Dallas Schoo el responsable que en vivo U2 suene a U2

Esta es la historia de unas de las estrellas de rock más grande que alguna vez haya llamado a Louisville hogar

Ha pasado el rato con Paul, George y Ringo, y ha trabajado con Prince, Bruce Springsteen, Eagles, Fleetwood Mac, Yes, Pearl Jam, Lynyrd Skynyrd, Dan Fogelberg, Steve Miller y James Taylor.

Es adorado por millones de fans de U2 de todo el mundo por su sociedad con The Edge, y en sus momentos de inactividad se hizo de amistades del tenis con Vitas Gerulaitis, John McEnroe y Jimmy Connors.

Su nombre es Dallas Schoo y quizá no tengas idea de quién es. Pero no te preocupes. Tu reputación con el rock and roll está intacta porque Schoo es el hombre detrás del telón, el Mago de Oz de la guitarra.

Por cerca de 45 años, Schoo ha viajado por el mundo como uno de los mejores técnicos de guitarra en el negocio de la música. En los últimos 31 años, ha trabajado con U2 y The Edge, ayudando a perfeccionar y mantener a uno de los más singulares sonidos de guitarra de la historia.

Está en el frente y en el centro (pero debajo del escenario) de los conciertos del The Joshua Tree Tour 2017, manipulando una pila de equipos en su centro de comando – al que lo llama Cabo Cañaveral – para que U2 suene como U2.

Debido a ese trabajo, Schoo se volvió el único técnico de guitarra de rock estrella en el mundo. Tiene un fan club, ha aparecido en cada publicación importante sobre guitarras, y ha sido considerado por mucho tiempo como uno de los más cercanos colaboradores de U2, incluso en el estudio. Un verdadero dublinés honorario.

“Bono lo llama su tribu,” dice el increíblemente amable Schoo, “y nos cuidamos el uno al otro.”

¿Pero cómo hizo este niño tenista de Louisville para terminar como técnico de guitarra de estrellas? Para serles sincero, parece haberlo hecho fácil.

DE BON AIR A BONO

Schoo, de 64 años, creció en una familia grande en el vecindario de Bon Air, donde descubrió la música en los 60 a través de la primera ola de bandas originales de Louisville.

Schoo fue enganchado de por vida cuando vio el documental de “Woodstock” en 1970 pero acá está lo llamativo: Lo que lo fascinó no fue las emociones de las actuaciones sino ver a los técnicos montar los equipos en el escenario bajo un temporal. Nunca había estado en una banda.

“Me sentí atraído por eso, no por ser músico, sino por verlos sacar eso en la lluvia,” dijo Schoo. “Y lo vi dos veces más y ahí es donde empezó en mí, realmente. Eso fue algo que nunca me dejó y no sabía muy bien cómo proceder con eso, pero así es cómo empezó.”

Mientas estudiaba en Colorado, Schoo terminó consiguiendo un trabajo con el comité de entretenimiento del colegio. Eso no fue un accidente: Quería conocer bandas.

Firefall era un grupo local que ensayaba cerca del club de tenis favorito de Schoo, y se hizo amigo de la banda, eventualmente participando de conciertos como un asistente. Firefall explotó cuando su primer disco fue un éxito y comenzó a abrir noches para Fleetwood Mac en la gira de 1976. Ahí fue cuando Schoo elaboró su plan de juego.

Ya un guitarrista decente, comenzó a absorber información de los técnicos de guitarra profesionales, aprendiendo a cómo reparar, modificar y mantener guitarras. Se hizo amigo de Fred Walecki, un ícono del mundo de los equipos, y eso llevó su educación al próximo nivel.

No llama la atención que Schoo nunca conociera a un extraño, ya que un trabajo llevó a otro: Stephen Stills, Pure Prairie League, Eagles, Fogelberg, Emmylou Harris, Fleetwood Mac en el pico de sus fuerzas. Fue valioso, dice Schoo, porque conocía su trabajo, era responsable y no tenía hábitos con las drogas.

“Simplemente seguí adelante,” dice. “En ese entonces tomabas lo siguiente. Nadie te retenía.”

Eso cambió en 1986 cuando Schoo fue presentado a U2 por Daniel Lanois.

Schoo estaba trabajando con la banda pop Mr. Mister en 1986, un show bastante bueno considerando que la banda había vendido algunos millones de discos. Estaban en el mismo estudio de grabación con Lanois, que estaba produciendo el primer disco solista de Robbie Robertson en otra sala.

Schoo fue reclutado para arreglar la guitarra de Robertson y los resultados llamaron la atención de Lanois, que recientemente había coproducido el disco de U2 The Unforgettable Fire. Empezó a conversar con la banda irlandesa.

“Fue como, ¡Estoy con Mr. Mister, hombre. ¿Sabes quiénes somos?’,” dice Schoo riendo. “Y Danny, ‘Mi amigo está teniendo algunos problemas con el tipo de su guitarra y su nombre es Edge.’ Me dije, ‘Eso es bueno’.”

Dos días después The Edge llamó a Schoo – aun tiene el mensaje en su máquina contestadora – y su amistad de 31 años comenzó después de una intensa entrevista con la banda en un plomizo día en Dublín.

