornamos a la cuestión de la longevidad y a la sugerencia que la respuesta del público a la banda caminando juntos al estadio podría ser una simple celebración del hecho de estar juntos, ya sea por relación personal o por trabajo, es muy inusual en 2010 que la gente quiera verlos de cerca.
"Es algo extraño permanecer con la gente con la que creciste desde la adolescencia", dice.
"No solo estoy en la banda con mis tres mejores amigos, me casé con la chica de la misma escuela que estaba en clase con Edge quien fue el único más inteligente que yo ese año."
McGuinness dice: "En los primeros días era todo sobre la supervivencia. Conseguir un contrato discográfico fue sorprendentemente difícil."
Bono, por su parte, le echa la culpa del lento inicio de la banda a los inconsistentes shows en vivo.
"Cuando estábamos tratando de conseguir un contrato discográfico, la gente era despedida por sugerirnos, porque traían a sus jefes y nosotros éramos un desastre", dice. "Entonces al día siguiente éramos geniales. No parecía que tuviéramos mucho control sobre el resultado. Ahora, somos más consistentes."
Esto trajo sus propios desafíos. "Lo que ahora me preocupa de U2 es que porque la banda está tocando tan bien, podamos hacer que una canción promedio suene genial," dice Bono.
Que es una parte de la razón por la ellos se alejaron de su tan llamada "familia disfuncional" de productores: Brian Eno, Steve Lillywhite y Daniel Lanois.
"Cada noche en esta gira, volábamos de un show derecho al estudio," dice Bono de las sesiones con Danger Mouse. "Porque entras al estudio con el rugir del público en tus oídos, sabes qué funciona. Si sacas demasiado a los músicos de los escenarios, se vuelven bastante abstractos en sus cabezas. Empiezan a usar palabras como 'interesante'. Pero la gente no quiere verte haciendo algo interesante. Quieren algo pasional o salvaje."
"'Interesante' es el momento en que los músicos se rascan el mentón. Arruina grandiosas y dramáticas músicas. Escuchas a los Sex Pistols o a Nirvana o el primer álbum de MGMT y no te rascas el mentón. En vez de eso dices, 'Wow, eso es extraordinario'."
Algunas duras lecciones que han aprendido de "No Line On The Horizon".
"Es una fuerte pieza de trabajo," dice. "Es original. Pero se lo siente un poco como un compromiso, aquel álbum. No tiene luz a sus pies. 'Get On Your Boots', el primer single, es una gran canción cada noche. La gente se vuelve loca. Pero no suena así en la radio."
"No tuvimos un single en 'Horizon'. Después de predicar un evangelio de tolerancia cero contra el rock progresivo, me doy cuenta que está empezando a sucedernos. Es una peligrosa enfermedad."
Esta gira es sobre U2 creando intimidad a gran escala, lo que parece imposible pero que sucede cada noche. El próximo año, la banda es probable que cumplan con su presentación en Glastonbury y cierren el 360º Tour como la gira más grande.
Bono, sin embargo, tiene preocupaciones más inmediatas. "El mayor desafío ahora será poner una canción en la radio. Esa es nuestra droga de elección ahora. No se si lo lograremos. Se necesita de un programador de radio diciendo, 'Quiero ese sentimiento en mi estación'. Y puede que no. Será muy duro para U2 dominar la radio ahora luego de 'No Line On The Horizon'. Pero vamos a intentarlo."
Fuente: TheAge.com.au