Pocos artistas han tenido la capacidad de reinventarse como U2.
Me pregunto, ¿cuál es la bronca con U2? Hago a un lado a quienes desde siempre no gustaron de la banda por cualquier motivo.
Tampoco desestimo lo fastidioso que llegó a ser su vocalista Bono en pro de alzarse con un premio Nobel de la Paz.
Además, sé que por lógica es una banda que no le pertenece a unas dos últimas generaciones…
Un poco infame me parece el odio que ganaron en 2014 cuando en su alianza comercial con Apple Corp., la banda regaló su álbum Songs of Innocence, depositado automáticamente en la plataforma de iTunes para todos los usuarios de la misma.
Nadie está obligado a querer una banda o un cantante y su música, pero en ese argot tan nuestro, a U2 nadie le quita lo bailado.
Recientemente se les criticó que en 2017 tan sólo harán una gira de menos de 20 fechas en las que básicamente rinden homenaje a los treinta años de la publicación de su álbum The Joshua Tree, título que aunque duela a muchos está en la misma gaveta donde se guardan Exile On Main Street, The Wall, Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, Nevermind, London Calling, y otros tantos considerados como los más importantes o mejores en la historia del rock.
Y esa misma historia no se puede borrar. Muy pocos artistas –se cuentan con los dedos de una mano– han tenido la capacidad de reinventarse una y otra vez, arriesgarlo todo en pro de expresar musicalmente distintas dinámicas, mundos muy diversos.
De la crudeza de sus álbumes Boy y War, a las fantásticas y novedosas atmósferas de The Unforgettable Fire y The Joshua Tree, a la increíble alianza industrial-electrónica de Achtung Baby y Zooropa, al incierto mundo rock pop electrónico de Pop, al equilibrio y madurez de All That You Can’t Leave Behind y How To Dismantle An Atomic Bomb, la solidez de A New Line On The Horizon y genialidad de Songs Of Innocence, hay un camino con mucho por valorar.
En estos tiempos comerciales de la música, tan diferentes a los de hace tan solo una década, que no se esperen el mismo U2 de antes.
Hace ya rato que estos cuatro irlandeses atravesaron ese umbral hacia el estar más allá del bien y del mal.
DANIEL CASAS
Periodista musical
Fuente: ElTiempo.com