Fue el comienzo de un largo viaje de un año en la noche del jueves. Acá Olaf Tyaransen, en primera persona, reflexiona sobre lo que U2 significa para él, y cómo los presagios son cada vez más positivos para el iNNOCENCE + eXPERIENCE Tour
La mañana posterior al triunfante inicio del iNNOCENCE + eXPERIENCE Tour en el Roger Arena de Vancouver el jueves por la noche, su vagamente confundido corresponsal de Hot Press estaba desayunando con el legendario DJ de RTE, Dave Fanning, su hermosa esposa Ursula, y algunos otros periodistas irlandeses en un hotel cuatro estrellas solo a un par de cuadras del estadio.
Gloriosamente gruñón en los mejores tiempos, Fanning estaba particularmente así en esta ocasión. Con una diferencia horaria de 8 horas entre Vancouver y Dublín, había tenido que levantarse invariablemente muy temprano para hacer una entrevista de radio para RTE acerca del concierto. “¡La primera maldita cosa que me preguntaron fue acerca de la caída del escenario de The Edge!” dijo, sacudiendo cansinamente su cabeza mientras tomaba algo de tocino y huevos. “Quiero decir, ¡la puta madre! Es la primera noche de la gira mundial de U2 en años, y fue uno de los mejores conciertos en los que he estado, mejor de lo que cualquiera hubiera esperado. ¡Pero todos en Irlanda quieren hablar acerca del resbalón del guitarrista de la jodida pasarela!”
Para que conste, nadie que desayunaba en la mesa había sido, en realidad, testigo de la caída de The Edge, que sucedió para la alegría desenfrenada de perezosos redactores de titulares de todo el mundo [“The Edge misses The Edge” (The Edge pierde el borde en inglés), etc.) Muy pocos entre los cerca de 20 mil asistentes al Rogers Arena lo habían sido. Por supuesto, gracias a las cámaras de los smartphones y las redes sociales, millones ya lo habían visto… y algunos de ellos probablemente se habían burlado.
En realidad, fue solo remotamente gracioso porque afortunadamente no hubo huesos rotos. Las consecuencias podrían haber sido serias, por no decir seriamente caras. Si Edge se hubiera roto un brazo, el accidente potencialmente podría haber echado por tierra la gira mundial que, incluso antes de haber empezado, ya había sufrido más que su justa parte de contratiempos y desgracias. Desde la accidente de bicicleta de Bono hasta la dolorosa muerte del padre de Larry Mullen Jr justo cuando la gira estaba por comenzar, y con muchas de otras malas en el medio, U2 había, básicamente, cojeando no al final del iNNOCENCE + eXPERIENCE Tour, sino que su línea de partida canadiense.
Aun así, en contra de enormes dificultades, se entregaron a raudales. Desde el feroz arranque del show “Miracle (Of Joey Ramone)” al clásico “I Still Haven’t Found What I’m looking For”, y con 22 canciones en medio, su set de 2 horas y media, tuvo siete canciones de su 13er disco de estudio Songs Of Innocence, fue vertiginosamente dramático, visualmente impresionante, locamente imaginativo y enormemente entretenido. ¿Qué más se puede pedir de una banda que podría fácilmente solo tocar un set de antiguos hits y juntar de a millones? The Eagles, The Who, The Rolling Stones, AC/DC… ninguna de esas bandas podrían hacer lo que U2 sigue haciendo.
La caída de The Edge llegó cuando la banda, aun tocando, estaba dejando, a través de la larga pasarela, el escenario uno a uno. Si la memoria no me falla fue el primero en irse con Adam, Larry y Bono todavía avanzaban. Recuerdo preguntándome dónde había desaparecido tan súbitamente, y fue ahí en una trampilla en el escenario circular eXPERIENCE, pero no había mucho más que fuera a suceder así que no tuve más tiempo para reflexionar sobre el asunto.
Inmediatamente después, gracias a la insaciable demanda de internet, tuve que regresar volando al hotel para escribir frenéticamente una crítica en vivo para HotPress.com. Ni siquiera estaba consciente que The Edge se había caído del escenario hasta varias horas después. Dada a la brillante creatividad de la cual había sido testigo, no estoy ni siquiera seguro de que se habría justificado la mayor parte de una mención.
Por cierto, durante esa crítica describí al personaje de escenario de Bono como una reminiscencia del personaje Frank de Dennis Hopper en Blue Velvet, “ligeramente ruin, ligeramente peligroso.” Me atengo a eso, porque Bono está actuando tanto como cantando. Con su ropa negra, reflejos rubios y anteojos púrpuras, el hombre de 55 años se ve como el personaje MacPhisto del ZooTV Tour bajado a la tierra (después de un accidente de bicicleta). Estuvo jodidamente increíble en ese escenario, probando nuevamente ser uno de los más grandiosos líderes en el rock and roll.
Cuando estábamos desayunando, una mujer norteamericana de mediana edad, usando una remera de U2, sentada en la mesa de al lado escuchó nuestros acentos irlandeses. Se presentó como “Lorrie de Wisconsin”, ella habló apasionadamente sobre su amor por U2 y todas las cosas irlandesas. Aunque se consideraba llegada tarde a la fiesta, habiendo llegado a la banda en el circo de Achtung Baby, aun así se refería al grupo de fans de la banda como una “familia”. Ella mencionó que había estado sosteniendo las manos con las personas paradas a su lado en la pasarela cuando la banda tocó “Every Breaking Wave”. “Solo nos dijimos entre todos, ‘¿No sería increíble que este momento durara por siempre?’”
