BONO: Tenemos que hacer de África una aventura

Un Día con Bono
“Tenemos que hacer de África una aventura”

La habilidad de Bono para ganar a la gente respecto a su misión por África es legendaria. Pero ¿Cómo le hace? ¿Y a dónde cree que esta fusión de celebridad y política llegarán? En su única entrevista al diario británico The Guardian, Madeleine Bunting pasa un día con la estrella de U2 para averiguarlo.


11:30 A.M.

Son las 11:30 Hrs. en una suite en el piso de arriba de un hotel de cinco estrellas en Cologne. The Edge, el guitarrista de U2, está desayunando tranquilamente con sus hijas en el lounge luego del concierto de la noche previa, la segunda cita en Europa de su tour Vertigo. Larry Mullen, baterista de la banda, deambula por los alrededores pero no hay señal de Bono. El se encuentra en su cuarto con un equipo de doctores alemanes que fueron llamados para atender un problema de espalda. Hasta el momento, esta mañana, él ha tenido 23 inyecciones para que pueda volver a ponerse de pie.

Sigue un día de entrevistas a la prensa, un show de la televisión alemana, ensayos y un vuelo nocturno a Manchester. Wim Wenders, el cineasta germano, pasa a visitarlo para regresar un libro que Bono le había prestado. Se trata del periodista polaco, el clásico de Ryszard Kapuscinski sobre África, The Shadow of the Sun [La Sombra del Sol]. Bono ha logrado que Wenders se comprometa a tomar un rol primordial en el equivalente alemán de Make Poverty History [Hagamos que la Pobreza se vuelva Historia].


12:30 P.M.

Finalmente, Bono aparece y camina con dificultad. Pero el dolor no detiene la campaña, estamos en el hacer llamadas y se habla sobre el acuerdo del fin de semana pasado sobre la deuda. “La condicionalidad [conditionality] es crítica,” asegura. “¿Se trata de la condicionalidad de nosotros reduciremos la deuda si ustedes reducen sus impuestos de forma que nosotros podamos inundar sus mercados con importaciones baratas?”

Afuera, se dirige al grupo de admiradores. “Ese hombre dijo que era un capitalista de inversiones de Beijín,” asegura un animado Bono mientras sube al automóvil. “Le dije que somos capitalistas aventureros.”

Mientras el carro viaja por Cologne, Bono describe cómo ha realizado negociaciones de lobby en la administración estadounidense. El recuerda cómo se encontró con Les Gelb del thinktank estadounidense llamado Council of Foreign Relations [Consejo de Relaciones Exteriores]: “El dijo que no me diría los nombres de las personas que le pueden ayudar, le voy a dar los 30 nombres de las personas que pueden bloquearlo. Nos acercamos a ellos, uno a uno.”

Luego estuvo el Republicano con quien estaba negociando, quien se volteó y le preguntó “¿Conoces al Señor?” [”Do you know the Lord?”]. A lo que Bono bromeó, “¿Pero el Señor me conoce?” [”But does the Lord know me?”], antes de conceder que él es un “creyente” [”believer”].

El no para en sus anécdotas, la mímica perfecta y el nombre concuerda desde Hollywood hasta Capitol Hill [el Congreso de Estados Unidos N/Enkidu] hasta que llega a los estudios del ensayo. El tal vez puede tener una audiencia pequeña en su auto, pero aún es el consumado animador [consummate entertainer].


1:00 P.M.

Los estudios del ensayo se encuentran en un almacén renovado en una propiedad industrial en desuso. Lo primero a lo que se enfrenta es a una entrevista para la revista, Stern, con una de las estrellas de rock más importantes de Alemania, Herbert Grönemeyer, quien ha organizado el equivalente alemán de la campaña Make Poverty History. Incluso ha logrado obtener un acuerdo para que la Puerta de Brandenburgo sea envuelta en una banda blanca para el concierto Live 8 el 2 de julio.


2:00 P.M.

Antes de la siguiente entrevista, otra rueda de fotos. El escucha con atención sobre lo que se requiere, posa con toda la rudeza de una estrella de rock –él no sonríe– pero mientras tanto habla sobre las experiencias en Africa que le mantienen haciendo esta campaña:

“Estábamos en campaña en Etiopía [él pasó seis meses ahí con su esposa a mediados de los 80’s] y en la mañana, esta neblina se elevaba y sobre la colina habían montones de gente que venía al centro de alimentación, vestidos en harapos. El centro estaba rodeado por un alambre de púas, no para que la gente se quedara sino para mantenerla alejada –lejos de la comida–. Ellos dejaban bebés fuera de nuestra tienda – rogándonos que los recogiéramos y los lleváramos a casa con nosotros porque tendrían mejores vidas con nosotros. Yo no puedo hablar de este tipo de cosas con amigos y familiares...”

El saluda a algunos de los que siempre se reúnen a su alrededor. Luego va a otra entrevista conjunta con Grönemeyer. El da a su entrevistador una de sus citas favoritas: “Music can change the world. It can change the world inside your head, it changed my little bedroom when I was a kid. And it can change the world” [La música puede cambiar al mundo. Puede cambiar al mundo dentro de tu cabeza, esta cambió mi pequeño dormitorio cuando era un niño. Y puede cambiar al mundo].

