El secretario general de la ONU, Kofi Annan, felicitó hoy al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y a su director, el egipcio Mohamed El Baradei, por ser los ganadores del Premio Nobel de la Paz 2005.
Annan, que se encuentra en Suiza, se mostró 'encantado' con que ese galardón haya recaído este año sobre El Baradei y el OIEA.
'Desde 1957 el OIEA ha trabajado sin descanso para parar la proliferación de armas nuclear y promocionar los usos pacíficos y a salvo de la energía nuclear', señaló Annan en un comunicado.
El máximo responsable de la ONU precisó que 'el doctor El Baradei ha realizado su misión vital con una gran habilidad desde 1997'.
'El secretario general le felicita a él y a todo el personal de la agencia, tanto del pasado como del presente, por sus contribuciones a la paz global', añade el comunicado.
Para Annan, el prestigioso galardón concedido por el Comité Nobel del Parlamento Noruego 'es un recordatorio de la necesidad de progresar en materia de no proliferación y desarme en un momento en el que las armas de destrucción masiva siguen representando un grave peligro para todos nosotros'.
Además, se mostró complacido porque El Baradei y la institución que dirige se sumen a otras agencias dependientes del sistema de Naciones Unidas que han recibido ese premio, como son el Alto Comisariado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), el Fondo para la Infancia (UNICEF) y la Organización Internacional de Trabajo (OIT).
El propio secretario general de la ONU fue galardonado también con ese mismo premio en 2001, convirtiéndose así en el segundo responsable de Naciones Unidas en recibir el Nobel de la Paz, tras el que fue entregado a título póstumo al sueco Dag Hammarskjold.
El Comité del Nobel decidió premiar en El Baradei y el OIEA 'los esfuerzos por prevenir que la energía nuclear sea utilizada con fines militares y por asegurar que la energía nuclear con fines pacíficos sea aplicada de la forma más segura posible'.
Annan se encuentra en Suiza para visitar la sede de la ONU en Ginebra y reunirse en Berna con el presidente de la Confederación Helvética, Samuel Schmid.