U2 tocó por primera vez hace 40 años, y yo estuve ahí


U2 en los Brit Awards de 2009

Cuarenta años atrás, el sábado 25 de septiembre de 1976, una de las más amadas y odiadas, populares e influyentes grupos de rock de la era moderna se juntaban por primera vez.

Fue en una cocina llena de gente, de una casa adosada en Artane, que un puñado de jóvenes adolescentes del colegio Mount Temple Comprehensive de Dublín, se juntaron para discutir la formación de una banda. Apenas había espacio para encajar la batería, con cinco guitarristas acurrucados entre el refrigerador y la panera. Una sesión de zapada caótica involucró flojas interpretaciones de éxitos de los Rolling Stones como “Brown Sugar” y “Satisfaction”, sin consenso en cuanto a las secuencias de acordes correctos.

Un aspirante a guitarrista líder fue forzado al rol de cantante porque se le había olvidado traer una guitarra. Otro joven guitarrista estableció su posición como instrumentista líder porque tenía dominado el solo de “Blister On The Moon” de Rory Gallagher. El bajista no podía tocar pero tenía el mejor cabello y, crucialmente, era propietario de un bajo y un amplificador. El baterista estaba definitivamente dentro porque era la cocina de su familia. Por consiguiente, U2 estaba naciendo.

Este fin de semana, fans de todo el mundo estarán festejando el 40mo aniversario del súper grupo irlandés. La razón de que la fecha de este momento sea conocida es porque mi hermano, Ivan, estaba presente y lo anotó en su diario de bolsillo. “Miré TV. Me uní a un grupo pop con amigos. Tuvimos un ensayo. Genial.” Lamentablemente, no registró exactamente para la posteridad lo que miró en la televisión.

La mayoría de las bandas tienen tales inicios desfavorables. Lo verdaderamente destacable del nacimiento de U2 es que la banda que vende multimillonarios estadios hoy en día es exactamente el mismo núcleo que se encontró en la cocina hace cuatro décadas atrás: el vocalista Paul Hewson (alias Bono), el guitarrista Dave Evans (alias The Edge), el bajista Adam Clayton y el baterista Larry Mullen Jr (que instigó el proceso con una nota en la cartelera del colegio buscando músicos para una banda). Hubo un par de rápidas pérdidas. Mi hermano, el más joven con 13 años, solo duró algunos ensayos. Otro guitarrista, Dick Evans (hermano de Edge y, de 18 años, algo mayor que el resto), sostenido como miembro part-time pero fue gradualmente relegado a medida que la banda establecía su identidad. La formación que hizo su debut en un concurso de talentos en el gimnasio del colegio en 1976 fue el mismo que sigues viendo hoy en día en los mayores escenarios del mundo.


U2 actuando en Fordham University, New York

Nunca olvidaré ese concierto, porque fue la primera vez que vi en vivo a una banda de rock eléctrico. Ellos tocaron sobre cuatro tablones unidos por cintas adhesivas, arrancaron el corto set con una versión de “Show Me The Way” de Peter Frampton. La batería y el bajo martillaban con tanta fuerza que parecía que las tablas se separarían. Los acordes de la guitarra resonaban, haciendo eco en el piso de madera. Cuando Bono llegó al coro, agarró el pie del micrófono y lo sostuvo en el aire, zapateando fuerte mientras gritaba “I want you… show me the way!” Las chicas al frente del escenario empezaron a gritar. Siendo realistas, no creo que hubiera algo que pudiera hacer a un observador experimentado pensar que estaba siendo testigo de un momento de la historia del rock. El resto del set se compuso de un medley de los Beach Boys y “Bye Bye Baby” de The Bay Rollers, que fue tocada dos veces, por la demanda popular. Pero ese concierto cambió la vida de muchas personas, incluida la mía.

Fui amigo de U2 en el colegio, y sigo siendo amigo hoy. Es difícil para mi ser objetivo en este particular tema, por lo que no pido disculpas. Quizá nunca puedas amar la música tan ferozmente como el material que ingresa en el torrente sanguíneo como un adolescente, cuando estas tratando de encontrar quién eres y quién deberías ser. Incluso después de todos estos años, mis recuerdos y sentimientos más intensos por U2 están inevitablemente ligados con esa primigenia experiencia: el devenir. Fui privilegiado de verlos convertirse en una banda al rojo vivo en discos, bares, clubs y salones de iglesias alrededor de Dublín. He estado continuamente contento por los agigantados pasos que han hecho en su camino hasta ser agasajados como una de las bandas más grandes de todos los tiempos, censurada por algunos por su gran ambición y música de grandes gestos.

