“Todo esta en la visión de las cosas”
The Independent
Andy Gill
El guitarrista de U2, cuenta a Andy Gill cómo los músicos de Nueva Orleáns reconstruyen su cultura -y su vida cotidiana- con un poco de ayuda de sus amigos.
Siempre nos damos cuenta que América no mima lo suficiente su herencia cultural, particularmente los relacionados con los orígenes afro-americanos. Los músicos negros de jazz que recorrían Europa en gira en los años 40 y 50 siempre se mostraron muy sorprendidos por las respetuosas acogidas que tuvieron -“me han llamado señor!”- y que muchos de ellos prefirieron vivir allí.
Alguno de ellos eran “bluesmen” negros envejeciendo, salvados de la penumbra en los años 60 gracias al interés que tenían chicos blancos británicos tales como los Stones. El gran Son House ya no poseía ni su guitarra cuando ha sido olvidado para reestablecerse más tarde en este decenio. Si hubiera dependido de América, hubiera sido una figura de leyenda, como Robert Johnson.
El último ejemplo de actitud caballerosa en este país hacia los artistas negros ha sido el menosprecio que han tenido las agencias de los mandatarios, de la forma de tratar a Nueva Orleáns, verdaderamente la ciudad más significativa musicalmente hablando del continente, la Viena Americana. “Para mí, en términos de ADN, es como los orígenes de la especie del rock´n´roll”, declara Edge, el guitarrista de U2. “Esta región es el lugar donde la combinación de influencias ha creado un ambiente musical que abarca del jazz, al blues, y al rock´n´roll. Es esta influencia africana evidente, mezclada con otras músicas europeas -influencias de Escocia, Irlanda, influencias Francesas- es ahí donde parece empezar todo.”
Los resultados tienen una potente influencia: El jazz de Kina Oliver y de Louis Armstrong, el perfume del piano Jelly Roll Morton, Professor Longhair y Dr John, el rock´n´roll seminal de Little Richard y Fats Domino, y el R&B de Meters, Allen Toussaint y de Lee Dorsey.
“El piano y los cueros son más que una cosa propia de Nueva Orleáns”, reconoce Edge. “Los inicios del rock´n´roll estaban ligados con el piano, quien se enfadó con los otros instrumentos cuando tipos como Chuck Berry han transferido acordes de piano a una guitarra. Pienso que el rock´n´roll jamás hubiera existido sin Nueva Orleáns, entonces hoy la música rock contemporánea debe una cantidad masiva de gratitud a Nueva Orleáns, y tiene que recordar a este lugar. No hubieran existido ni Beatles, ni Rolling Stones, ni Elvis.”
Para numerosas personas, era como si la herencia musical de la ciudad hubiera sido abandonada a su suerte por los destrozos del huracán Katrina. En noviembre pasado, Edge volaba para verlo, y se horrorizó por la vista aérea. “Llegando por arriba, todo lo que podía ver a cada momento es que el techo estaba cubierto por un manto azul, de hecho toda la ciudad era un manto azul” recuerda. “He vuelto hace tres semanas, en el Lower Ninth Ward, y era exactamente lo mismo, casi un año más tarde. No han hecho nada.”
El Lower Ninth Ward es el corazón musical de la ciudad. Los turistas se pueden repartir en manadas en los bares de jazz o en los grupos de Dixieland tocando en el pintoresco barrio francés, pero la verdadera esencia de la música reside en los habitantes del barrio pobre, negro, que mantienen el jazz de la ciudad y su herencia, R&B, parte de Fats Domino, los Neville Brothers y un número infinito de otros grandes del rock´n´roll. Hoy después de un año desde el desastre, esta todavía en ruinas.
“Mientras que en algunos otros barrios ayudaron, el Ninth Ward la guardia nacional o la policía impedía a las personas pasar para ver sus casas: no querían simplemente que las personas volvieran”, precisa Edge.
Todo esto confunde la imaginación de constatar cuánto la respuesta al desastre ha sido mal llevada. Aparentemente, es posible obtener una subvención para arreglar su vieja habitación pero tienen que inscribirse “on line”. Supongo que utilizando su ordenador mojado. Y según un reportero de CNN, Edge ha hablado con la Federal Emergency Management Agency que ha gastado 180 millones de dólares para la construcción de una enorme morgue hi-tech a las afueras de la ciudad, con habitaciones para centenares de personas y su personal. Después de la catástrofe cerca de 60 autopsias han sido hechas allí, después de eso fue silenciosamente desmantelado, y luego bajo la supervisión de vigilantes, fue llamado Dome del Millennium. Hubieran podido hacer otras cosas.
