LEONARD COHEN: El hombre. La música. La película.
Un autor prolífico. Un músico sin voz de cantante. El poeta de su generación.
No, no le estoy hablando de Bob Dylan -hablo de Leonard Cohen. Solo su nombre inspira imágenes de desánimo, y por lo tanto el ha inspirado a numerosos artistas empujándolos a profundizar más en sus propios pozos de intrigas y de producir parecidos jefes de obra. Años en los cuales, el misterio ha envuelto a este músico subestimado. Finalmente, su historia es contada en un nuevo documental “Leonard Cohen, I´m Your Man”.
Como ya saben probablemente, U2 actúa en este film. Edge y Bono figuran al lado de otros músicos, comentando la vida y obra de Cohen. Bono lo compara a poetas tales como Lord Byron y William Butler Yeats, y Edge por su parte ofrece al público un resumen histórico de sus costumbres de monje (en serio, es del todo creíble en el contexto del film). Como siempre, sus perspicacias son citadas, sus pensamientos sentimentales y sus comunicados elocuentes.
Este film está presenta en un modo hipnótico, no en oposición a la mayoría de la música de Cohen. Las anécdotas de Cohen están yuxtapuestas a los homenajes de sus fans célebres. Esto abarca de Nick Cave con “I´m Your Man”, pasando por la dulzura de Beth Orton y Jarvis Cocker en “Death of a Ladies Man”, hasta el crucificante “The Traitor”de Martha Wainwright. Parecen todos sinceros y auténticos. Las canciones están acompañadas de una descripción de los hechos de la vida de Cohen en el momento de su creación, lo que facilita que el fan ocasional se transofmre en uno de los fervientes admiradores del compositor.
Es sin sorpresa que Leonard Cohen, el mismo, ofrece una prosa de lo más divertida. Sus fotos de infancia desfilan y el describe las influencias de su tierna niñez; también un álbum con las portadas de sus discos, recuerda tranquilamente los malos períodos que le han llevado algunas de sus célebres obras. Su actitud es tranquila y a la vez tierna, y sus maneras son exquisitamente auto-depresivas. Si no le gusta Leonard Cohen como hombre, apuesto lo que sea que cambiara de opinión después de haber visto esta película.
Pero una cosa esta clara, la película no es para todos. Sin un mínimo de conocimientos del catálogo de canciones de Cohen, las secuencias musicales pueden ser terriblemente aburridas. El ritmo es lento y metódico, y todos los artistas invitados no son tan carismáticos como los U2. Si uno se rinde a esta película, como fan de U2, le aconsejo esperar la salida en video o DVD, para poder avanzar a las escenas interesantes.
El punto culminante es cuando Cohen interpreta con éxito “Tower of Song” con U2 en New York. El decorado es muy diferente a las otras actuaciones de la película, el grupo esta colocado en un minúsculo lugar de cara a una cortina roja.
Podemos catalogar a U2 según sus propios estándares visuales -Bono y sus gafas, Edge y su gorro de lana, Adam atrás a un lado y Larry consumiéndose- pero en todo eso hay algo que vemos raramente. En esa habitación, en esta escena, con otro cantante líder a los mandos, U2 es un grupo de músicos en sesión. Probablemente el más célebre que hallamos visto en una película, pero un grupo que apoya al cantante. Cohen mandando al público de cierta forma con sus expresiones no forzadas y su impecable interpretación que cuando la cámara mira a Bono, uno esta impaciente, de hecho, en verla otra vez con Cohen.
No, no le estoy hablando de Bob Dylan -hablo de Leonard Cohen. Solo su nombre inspira imágenes de desánimo, y por lo tanto el ha inspirado a numerosos artistas empujándolos a profundizar más en sus propios pozos de intrigas y de producir parecidos jefes de obra. Años en los cuales, el misterio ha envuelto a este músico subestimado. Finalmente, su historia es contada en un nuevo documental “Leonard Cohen, I´m Your Man”.
Como ya saben probablemente, U2 actúa en este film. Edge y Bono figuran al lado de otros músicos, comentando la vida y obra de Cohen. Bono lo compara a poetas tales como Lord Byron y William Butler Yeats, y Edge por su parte ofrece al público un resumen histórico de sus costumbres de monje (en serio, es del todo creíble en el contexto del film). Como siempre, sus perspicacias son citadas, sus pensamientos sentimentales y sus comunicados elocuentes.
Este film está presenta en un modo hipnótico, no en oposición a la mayoría de la música de Cohen. Las anécdotas de Cohen están yuxtapuestas a los homenajes de sus fans célebres. Esto abarca de Nick Cave con “I´m Your Man”, pasando por la dulzura de Beth Orton y Jarvis Cocker en “Death of a Ladies Man”, hasta el crucificante “The Traitor”de Martha Wainwright. Parecen todos sinceros y auténticos. Las canciones están acompañadas de una descripción de los hechos de la vida de Cohen en el momento de su creación, lo que facilita que el fan ocasional se transofmre en uno de los fervientes admiradores del compositor.
Es sin sorpresa que Leonard Cohen, el mismo, ofrece una prosa de lo más divertida. Sus fotos de infancia desfilan y el describe las influencias de su tierna niñez; también un álbum con las portadas de sus discos, recuerda tranquilamente los malos períodos que le han llevado algunas de sus célebres obras. Su actitud es tranquila y a la vez tierna, y sus maneras son exquisitamente auto-depresivas. Si no le gusta Leonard Cohen como hombre, apuesto lo que sea que cambiara de opinión después de haber visto esta película.
Pero una cosa esta clara, la película no es para todos. Sin un mínimo de conocimientos del catálogo de canciones de Cohen, las secuencias musicales pueden ser terriblemente aburridas. El ritmo es lento y metódico, y todos los artistas invitados no son tan carismáticos como los U2. Si uno se rinde a esta película, como fan de U2, le aconsejo esperar la salida en video o DVD, para poder avanzar a las escenas interesantes.
El punto culminante es cuando Cohen interpreta con éxito “Tower of Song” con U2 en New York. El decorado es muy diferente a las otras actuaciones de la película, el grupo esta colocado en un minúsculo lugar de cara a una cortina roja.
Podemos catalogar a U2 según sus propios estándares visuales -Bono y sus gafas, Edge y su gorro de lana, Adam atrás a un lado y Larry consumiéndose- pero en todo eso hay algo que vemos raramente. En esa habitación, en esta escena, con otro cantante líder a los mandos, U2 es un grupo de músicos en sesión. Probablemente el más célebre que hallamos visto en una película, pero un grupo que apoya al cantante. Cohen mandando al público de cierta forma con sus expresiones no forzadas y su impecable interpretación que cuando la cámara mira a Bono, uno esta impaciente, de hecho, en verla otra vez con Cohen.