Cuando Paul McGuinness comenzó a manejar a U2, en 1978, ellos estaban tocando en estacionamientos de autos. Esta semana él anunció que no sería más el "quinto miembro" de la banda más exitosa en vivo de todos los tiempos. ¿Por qué?
Fue el momento Alex Ferguson de la música: la mano guiadora de una empresa de alto rendimiento se retira luego de una larga y enormemente exitosa trayectoria. La relación de 35 años entre Paul McGuinness y U2, que vio pasar a la banda de tocar en la parte trasera de una furgoneta en un estacionamiento de Dublín a convertirse en la más exitosa banda en vivo de todos los tiempos, terminó muy silenciosamente esta semana con McGuinness vendiendo su compañía Principle Management a la promotora de conciertos Live Nation.
Como con Ferguson, es ascendido, para convertirse en presidente de Principle. El manejo de lo cotidiano está siendo puesto en manos de Guy Oseary, que maneja a Madonna.
McGuinness hizo una declaración al New York Times que sugiere que su edad fue un factor en la decisión. "Podría ser visto como de mala educación que un manager considere retirarse antes que su artista se separe, se retire o muera, pero U2 nunca se ha suscripto al código de conducta del rock and roll. Al acercarme a la musicalmente relevante edad de 64 años, he resuelto tener un papel más secundario con la banda embarcándose en el próximo ciclo de su extraordinaria carrera."
Oseary ha estado en el lugar desde hace un par de semanas. McGuinness dijo que la banda hace dos años que estaba considerando la posibilidad de su cese. Después de tres décadas y media en las trincheras del rock and roll y con un nuevo disco y gira mundial prepara para empezar el próximo año, es totalmente posible que McGuinness decidiera que haya tenido suficiente de los largos días y de lo que eso conlleva manejando a una de las bandas más grandes del mundo.
Para algunos fue una sorpresa que la web oficial de U2 y sus cuentas de Facebook y Twitter no tuvieran nada que decir de la salida de su manager una vez que la noticia irrumpiera en los medios el miércoles pasado.
Por el momento Weekend Review publicó ayer que la banda no había hecho declaraciones a la prensa en general, y que ni ellos ni McGuinness habían respondido a las preguntas de The Irish Times.
Algunos ven esta ausencia de un comunicado de despedida como de mala educación. "McGuinness se merece algo mejor que esto," dice un observador que ha tenido estrechos vínculos con la banda durante muchos años. "La falla de la banda para emitir un comunicado no ha pasado desapercibido en la industria."
Esto no necesariamente apunta a relaciones tensas entre U2 y su antiguo manager. No ha habido confirmación oficial del acuerdo por parte de Live Nation, así que la banda podría considerar al comunicado como prematuro.
"Paul luchó, lucho y luchó nuevamente por la banda," dice una persona que ha trabajado con McGuinness y que lo conoce muy bien personalmente. "Él se levanta bien temprano y seguía trabajando tarde en la noche, discutiendo con jefes policiales locales y alcaldes sobre horarios y demás cuestiones organizativas. Fue más que leal, y a veces, literalmente, mantuvo a la banda unida. Es un auténtico caballero que defenderá a U2 hasta la muerte."
Todo lo que necesitas saber sobre lo que McGuinness hizo por U2 es considerar que Bruce Springsteen se refiere a su manager, Jon Landau, como el Paul McGuinness americano.
En mayo de 1978 una banda nueva, entonces conocida como The Hype, estaba tocando en el Project Arts Centre de Dublín. Incluso entonces tenían ideas sobre sí mismos. Paul Hewson, David Evans, Larry Mullen Jr y Adam Clayton pensaron que necesitaban un manager que les consiga un contrato discográfico.
McGuinness estaba entre el público aquella noche y fue impresionado por el rudimentario ruido 'new wave' que escuchó desde el escenario. Hablando con ellos en el pub Granary de un lugar aledaño, donde los miembros de U2 eran tan jóvenes que no podía consumir alcohol, inmediatamente se impresionó de los ambiciosos y abiertos ojos de los originarios del norte de Dublín cuando les decía cómo manejar todo el dinero que inevitablemente fluiría una vez que tuvieran un disco en las tiendas.
Habló sabiamente acerca de cómo los Beatles y los Rolling Stones habían tenido problemas por no compartir sus ingresos equitativamente entre los miembros compositores y no compositores de la banda. Los persuadió a compartir todo. "Los mantiene en una muy buena posición, porque respalda la democracia de una decisión si todos consiguen la misma suma de dinero," diría después.
También negoció un 20% equitativo de los ingresos de U2 para el mismo. Por mucho tiempo fue, muy inusualmente, pagado como si fuera parte de la banda. "Esto fue revisado después. Siempre debería haber una división entre cliente y manager," comentó al respecto.