Existía un peligro a largo plazo en el espíritu creativo de Nueva Orleáns, que se agotara en la pereza, porque los músicos que hacían la fiesta preferida de la ciudad, se habían dispersado.
“Los demás lugares de América son escenas musicales, pero es verdaderamente una cultura musical que va sobrada y que encontramos en Nueva Orleáns,” explica Edge. “Es como si la ciudad fuese una academia musical gigante: cada cual hace su música, cada cual aprende de otros músicos cómo tocar. Y con el Katrina, este sistema mediante su unidad ya ha sido totalmente arrasado.”
De cara a la incompetencia de las agencias federales, ha sido dejado en manos de los músicos, y de la industria musical el intentar restaurar las fundaciones musicales de la ciudad. Con Edge y el productor Bob Ezrin en cabeza, una alianza de promotores y de fabricantes, incluidos las guitarras Gibson, una iniciativa con el nombre de Music Rising a empezado el pasado año. Se trata de una acción caritativa para reequipar de instrumentos a los músicos, los que perdieron todo con las inundaciones.
Subvenciones de 1.000 dólares (800 euros) son entregados a los necesitados, que tienen la suerte de reemplazar su instrumento a precio normal. A día de hoy, esta iniciativa ha ayudado a cerca de 1.500 músicos, incluidos guitarristas de blues Walter “Wolfman” Washington, el saxofonista Brian “Breeze” Cayolle, y Deacon John Moore, que acompañaba a Robert Parker en Barefootin”. El gran Fats Domino ha recibido de Gibson un piano Baldwin nuevo.
También han reemplazado los instrumentos del grupo de jazz del legendario Preservation Hall. En la ciudad para el reciente Jazz and Heritage Festival anual, en el cual ha participado tanto como artista invitado del Matthews Band y durante la cual ha cantado Stand By Me con la New Biergh Brass Band, Edge también se sentó con el grupo del Preservation Hall, en el cual la mayoría de miembros tienen entre 60 y 70 años. “Han llegado a escuchar una especies de versión Dixieland de Vertigo, fue tan genial!!”
Los músicos que se han encontrado un poco dispersos por la ciudad han sido ayudados con las manifestaciones caritativas como el concierto New York/MusiCares en el cual los invitados eran Bruce Springsteen, Elvis Costello, Allen Toussaint, Dr John y algunas personalidades más. Quint Davis, organizador de la edición anual del Jazz Heritage Festiva de Nueva Orleáns, estaba contento de ver personalidades como Costello, Springsteen y Bob Dilan, todas de acuerdo para tocar este año, garantizando una gran asistencia de público. Otras iniciativas comprendían una subasta de un ticket que ha llegado a la suma de 100.000, y una guitarra Gibson/Music Rising, una edición limitada de una Les Paul fabricada con madera de la región devastada, que se ha rápidamente agotado.
Gibson piensa ahora crear una serie mucha más abordable, una gran edición de Epiphone Casion Music Rising, la guitarra utilizada por los Beatles, John y George en sus comienzos, también por Noel Gallagher (de Oasis) y por supuesto por Edge.
“Lo que intentamos hacer ahora con Music Rising es de alargar un poco las cosas” señala. “No hemos llevado la iniciativa a Europa, primero porque se trata de una iniciativa americana, pero la guitarra Epiphone Music tendría mucho más peso en Europa; y usaremos un logo que estará igualmente disponible en camisetas. Simplemente intentamos encontrar nuevas ideas para recaudar más fondos.”
La próxima prioridad de esta obra de beneficencia será la reconstrucción de iglesias. “Nos apoyamos demasiado en las políticas”, concluye Edge. “No siempre tienen el talento suficiente para hacer frente a estas situaciones, o una visión de ello. También necesitamos que los artitas y los músicos comprendan el juego. Mientras paseaba en el festival de jazz, 4 o 5 músicos han venido a verme y me han dicho: “Gracias por el nuevo ampli, tío, he conseguido rehacerme.” O bien “Gracias por la guitarra.” Era verdaderamente inspirador, un sentimiento increíble, y me ha probado que eso realmente funcionaba.”
