Después de una serie de arrestos domiciliarios que la mantuvo encerrada durante 17 de los últimos 22 años, la premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi ganó ayer un escaño parlamentario en una histórica elección que podría permitir que se empiecen a levantar las sanciones económicas que pesan sobre su hermético país, Myanmar.
Aclamada por una multitud que salió a las calles a celebrar el triunfo, la heroína de la lucha democrática nacional, que ha sido comparada con Gandhi y Nelson Mandela, dijo que la de ayer fue "una victoria de las personas con dignidad".
En las calles se siente el optimismo de un pueblo que por primera vez goza de cierto margen de libertad. Aunque limitado, ya que la LND denunció censura en sus mensajes para televisión (no se permite criticar al gobierno ni al ejército) y las autoridades levantaron acusaciones contra una revista que señaló casos de corrupción.
A la gente común eso no le importa. Antes, lucir una camiseta roja de la LND o una fotografía de Suu Kyi, alma del movimiento democrático, era como pedir el combo arresto, interrogatorio y tortura. Ahora, en cada esquina se venden carteles de "La Dama", como se conoce a la líder, y hasta algunos extranjeros lucen en la espalda el emblema de la LND.
Walk On!
Fuente: LaNacion.com.ar