Por Neil McCormick
Puntuación: ★★★★☆
El 14to disco en estudio de U2 abre con una de las más vulnerables y frágiles canciones de su carrera de 41 años. “Love Is All We have Left” se llena de cuerdas y sintetizadores estremecedores, con la voz cercana y resquebrajada de Bono mezclándose con un “auto-tune” mientras conjura una canción de cuna de la era espacial para un apocalipsis inminente. Este no es momento de no estar vivo, canta.
Es una corta, extraña y dispersa viñeta, su belleza espectral es interrumpida por un retorcido riff de guitarra cuando la veterana banda enciende el poder, y se lanza exultante a “Lights Of Home”, un fuerte himno rozando la experiencia cercana a la muerte (No debería estar aquí, porque debería estar muerto) para alcanzar la luz al final del túnel. Libérate para ser tu mismo, voces corales comandan en un propósito de coda construido para el acompañamiento de las masas. Esto está, seguramente, más cerca de la idea que la mayoría de los oyentes tienen de U2 como una banda de rock optimista, inspiradora y creadora de himnos. Y Songs Of Experience está lleno de esos momentos: ganchos sustanciosos combinados con aforismos para cantar en masa (¡Sal de tu propio camino! El amor es más grande que cualquier cosa en su camino). Pero el sonido de un hombre en conflicto y crisis también corre a través del centro de esta colección altamente personal de canciones, subvalorando y, en última instancia, profundizando el espíritu de lo que puede hacer positivismo.
Songs Of Experience es el compañero de Songs Of Innocence de 2014 (el que fue, controversialmente, regalado en iTunes, lo quisieras o no). Incluso reutiliza algunos temas. Una fantástica coda descartada de “Volcano” de aquel disco, regresa como un gancho para un himno político anti-Trump, “American Soul”. La canción de cierre “13 (There Is A Light)” es una tierna reelaboración de “Song For Someone”, cambiando su enfoque de Ali, la esposa del cantante, a sus cuatro hijos, instándolos a sumar fuerzas para enfrentar tiempos inciertos: Se que el mundo está terminado, pero tu no tienes que estarlo.
Como letrista en jefe de U2, Bono ha estado en su momento más confesional en estos dos discos. Innocence fue una autobiografía en retrospectiva a las fuerzas que formaron el crecimiento de U2, sus texturas pop filtradas a través de sus nuevas raíces rockeras, como si el disco debut Boy estuviera siendo revisionado a través del prisma de un adulto. En Experience, el mismo Hombre está en medio de la crisis de la mediana edad, confrontando problemas en el mundo y consigo mismo. Fue concebido por Bono como una serie de cartas para seres amados, algo que podrías escribir si supieras que vas a morir. Ha habido indicios de un susto con la salud en recientes entrevistas, aunque la gran sorpresa para aquellos que lo conocemos desde hace tanto como yo, es que admite su primera crisis real de fe. Oh, Jesús si aun eres mi amigo / ¿Qué diablos has hecho por mí? Clama en “Lights Of Home”. A veces el final no está llegando, el final está aquí, canta con un tono de desconcierto en la balda existencial “The Little Things That Give You Away”.
El optimismo familiar de U2 aun está presente en canciones de buen humor como “The Showman (Little More Better)” y “Landlady”, pero están socavadas por la ineludible impresión de que es música hecha para mantener el pesimismo a raya. Mientras tanto, las luchas personales se vuelven explícitamente políticas en la secuencia más impactante del disco, donde se mueve desde forcejear con el balanceo a la derecha de América en “Get Out On Your Own Way” (Tienes que morder / El rostro de la Libertad comienza a resquebrajarse / Tenía un plan hasta que la golpearon en la boca / Y todo se fue al sur) al costado humano de la crisis de refugiados de Europa en “Summer Of Love” (En los escombros de Aleppo / Flores radiantes en las sombras).
Musicalmente, sin embargo, Experience es quizás su disco más hecho a la antigua, en parte porque ya no confían en conjurar en paisajes sonoros de ciencia ficción para compensar sus limitaciones musicales. La interpretación del bajo de Adam Clayton nunca ha sido tan ágil, la batería de Larry Mullen nunca había sido tan libre en espíritu. Incluso, The Edge, el guitarrista inventivo parece menos dependiente de los efectos, saboreando los jugosos acordes Beatle y con solos de guitarra slide cuidadosamente articulados. Sin embargo, como fanático de siempre, no estoy enteramente seguro de aprobar este desarrollo. Hay tonos armónicos del soft rock de California de Fleetwood Mac, mientras “You’re The Best Thing About Me”, ensaya la obscenidad de los Rolling Stones – el tipo de banda que los jóvenes U2 querían barrer pero que ahora citan como modelos a seguir. Jacknife Lee y todo el equipo de productores e ingenieros innovadores han sido incorporados para darle a todo un pulido sónico detallado, dinámico y actualizado, pero solo una de las canciones, “The Blackout”, empuja hacia el tipo de energía audaz cyberpunk de Achtung Baby. Esta es una banda que quizás ahora esté más ansiosa por participar en la radio y en los charts con sus sucesores, Coldplay y The Killers, pero podría obtener mejores resultados siguiendo sus propias trayectorias artísticas.
Pero como el título lo aclara, Songs Of Experience no es el trabajo de hombres jóvenes. Muestra a U2 en su forma más madura y segura, tocando canciones de pasión y finalidad, impregnadas y amenizadas con un penetrante rayo de desesperación. El showman te da la primera fila de su corazón / Haciendo un espectáculo del desmoronamiento, canta Bono con humor desafiante en “The Showman”, y es este el espectáculo que hace a Experience tan cautivador. Un poco maltratados por el tiempo y ensangrentados por los eventos, U2 sigue siendo desafiante, tan determinados como siempre a hacer música de consumo masivo que realmente importa.
Fuente: Telegraph.co.uk