U2 está quedando a cargo de Live Nation y del manager de Madonna en un acuerdo de 30 millones de dólares. Neil McCormick se pregunta si esto llevará a una mezcla disco de "Bono Don't Preach".
U2 está bajo un nuevo gerenciamiento. La megamarca chauvinista del rock está siendo tomada por la más grande compañía de promoción de conciertos en el mundo, Live Nation, en un acuerdo de 30 millones de dólares.
Paul McGuinness, el carismático manager que ha guiado su carrera desde el comienzo, está siendo ascendido, a un mal definido rol de "presidente", que incluso se ha comparado con el retiro.
Quizá agregando a la sensación de que esto es una especie de maniobra corporativa siniestra, exponiendo el corazón venal de los más famosos idealistas del rock del mundo, es la noticia que el manager de Madonna, Guy Oseary, está en línea para tomar el día a día de las operaciones de U2 (sin dejar de controlar la carrera de su superestrella solista).
¿Entonces, qué significa esto para las leyendas del rock irlandés? ¿Bono será visto posando desnudo pero con las gafas de sol estratégicamente colocadas en un libro de fotos de alta moda? ¿Madonna y U2 se comercializarán como un programa doble de megastrellas con los altos precios de los tickets en un universo conocido y con una mezcla disco de "Bono Don't Preach"? ¿O va a ser solo negocios (musicales) como de costumbre?
Cuando las noticias de la venta propuesta de Principle Management de U2 irrumpió, McGuinness sacó un gracioso comunicado admitiendo que "podría ser visto como de mala educación que un manager considere retirarse antes que su artista se separe, se retire o muera, pero U2 nunca se ha suscripto al código de conducta del rock and roll." A los 63 años de edad, dice que quiere tener "un papel más secundario".
Como la mayoría de los managers, McGuinness es un poco mayor que sus manejados (Bono tiene 53). McGuinness ha crecido en riqueza guiando el barco de U2, pero también ha sufrido períodos de enfermedades. Con la banda rumoreándose estar preparándose para otro disco y gira, quizá decidió sabiamente que es momento para que un hombre más joven tome las riendas (Oseary tiene 41).
A juzgar por los mensajes en foros y conversaciones en Twitter sobre U2, su conjunto de fans están bastante perturbados por estos eventos. Por si sirve de algo, desde el punto de vista de alguien que ha visto este crecimiento desde que realizaba operaciones desde el teléfono hogareño de los McGuinness, no creo que haya demasiados cambios. Todos saben que realmente es Bono quien maneja a la banda.
O más bien, Bono lidera a la banda, en términos de espíritu, grandes ideas, carisma y energía. Edge toma el liderazgo musical. Adam Clayton y Larry Mullen Jr intentan ser los eruditos consejeros estabilizando el barco. Cada decisión principal es hecha por el voto democrático, aunque, como Mullen lo ha señalado, "solo en el sentido griego clásico la democracia está en manos de aquellos en el poder. Si estás en una banda con alguien tan fuerte, locuaz, discutidor y persuasivo como Bono, las cosas pueden ser un poco difícil para el resto de nosotros."
McGuinness es el quinto miembro de la camarilla de U2, con la misma cuota en las ganancias, y con igualdad de voto en la mesa de discusiones. No espero que eso cambie mucho. McGuinness estará disponible para las estrategias de panorama general, que ha sido siempre su mayor fortaleza, para balancear los impulsos artísticos de la banda con el principio fundamental de que ellos son un negocio, y que lo que hacen tiene que generar dinero. Puede parecer obvio, pero cualquier experiencia mareada de extravagancia del manejo del rock and roll te dirá que ese no siempre es el caso.
U2 está efectivamente adelantándose a una crisis, manejando lo que puede ser una de las transiciones más dificultosas para un artista: dejar atrás a su management. Cuando Brian Epstein murió, los Beatles se quedaron ciertamente sin timón, guiados principalmente por Paul McCartney, y eventualmente dividiéndose cuando el disparatado contador musical Allen Klein intentó tomar el control.
Los Rolling Stones fueron manejados con ánimo inspirador en el principio de su carrera por el brillante Andrew Loog Oldham pero para fines de los 60, la banda estaba quebrada. ¿Entonces quién maneja a los Stones ahora? La respuesta es Mick Jagger, con el (no siempre comunicativo) apoyo de Keith Richards y el consejo de un círculo de confianza de contadores del negocio de la música, promotores y jefes de compañías discográficas.
Poner las cosas en movimiento para brillantes e ingenuos artistas jóvenes es un negocio muy diferente de supervisaje en un sistema establecido de ventas de tickets por experimentadas, adineradas y poderosas estrellas adultas. Una vez que se ha conseguido el éxito, la mayoría de las bandas efectivamente comparten el manejo ellos mismos. U2 siempre ha hecho esto, con un gran y experimentado equipo de Principle Management, la mayoría de los cuales permanecerán en su lugar.
Lo que Oseary traerá es energía, ideas, entendimiento a detalles prácticos y, dado su particular experiencia en el negocio de la música, una fuerte afinidad a las nuevas interfases tecnológicas de la música.
Esto último es particularmente importante porque sugiere que U2 no está listo para salir arrastrándose de una plataforma antigua de rock ocupada por los Stones y muchas otras superestrellas veteranas, con operaciones de giras efectivamente focalizadas en el conjunto de fans. Bono está determinado a eso, incluso en esta última etapa de su carrera, continuar engranando con el mercado pop y mantener parte de la conversación cultural grande.
Hace cuatro años desde su último disco, 'No Line On The Horizon', y más de dos años desde que realizaron su último show en el 360º Tour, la gira de mayor recaudación de toda la historia. Mientras tanto, han estado componiendo y grabando casi constantemente, acumulando y refinando material, porque están determinados de que el siguiente disco tenga importancia.
"U2 estuvo al borde de la irrelevancia por 20 años," admitió Bono en 2011. Pero como su nueva camarada Madonna, U2 está comprometido con la constante reinvención, en el principio de Bono que dice que "es la inmovilidad lo que te mata al final, no la ambición."
En lugar de preocuparse demasiado sobre los cambios en el manejo detrás de escena, los fans deberían verlo como una indicación que, después de un período de reflexión y reagrupamiento, las cosas están encajando en su lugar para el regreso a máxima escala de unas de las bandas más grandes del mundo.
Los fans de Madonna, por otro lado, pueden tener algo de que preocuparse al respecto. Sospecho que Oseary va a tener sus manos muy ocupadas el próximo año.
Fuente: Telegraph.co.uk