Para mas información: Music Rising
Andy Gill
El guitarrista de U2, cuenta a Andy Gill cómo los músicos de Nueva Orleáns reconstruyen su cultura -y su vida cotidiana- con un poco de ayuda de sus amigos.
Siempre nos damos cuenta que América no mima lo suficiente su herencia cultural, particularmente los relacionados con los orígenes afro-americanos. Los músicos negros de jazz que recorrían Europa en gira en los años 40 y 50 siempre se mostraron muy sorprendidos por las respetuosas acogidas que tuvieron -“me han llamado señor!”- y que muchos de ellos prefirieron vivir allí.
Alguno de ellos eran “bluesmen” negros envejeciendo, salvados de la penumbra en los años 60 gracias al interés que tenían chicos blancos británicos tales como los Stones. El gran Son House ya no poseía ni su guitarra cuando ha sido olvidado para reestablecerse más tarde en este decenio. Si hubiera dependido de América, hubiera sido una figura de leyenda, como Robert Johnson.
El último ejemplo de actitud caballerosa en este país hacia los artistas negros ha sido el menosprecio que han tenido las agencias de los mandatarios, de la forma de tratar a Nueva Orleáns, verdaderamente la ciudad más significativa musicalmente hablando del continente, la Viena Americana. “Para mí, en términos de ADN, es como los orígenes de la especie del rock´n´roll”, declara Edge, el guitarrista de U2. “Esta región es el lugar donde la combinación de influencias ha creado un ambiente musical que abarca del jazz, al blues, y al rock´n´roll. Es esta influencia africana evidente, mezclada con otras músicas europeas -influencias de Escocia, Irlanda, influencias Francesas- es ahí donde parece empezar todo.”
Los resultados tienen una potente influencia: El jazz de Kina Oliver y de Louis Armstrong, el perfume del piano Jelly Roll Morton, Professor Longhair y Dr John, el rock´n´roll seminal de Little Richard y Fats Domino, y el R&B de Meters, Allen Toussaint y de Lee Dorsey.
“El piano y los cueros son más que una cosa propia de Nueva Orleáns”, reconoce Edge. “Los inicios del rock´n´roll estaban ligados con el piano, quien se enfadó con los otros instrumentos cuando tipos como Chuck Berry han transferido acordes de piano a una guitarra. Pienso que el rock´n´roll jamás hubiera existido sin Nueva Orleáns, entonces hoy la música rock contemporánea debe una cantidad masiva de gratitud a Nueva Orleáns, y tiene que recordar a este lugar. No hubieran existido ni Beatles, ni Rolling Stones, ni Elvis.”
Para numerosas personas, era como si la herencia musical de la ciudad hubiera sido abandonada a su suerte por los destrozos del huracán Katrina. En noviembre pasado, Edge volaba para verlo, y se horrorizó por la vista aérea. “Llegando por arriba, todo lo que podía ver a cada momento es que el techo estaba cubierto por un manto azul, de hecho toda la ciudad era un manto azul” recuerda. “He vuelto hace tres semanas, en el Lower Ninth Ward, y era exactamente lo mismo, casi un año más tarde. No han hecho nada.”
El Lower Ninth Ward es el corazón musical de la ciudad. Los turistas se pueden repartir en manadas en los bares de jazz o en los grupos de Dixieland tocando en el pintoresco barrio francés, pero la verdadera esencia de la música reside en los habitantes del barrio pobre, negro, que mantienen el jazz de la ciudad y su herencia, R&B, parte de Fats Domino, los Neville Brothers y un número infinito de otros grandes del rock´n´roll. Hoy después de un año desde el desastre, esta todavía en ruinas.
“Mientras que en algunos otros barrios ayudaron, el Ninth Ward la guardia nacional o la policía impedía a las personas pasar para ver sus casas: no querían simplemente que las personas volvieran”, precisa Edge.
Todo esto confunde la imaginación de constatar cuánto la respuesta al desastre ha sido mal llevada. Aparentemente, es posible obtener una subvención para arreglar su vieja habitación pero tienen que inscribirse “on line”. Supongo que utilizando su ordenador mojado. Y según un reportero de CNN, Edge ha hablado con la Federal Emergency Management Agency que ha gastado 180 millones de dólares para la construcción de una enorme morgue hi-tech a las afueras de la ciudad, con habitaciones para centenares de personas y su personal. Después de la catástrofe cerca de 60 autopsias han sido hechas allí, después de eso fue silenciosamente desmantelado, y luego bajo la supervisión de vigilantes, fue llamado Dome del Millennium. Hubieran podido hacer otras cosas.