Fue la charla de dinero lo que le hizo obtener el trabajo, incluso con la banda intentando despedirlo dos años después, cuando aparentemente falló en contratar a una furgoneta para la primera gira por el Reino Unido. Como Bono lo cuenta, la decisión de despedir a McGuinness fue tomada en el restaurante Captain Americas en Grafton Street, pero un hombre joven de la mesa de al lado que estaba empezando en el negocio de la música interrumpió la conversación para dar fe de la habilidad de McGuinness como manager. Así que Louis Walsh le salvó la carrera a McGuinness.
En los 80, cuando las ventas de discos significaban todo para una banda, McGuinness no solo escudriñó los contratos de las compañías discográficas sino que los reescribió a favor de la banda. Tradicionalmente, un sello adquiría la música de la banda y podía usarla como quisiera, para armar grandes éxitos, por ejemplo, o para licenciarla para publicidades, pero cuando los U2 se convirtieron en estrellas, a mediados de los 80, McGuinness negoció, no siempre delicadamente, que U2 debería retener la propiedad de toda su música. Incluso los Beatles nunca había hecho eso.
McGuinness también aseguró que la banda obtuviera las más altas regalías en las ventas de sus discos. Se rumorea que era casi el doble de lo que otras bandas obtenían. Esas primeras duras batallas ganadas aun pagan dividendos hoy en día.
También hizo a la banda, y a sí mismo, multimillonarios años antes que ellos tuvieran que convertirse de vendedores de discos a vendedores de conciertos. Cuando su sello discográfico, Island Records, no pudo afrontar el pago de las regalías por las ventas del disco "The Joshua Tree" de 1987, McGuinness negoció un 10% de la empresa en lugar del pago. Dos años después, cuando Island fue vendida, ese 10% le redituó casi 50 millones de dólares a la banda y al manager.
"Me gusta poner mis manos en los controles," le dijo una vez a este reportero. "Siempre, en U2, estuvimos determinados a no ser esa cosa cursi que es ser unos artistas víctimas quejosas y lloronas. Descubrir lo que está pasando. Interesarnos. Obtener los medios para defendernos."
Este es el enfoque profundo y combativo que lo ha hecho admirado, respetado y temido en partes iguales en la industria de la música.
Hijo de un oficial de la Liverpudlian Royal Air Force y de una maestra del condado de Kerry en Irlanda, McGuinness fue educado en el Clongowes Wood Collage, condado de Kildare. En el Trinity Collage de Dublín, no completó sus estudios, pero estuvo involucrado dirigiendo en el teatro estudiantil y escribiendo en la revista del colegio.
Hizo dos amistades que le cambiaron la vida en el Trinity: la primera con Kathy Gilfillan, que se convirtió en su esposa y que ahora es directora de la compañía de publicaciones Lilliput Press, y la segunda con Bill Graham, periodista de Hot Press. La revista de música fue una evangelista de U2 en sus primeros días, y cuando Clayton le pidió a Graham que le recomendara un manager, el periodista le indicó a McGuinness, a quien persuadió para ir aquel concierto en el Project Arts Centre.
En un tiempo intermedio McGuinness también fue un socio fundador de TV3, copropietario de Ardmore Studios, donde una vez trabajó luego del colegio, y un miembro del consorcio que ganó la licencia para la estación radial Phantom FM de Dublín. También fue miembro del Consejo de las Artes.
Es un compañero de copas de Eamon Dunphy, a quien le encargó escribir la primera biografía de U2, Unforgettable Fire, en 1987. Algunos periodistas musicales irlandeses que se consideraban cercanos a la banda en aquel momento aun no han superado el impacto de que Dunphy obtuviera el trabajo.
En años recientes McGuinness ha sido mordaz sobre el papel de las empresas de tecnología, tal como él las ve, por permitir que contenidos con derechos de autor sean vistos y escuchados de forma gratuita en línea sin compensación para los músicos. Estuvo lo suficientemente atento a las arenas movedizas de la industria de la música, después que Napster facilitara las descargas libres, para convencer a la banda de hacer una "publicidad en colaboración" para el iPod de Apple.
McGuinness también negoció un contrato de patrocinio con BlackBerry para una gira y organizó el primer concierto de rock masivo transmitido en vivo por YouTube, un show de U2 en el Rose Bowl de Pasadena, California, en 2009.
Cuando las ventas de discos se desplomaron y el mercado de las giras se disparó, McGuinness supo que aunque las personas no pagarían 15 dólares por un disco nuevo de U2, pagarían hasta 150 dólares por un ticket de un concierto de U2. En 2008 con U2 firmaron un acuerdo de exclusividad de 12 años con Live Nation, que ahora no solo atiende sus giras sino que también las ventas de su merchandising y su sitio oficial, U2.com.
