Tombouctou es una ciudad mítica del norte de Malí, donde turistas occidentales fueron raptados y uno de ellos asesinado en noviembre del año pasado por grupos de Al-Qaeda. Miles de personas, entre ellos Bono y su mujer Ali, desafiaron las recomendaciones de seguridad para asistir al festival sobre las dunas.
El "Festival Del Desierto", cita cultural desde hace 10 años, en su segundo día, y con ya una hora de comenzado el espectáculo, los proyectores perdieron su objetivo y un clamor popular se elevó. Era Bono, el líder de U2, la estrella invitada que llegaba. Todo vestido de negro, el irlandés levantó la mano hacia los espectadores y gritó "Todos somos hermanos aquí", activando el delirio de muchachas que intentaron en vano subir al escenario.
El público, de pie, aplaudió a rugir al rockero, que fue llevado al escenario junto al grupo malí, Tinariwen, compuesto por Touaregs, algunos de ellos apodados "la voz de los desiertos".
Al final de su presentación, Bono se emocionó frente a los entusiastas "¡Gracias! ¡Gracias!" de la muchedumbre. "Pasó (por Tombouctou) a pesar de todo lo que se dice sobre la seguridad. Nunca olvidaremos lo que él hizo," dijo el músico malí Bassékou Kouyaté.
A finales de noviembre, cinco personas occidentales fueron secuestradas al norte de Malí. Otro fue asesinado al resistirse a sus raptores. Estas acciones fueron reivindicadas por AQMI (Al Qaeda del Norte del África Islámica), que unas horas antes de iniciado el festival había amenazado con matar a los rehenes advirtiendo a los países de origen: Francia, el Reino Unido, los Países Bajos y Suecia.
Fuente: AFP