Es el tema que escoge en cada uno de los conciertos donde, contra un telón de fondo cubierto con las banderas africanas que atraviesan la pantalla electrónica, él interpreta la canción que escribió sobre Etiopía: Where the Streets Have No Name [Donde las Calles No Tienen Nombre]. La declaración política de Bono es explícita, está comercializando no sólo su álbum nuevo en este tour, sino su campaña sobre África. Es el resultado de años de pensar las formas en que puede hacer esta campaña, y en la forma de usar sus habilidades como un animador para vender su causa.

“Esto es el negocio del entretenimiento; estamos creando un drama –este G8 es un momento inusual,” asegura. “Hace unos años estábamos muy concientes de que a fin de prevalecer sobre Africa, tendríamos que tener una dramatización mejor de la situación de manera en que pudiésemos hacer a Africa menos un obstáculo y más una aventura.”

Bono trajo mucho del glamour necesario para una campaña que es valiosa cuando tomó a su cargo un alivio de la deuda en 1999. Desde entonces, él ha sido pionero en un modelo nuevo de cómo las celebridades pueden utilizar su poder. Lo que resalta de él es cómo está reinventando la forma en que las estrellas de rock hacen política. En el pasado, los músicos utilizaban protestas; utilizaban su idealismo para ser altamente críticos de los políticos. Bono hace eso, pero él también alaba: “Yo saludo a Gerhard Schröder por el acuerdo sobre el alivio de la deuda en el G7” [”I salute Gerhard Schröder for the deal on debt relief at the G7”], dice en cada entrevista alemana. Y ese es un mensaje que está llegando a cientos de miles de los votantes más duros de alcanzar –los jóvenes no comprometidos y desconectados de la política.


7:00 P.M.

Luego de algunos ensayos con la banda, un show de televisión alemán en vivo. Hay un par de canciones y un poco de conversación en el sofá del conductor, un comediante alemán; esta vez, le toca a Edge avanzar el tema sobre África. Bono habla de “nuestros hermanos y hermanas en África” antes de alabar de forma abundante tanto al conductor como al show de televisión.


8:30 P.M.

Un convoy toma al equipo de U2 –más las guitarras en sus casos– al avión privado en el aeropuerto de Cologne. Le toma a la banda por un poco de tiempo para salir del cuarto verde y por entre la multitud de admiradores, que los esperan afuera. “Soy un tipo hiperactivo,” declaró Bono en una de sus entrevistas anteriores, ese mismo día, y mientras se acomoda en su asiento y retira sus lentes obscuros para iniciar su entrevista con The Guardian a las 10:00 P.M., luego de una cena en el aeroplano, uno comienza a ver lo que quiere decir. “Me gustaría no tener que trabajar tan duro. Preferiría estar en un salón de ensayos con la banda y pasar más tiempo con mi familia,” asegura. Pero compara su posición con la de un futbolista que toma su oportunidad, tiene la pelota y una perspectiva clara del gol, así que dispara. Bono reconoce que su estatus de estrella de rock le da acceso y él lo utiliza. Pero esto conlleva un riesgo: está en riesgo su credibilidad mientras intenta dar a los políticos por su lado el empujón que necesitan para vender sus políticas sobre África.

Tomemos el discurso que Bono dio en la conferencia del Partido Laborista el verano pasado, cuando comparó a Tony Blair y Gordon Brown con Paul McCartney y John Lennon.

“Esto fue poner el trasero fuera de la ventana –lo sabía– pero la conferencia necesitaba que se le recordara de algunos de sus ideales y mostrar a Tony y a Gordon que ellos iban a tener que tomar decisiones muy difíciles y valientes.”

Su mezcla de música y política también causa tensiones dentro de la banda. Otros miembros se manifiestan nerviosos ya que podría dañar la imagen del grupo.

“Aunque están plenamente comprometidos con esto [la causa de África] y comprometidos en lo financiero, tienen muchas dificultades al respecto, particularmente al encontrarse con Bush y en la conferencia del Partido Laborista. El Edge se ha suavizado un poco y parece que debemos superar esas tensiones por el momento,” comentó.


11.30 P.M.

Lo que motiva a que Bono siga la campaña es la convicción de que los problemas de África pueden ser resueltos. El acuerdo que quiere en el G8 sobre ayuda, justicia comercial y alivio de la deuda a fin de establecer un capital para que el continente pueda cambiar: “Si nos encontramos en 25 años y las cosas continúan de la misma forma que hoy, estaré sorprendido así como apenado y humillado. Tengo muchas esperanzas sobre el futuro de África –incluso sobre el SIDA que es una guerra que se puede ganar.” El parece sorprendido de que no todos compartan su convicción, pero el avión ha aterrizado y él hace muecas. El día aún no acaba. Hay llamadas telefónicas por hacer a Estados Unidos antes de ir a la cama para concretar el Concierto 8 US Live en Filadelfia. Mañana estará en el escenario. Pero al menos su espalda se siente bien: las inyecciones funcionaron.


“A day with Bono,” Madeleine Bunting, Guardian Unlimited, June 16, Traducción al castellano © EnkiduMagazine.com