El más reciente disco de U2, "No Line On The Horizon", de 2009, solo vendió 5 millones de copias. "The Joshua Tree", lanzado 22 años antes, vendió 25 millones de copias. Pero el 360º Tour que acompañó a "No Line On The Horizon" recaudó unos 750 millones de dólares, rompiendo los récords de la industria del entretenimiento.
Hoy, las ventas de un disco nuevo de U2, que está previsto para marzo, realmente no importan demasiado. Las ventas de tickets de su gira mundial, que está prevista para empezar en junio, realmente es lo importa.
McGuinness hizo todo el trabajo pesado cuando las compañías discográficas importaban, cuando obtuvieron el mejor contrato por las ventas de discos hizo toda la diferencia financiera. En términos económicos, la gestión de U2 por una compañía que se especializa en giras de conciertos tiene mucho sentido.
"Él cambió la naturaleza de la gestión de la música debido a su feroz protección de la propiedad intelectual de la banda," dice Rory Godson, amigo de McGuinness y ex periodista que fundó Powerscourt Group, una consultora de comunicaciones con sede en Londres. "Antes, nadie más que él reafirmaba los derechos del artista. Siendo el manager y no un miembro creativo de U2, él comprendía que lo que ellos hacían como músicos es lo que realmente importaba," dice Godson.
"Es un brillante hombre de negocios y tiene una rara habilidad de hacer las cosas complicadas muy simples. Puede resolver un problema complejo en la parte posterior de un paquete de cigarrillos."
Ha habido dificultades a lo largo de los años. U2 estuvo cerca de perder su contrato discográfico después de un pobre segundo disco, "October". Bono y Edge estuvieron a punto de dejar la banda a principios de los 80 porque el estilo de vida del rock and roll se contraponía a sus creencias cristianas. Hubo un enfrentamiento público con su antiguo contador, y amigo, Ossie Kilkenny. Y ha habido algunas inversiones financieras poco rentables a lo largo del camino.
Para sorpresa de la banda, hubo un considerable rechazo público desde el movimiento del ingreso editorial de la música de la banda a Holanda en 2006. Cualquiera que sea la mirada individual de los miembros de U2 en esta cuestión, la banda siempre ha mantenido la responsabilidad colectiva con McGuinness, incluyendo la controversial decisión tributaria.
Lo más cercano que ellos estuvieron de una discusión pública fue en 2008. Cuando McGuinness criticó la manera en que Radiohead lanzó uno de sus discos. Bono escribió para la revista NME: "Quiero dejar las cosas claras con respecto a los miembros de U2 sobre los comentarios hechos a la BBC por nuestro más que querido y valorado manager, Paul McGuinness, en relación a la decisión de Radiohead de poner la música de 'In Rainbows' a disponibilidad de descarga usando la idea de 'caja de honestidad' para el pago. Estamos en desacuerdo con la evaluación de Paul sobre el lanzamiento de Radiohead de 'haber fracasado hasta cierto punto'. Nosotros pensamos que ellos fueron valientes."
No ha habido otra evidencia concreta de falta de armonía.
La riqueza personal de McGuinness ha sido estimada en más de 135 millones de dólares, y él recogerá una significante suma de los 30 millones de dólares que Live Nation pagó esta semana tanto por Principle Management y Maverick, la compañía de gestión de Madonna.
Aquellos que han trabajo con él y lo conocen dicen que, habiendo hecho todo el trabajo contractual importante y estando muy conciente de la enorme energía que un nuevo disco y gira mundial exigirá, ha decidido entregar las riendas.
La industria de la música ha cambiado inconmensurablemente desde aquellos primeros contratos lucrativos, y en su declaración en el New York Times reconoció que es el momento para un hombre más joven. "He considerado desde hace mucho tiempo a Guy Oseary como el mejor manager de su generación, y no hay otro que hubiera considerado para que se hiciera cargo del día a día de nuestros negocios."
Cómo será la reacción de U2 al perderlo en el día a día aun está por verse. En los primeros días él estuvo más cerca de Clayton, solían hospedarse juntos en las giras, pero las relaciones dentro de la banda siempre están cambiando.
¿Entonces, qué es lo que sigue para McGuinness? "Fuera de la banda tiene una amplia gama de intereses personales," dice Godson. "Es un interesado por el arte, la literatura y la inversión. Recién en los últimos años se encontró con el diario de los tiempos de guerra de su padre, lo que lo cautivó."
Pero en su corazón es un hombre de negocios. Lo que sea que McGuinness haga a continuación, se mantendrá fiel a los que les dijo a los U2 hace tantos años atrás en el bar Granary: "Es patético ser bueno en lo que haces sin eres malo en ese negocio."
Fuente: Brian Boyd para Irishtimes.com