Schoo fue bienvenido a la tribu, uniéndose a The Edge, Bono, Adam Clayton y Larry Mullen Jr, justo cuando estaban por convertirse en la banda más grande del mundo.

“THE JOSHUA TREE”

La actual gira de U2 celebra el 30º aniversario de The Joshua Tree, el disco más exitoso de la banda. La gira de 1987 fue la primera de Schoo con la banda y fue una llamada de atención.

The Edge llegó con un paquete de una pared de equipos que le permite construir capas de sonidos usando delays, procesadores y efectos – es normal estos días para Schoo estar a cargo de más de 40 guitarras durante las giras y otras más de 50 piezas de equipos electrónicos.

Comparado con pasados conciertos, donde el trabajo más duro era encordar una guitarra de 12 cuerdas, esto vino con una curva de aprendizaje abrupta.

“Dios, sí,” dice Schoo riendo. “Se volvió algo totalmente diferente. Edge fue un pionero en mi mundo.”

Schoo tiene cuidado de dejar en claro que Edge es el arquitecto de su sonido mientras que él es cuidador. Durante los conciertos, Schoo está metido en su espacio en frente al escenario donde dispara efectos más allá de lo que Edge controla sobre el escenario. En el mejor de los casos, Schoo está al borde de su asiento por dos horas. En el peor de los casos, algo sale mal y tiene que ser diagnosticado y arreglado en tiempo récord.

“Es una responsabilidad enorme y no se la desearía a nadie,” dice Schoo. “Estoy volando un 747 por dos horas con él, ya sabes, y tenemos este acuerdo que el permanece frente a sus controles en el escenario en ciertas canciones, aunque Bono puede alejarlo y entonces yo heredo esa canción, aunque tengamos un acuerdo en el que no yo no hago esa canción.”

“Se vuelve muy interesante entonces. Me siento muy halagado al pedirme que me encargue de eso, pero el potencial de un total colapso es increíble.”

Joe Bosso entrevistó a Edge y Schoo varias veces para Guitar Word y dijo que Schoo es “excelso” en su campo.

“La participación y la atención a los detalles de Dallas está realmente al máximo nivel,” dice Bosso. “Es casi un coproductor del show en muchas formas.”

“Dallas es una parte intrínseca de sonido de U2,” dice Astley-Brown, que escribe acerca de música y equipos para MusicRadar.com y Total Guitar. “Después de 31 años al lado de The Edge, es difícil imaginar a U2 sin Dallas.”

Y es difícil imaginar a Dallas sin historias. Va cargado de ellas.

Hubo una vez en 1995, cuando Steve Miller lo invitó a su estudio en su casa de Idaho para reparar su colección de guitarras. Miller entonces lo advirtió: Tenía algunas personas viniendo para usar su estudio y Schoo había prometido no enloquecerse. Schoo giró sus ojos; lo había visto todo.

Dos días después, una flota de SUVs llegaron y de ellas salieron Paul y Linda McCartney, Ringo Starr y Barbara Bach, George y Olivia Harrison, y el ingeniero de los Beatles, Geoff Emerick. Iban a mezclar “Free As A Bird”, la última canción nueva de los Beatles que fue hecho usando un demo de John Lennon de una canción inédita, y le pidieron a Schoo que hiciera el mantenimiento de las guitarras.

Schoo enloqueció.

En un momento, McCartney se inclinó hacia Schoo durante un descanso y entabló una conversación.

“¿Así que estás con esos de U2?”

“Si, si señor.”

“Eso es algo importante, ¿no es cierto?”

“Sí.”

“Pero no cambiaron el mundo, ¿verdad?”

Schoo explotó en risas. “Entonces miró hacia Harrison y dijo, ‘Si no fuera por nosotros, aun estarías caminando por ahí con las gafas de Buddy Holly.’ Esa historia ha sido la mejor de todo el mundo, y con Paul seguimos siendo amigos hasta el día de hoy.”

Schoo, como habrás notado, hace amistades fácilmente. Esa es una de las razones por las que se ha convertido en un favorito de los fans, con un club de fans en Facebook, y sus pruebas de sonidos pre-conciertos son eventos para personas llegando al escenario con la esperanza de obtener una de las púas azules características de Schoo.

Una de esos fans es Tina Vanbeveren, de Bélgica, que ha estado yendo a conciertos de U2 desde 1983. Le tomó tiempo hacerse de una de esas púas azules, pero terminó entablando una amistad con Schoo. En 2006, Vanbeveren le regresó el favor con una púa grabada de plata.

Fue un “gracias enorme para un hombre muy trabajador que hace todo lo posible para hablar y complacer a los fans de U2, porque mi historia es solo una de muchas, muchas historias de encuentros con fans de todo el mundo,” dice Vanbeveren vía Facebook.

“También cumplió uno de mis mayores sueños… poniéndome encima la Gibson Explorer de The Edge. Y luego me subió al escenario y me dio la Les Paul crema para que me la colgara. Casi me muero.”

“Muchos han tenido ese privilegio. Ni siquiera me atrevía pensar ser uno de ellos. Aun tengo un millón de preguntas que espero algún día poder hacérselas. ¿Quién sabe qué más puede pasar, verdad?”

Buena pregunta. Porque con Schoo, aparentemente, cualquier cosa puede suceder.