Ella era enormemente entusiasta, sincera y genuina. Entonces mencionó a su gato, y el hecho que su gato odiaba a U2 porque una nueva gira significaba que Lorrie a irse muy regularmente. Es un tipo de confesión que te deja sin palabras…
Después que ella se había ido, la charla giró al tema del conjunto de fans de U2. Había varios tipos cínicos presentes, pero todo el mundo confesó un genuino gusto por los famosos dublineses. Habiendo tenido una cena con la banda, menos Larry, la noche anterior al show, creo que todos nosotros teníamos algo de preocupación. ¿Bono era capaz de entregarse después de su accidente? ¿Larry era capaz de contener su dolor? ¿The Edge se iba a tropezar del escenario? (En realidad, nadie pensó en eso). Incluso un grupo de mediocres periodistas, me incluyo, queríamos que a la banda le fuera exitosamente una vez más.
La verdad es que aun se siente increíble, de alguna manera, que un grupo de adolescentes de Dublín, que formaron una banda aun estando en el colegio, han pasado a convertirse en una de las bandas más grandes del mundo. Lo que es más increíble es que han permanecido juntos por casi 40 años. Y lo que es aun más sorprendente es que obviamente realmente cuidan mucho lo que hacen.
U2 ha sido una gran parte de mi vida. Puede que no sea el lugar más erótico imaginable, pero perdí mi virginidad debajo de un poster de The Unforgettable Fire. Así que soy fan de ellos no solo por su música, lo que significa mucho para mi por muchas razones diferentes, pero también por su actitud. Después de haber alcanzado la mayoría de edad en el surrealismo religioso de la Irlanda de los 80, Bono, The Edge, Larry y Adam, siempre fueron figuras masivamente inspiradoras para mí.
Genuinamente nunca había albergado ninguna ambición de ser una estrella de rock, pero quería vivir una vida interesante, ir a lugares interesantes y conocer a personas interesantes. Incluso antes de conocerlos, U2 me mostró que eso era totalmente posible. Mi profesor de orientación vocacional me recomendó el ejército. Pero creo que estaba tratando de ser inteligente.
Sin embargo, algunos fans de U2 son obsesivos. Había un grupo de fanáticos de cerca de 30 personas, de lugares tan lejanos como Japón, Suiza, Francia, Australia, Sudamérica y el Reino Unido, durmiendo en tiendas a lo largo de la calle del Rogers Arena desde el lunes, a pesar que de hecho todos ellos tenían tickets para ambos shows. Cuando les pregunté por qué hicieron cola con tres noches de antelación, me dijeron que era porque querían ser los primeros en acceder y ubicarse en el frente del escenario.
“Probablemente pienses que estamos locos,” me dijo uno de ellos. No había nada que hacer sino que sonreír en respuesta.
Para mi, personalmente, el show de Vancouver fue una explosión energizante. Un recordatorio muy necesario de por qué me encanta lo que me encanta, y por qué me encanta lo que hago.
Muchas largas horas después, muchos de ellos pasaron por el cielo encima del Atlántico, yo estaba sentado en el Go Bus desde el aeropuerto de Dublín a Galway cuando un texto de disculpas de Gavin Friday me llegó. Como siempre, Gavin tuvo una mano en la producción de este show. Él había estado sentado justo debajo mío en el Rogers Arena, a pocos asientos de las esposas de Bono y Adam, Ali Hewson y Mariana Teixeira de Carvalho. Aunque nos habíamos saludado, Gavin estaba demasiado ocupado escribiendo frenéticamente notas de la producción como para venir y conversar. Ha estado asesorando a la banda a través del mes de ensayos, pero la primera noche de cualquier gira de U2 realmente es el Almuerzo Desnudo (“Un momento congelado cuando todo el mundo ve que es lo que está al final cada tenedor”, como Kerouac le dijo memorablemente a Burroughs). Los ensayos estuvieron todos muy bien, pero no sabes si algo realmente funciona hasta que ves la reacción del público.
“Lo siento no pude ir a verte,” decía el texto de Gavin. “¿Me estaba ocupando de Baby?” Un texto o dos después, explicó, “¡Usualmente toma 6 shows antes de que Baby realmente pueda ser Achtung!”
Un poco más tarde un correo arribó de otra persona del grupo íntimo. “Increíble concierto el de anoche,” se leía, acerca de la segunda actuación de la banda en el Rogers Arena. “La banda tributó a B.B.King con ‘Angel Of Harlem’. Y tocaron ‘One’.”
En su noche de apertura en Vancouver, el Baby de U2 ya se veía malditamente Achtung para mí, pero por el sonido de las cosas, incluso con dos noches adentro, este viaje a los desconocido está comenzando a tomar impulso. Tengo una leve sospecha que el iNNOCENCE + eXPERIENCE Tour va a ser absolutamente imperdible para el momento en el que alcance las orillas irlandesas. Abróchense los cinturones…
Fuente: HotPress.com