Una de las preguntas para un aniversario como este es si su futuro estaba inherente en esa primera reunión, o si alguien podía haberlo previsto. La respuesta debería ser no… incluso quizá. Hubiera sido absurdo seriamente contemplar la conquista del mundo desde Dublín en los setenta, aunque adolescentes, era absurdo. Éramos todos un puñado de soñadores, obsesionados por el rock and roll. Puedo recordar las conversaciones colegiales con Bono acerca de hacer un disco para vencer a Sergeant Pepper, así nunca había escasez de ambición. Ellos se volvieron muy rápidamente una banda extraordinariamente poderosa y original, cambiando de marchas de descuidados covers a la elegancia de la new wave, cambiando su nombre de Feedback a The Hype, antes de florecer en la épica ciencia y ficción de U2, desvelado en un concierto en el salón de la iglesia de mi pueblo en marzo de 1978.

El dinamismo de Bono como líder fue inmediatamente evidente, y, honestamente, fue una estrella en el corredor del colegio antes de que se subiera alguna vez al escenario, tan sociable, curioso, carismático y apasionado como lo es ahora. El genio de The Edge como músico le tomó un poco más de tiempo para brillar pero para el 78 ya estaba encendido, usando una primitiva unidad de eco Memory Man para conjurar enormes paredes de sonido. Esos dos pudieron haber sido una sociedad productiva sean quienes sean lo que estaban en la banda con ellos, los dos arbitrariamente se acoplan como resultado de tener exactamente las habilidades correctas y las personalidades para balancear la dinámica. Larry Mullen Jr es un baterista idiosincrático y poderoso, y uno de los más estoicos, leales y motivadores en silencio que pudieras conocer, adhiriendo a un código interno muy firme. A Bono le gusta llamarlo “los frenos en U2”, bajo la condición de que “cuando el cohete está virando violentamente, por supuesto, estás muy agradecido de tener frenos.”

El bajista Adam Clayton representa un elemento más rebelde, tanto tocando como en estilo personal. Es uno de los caballeros de la naturaleza, con una forma fácil de llevar y un instinto por la resolución de conflictos que ayuda a hacer la funcionalidad de un pequeño grupo de individuos posible. Pero, también, fue el chico más rock and roll que algunas vez hubiéramos conocido, apareciendo en su primer día en el colegio usando un abrigo afgano y un casco de obrero amarillo. Para Adam, siempre fue ser un estrella de rock o nada, y su única ambición fue una parte enorme para presionar hacia delante a la banda desde sus comienzos.


U2 en su 360º Tour, 2009

La inquebrantable alineación de U2 es posiblemente única en la historia de la música popular. No puedo pensar en otra banda exitosa que haya logrado tanto e ido tan lejos con exactamente la misma unidad de personas. Para poner en perspectiva, los cuatro Beatles duraron menos de una década juntos y hay suficientes exmiembros de los Rolling Stones como para formar otro grupo. Bono, Edge, Adam y Larry han estado unidos por una lealtad y amistad que los ha sostenido mientras que todos sus contemporáneos, sin excepción, han caído, traído nuevos miembros, separados, a veces reunidos con diferentes alineaciones. Y esto va al corazón de lo que es U2, y del porqué mantienen una fuerza a tener en cuenta.

Un gran grupo es un pequeño milagro, donde las fuerzas de la competencia y las personalidades se alinean en una especie de balance cósmico, a menudo solo por cortos periodos de tiempo. Desde algunas perspectivas, una banda se trata de una manera al menos eficiente o lógica de hacer música. Un compositor de música clásica escribe las notas para los músicos que lo siguen pero una banda, esencialmente, tropieza con su identidad al tener que juntarse en una habitación y tocar. Su sonido y estilo es la suma de las personalidades y la forma en la que expresan su carácter a través de sus instrumentos (y a través de sus vestuarios, e ideas políticas y sociales). No tienen que ser los mejores músicos. Solo tienen que ser los músicos correctos.

La mayoría de las bandas, en un momento u otro, alteran su composición química reemplazando a un miembro original con otro músico (a menudo removiendo el eslabón musical más débil por otro supuestamente más fuerte) y frecuentemente pierden todo en el proceso. Las bandas se separan por todo tipo de razones pero usualmente pasan el resto de sus vidas musicales anhelando la química indefinible de esa unidad especial. Como este aniversario número 40 demuestra, la unión de U2 es su mayor fortaleza. Es una manifestación de cuatro décadas de duración de unidad y lealtad inherente en su gran himno, “One”, que proclama la fortaleza de ser “uno pero no lo mismo”, como la alegría y el privilegio de “llevar el uno al otro”. No me sorprende que los propios U2 no parezcan estar planeando algo para marcar este aniversario. Para ellos, sigue siendo una historia que continua, con rumores de un disco nuevo y gira para el próximo año. Quizá están ahorrando fuego para el medio siglo.