Existía un peligro a largo plazo en el espíritu creativo de Nueva Orleáns, que se agotara en la pereza, porque los músicos que hacían la fiesta preferida de la ciudad, se habían dispersado.
“Los demás lugares de América son escenas musicales, pero es verdaderamente una cultura musical que va sobrada y que encontramos en Nueva Orleáns,” explica Edge. “Es como si la ciudad fuese una academia musical gigante: cada cual hace su música, cada cual aprende de otros músicos cómo tocar. Y con el Katrina, este sistema mediante su unidad ya ha sido totalmente arrasado.”
De cara a la incompetencia de las agencias federales, ha sido dejado en manos de los músicos, y de la industria musical el intentar restaurar las fundaciones musicales de la ciudad. Con Edge y el productor Bob Ezrin en cabeza, una alianza de promotores y de fabricantes, incluidos las guitarras Gibson, una iniciativa con el nombre de Music Rising a empezado el pasado año. Se trata de una acción caritativa para reequipar de instrumentos a los músicos, los que perdieron todo con las inundaciones.
Subvenciones de 1.000 dólares (800 euros) son entregados a los necesitados, que tienen la suerte de reemplazar su instrumento a precio normal. A día de hoy, esta iniciativa ha ayudado a cerca de 1.500 músicos, incluidos guitarristas de blues Walter “Wolfman” Washington, el saxofonista Brian “Breeze” Cayolle, y Deacon John Moore, que acompañaba a Robert Parker en Barefootin”. El gran Fats Domino ha recibido de Gibson un piano Baldwin nuevo.
También han reemplazado los instrumentos del grupo de jazz del legendario Preservation Hall. En la ciudad para el reciente Jazz and Heritage Festival anual, en el cual ha participado tanto como artista invitado del Matthews Band y durante la cual ha cantado Stand By Me con la New Biergh Brass Band, Edge también se sentó con el grupo del Preservation Hall, en el cual la mayoría de miembros tienen entre 60 y 70 años. “Han llegado a escuchar una especies de versión Dixieland de Vertigo, fue tan genial!!”
Los músicos que se han encontrado un poco dispersos por la ciudad han sido ayudados con las manifestaciones caritativas como el concierto New York/MusiCares en el cual los invitados eran Bruce Springsteen, Elvis Costello, Allen Toussaint, Dr John y algunas personalidades más. Quint Davis, organizador de la edición anual del Jazz Heritage Festiva de Nueva Orleáns, estaba contento de ver personalidades como Costello, Springsteen y Bob Dilan, todas de acuerdo para tocar este año, garantizando una gran asistencia de público. Otras iniciativas comprendían una subasta de un ticket que ha llegado a la suma de 100.000, y una guitarra Gibson/Music Rising, una edición limitada de una Les Paul fabricada con madera de la región devastada, que se ha rápidamente agotado.
Gibson piensa ahora crear una serie mucha más abordable, una gran edición de Epiphone Casion Music Rising, la guitarra utilizada por los Beatles, John y George en sus comienzos, también por Noel Gallagher (de Oasis) y por supuesto por Edge.
“Lo que intentamos hacer ahora con Music Rising es de alargar un poco las cosas” señala. “No hemos llevado la iniciativa a Europa, primero porque se trata de una iniciativa americana, pero la guitarra Epiphone Music tendría mucho más peso en Europa; y usaremos un logo que estará igualmente disponible en camisetas. Simplemente intentamos encontrar nuevas ideas para recaudar más fondos.”
La próxima prioridad de esta obra de beneficencia será la reconstrucción de iglesias. “Nos apoyamos demasiado en las políticas”, concluye Edge. “No siempre tienen el talento suficiente para hacer frente a estas situaciones, o una visión de ello. También necesitamos que los artitas y los músicos comprendan el juego. Mientras paseaba en el festival de jazz, 4 o 5 músicos han venido a verme y me han dicho: “Gracias por el nuevo ampli, tío, he conseguido rehacerme.” O bien “Gracias por la guitarra.” Era verdaderamente inspirador, un sentimiento increíble, y me ha probado que eso realmente funcionaba.”
Para mas información: Music Rising