U2 lanzó cuatro discos entre 1980 y 1984. No hay nada inusual acerca de esa prolificidad de ese momento: la industria discográfica esperaba que sus contratados tuvieran un ritmo de trabajo prodigioso y Bono sus amigos ciertamente lo hicieron.
Entonces, se volvieron mayores y muy, pero muy exitosos, el tiempo entre nuevos lanzamientos de U2 se amplió y cuando los 2000 llegaron, fueron aun más amplios, cercanos a media década de espacio entre discos muy publicitados. Las gigantes giras mundiales dieron por tierra con todo el tiempo de estudio que hubieran requerido y no parecía que quisieran hacer otro Zooropa, es decir, componer y grabar un disco de material nuevo mientras estaban en gira.
Cuando finalmente lanzaron Song Of Innocence en septiembre de 2014, unos cinco años y siete meses habían pasado desde su disco anterior, el mayor tiempo sin lanzamientos en toda su carrera. Pero ahora, parece que se las arreglaron para hacer una gira mundial y obtener un conjunto de canciones nuevas compuestas y grabadas. Un disco compañero, Songs Of Experience, parece que tendrá su lanzamiento en este otoño europeo, y están prometiendo salir de gira nuevamente desde marzo del próximo año. No queda claro si esto será otro tramo de la gira que concluyó en París el último diciembre o será algo completamente nuevo.
Hemos oído cosas como estas antes, solo para que la banda diera marcha atrás. Los observadores de U2 perdieron la cuenta de las fechas de lanzamiento para Songs Of Innocence antes de que, finalmente, y repentinamente, fuera lanzado. Pero, esta vez, sospecho que debe ser cierto porque una gran cantidad de material fue grabado para las sesiones de ese disco, mucho de eso siempre se destina al disco sucesor, y porque ellos manejaron exitosamente el reinicio de su experiencia en vivo achicando su escala y llevando sus conciertos a estadios cerrados por primera vez en un cuarto de siglo.
Una de las cosas más remarcables acerca de sus conciertos en Dublín del año pasado fue cómo la mayoría de las canciones más convincentes, las que realmente impactan emocionalmente, fueron las nuevas. “Raised By Wolves” y “Cedarwood Road”, en particular, realmente impactaron en casa, sobre todo porque ambas están muy arraigadas a Dublín, la primera una poderosa revisión a los ataques terroristas de Dublín y Monaghan de mayo de 1974, mientras que la última referenciándo a la antigua calle de la infancia de Bono en Glasnevin.
Parecían envalentonados por el cambio de estadios a arenas, y con canciones enormemente sentidas y personales como “Iris (Hold Me Close)”, que Bono compuso para su madre que falleció cuando él tenía 14 años, que realmente se trasladó a la nueva escala del show.
Por supuesto, sería forzar las cosas llamar a un 3Arena con una capacidad para 14 mil personas íntimo, pero hubo ese sentimiento de conexión en aquellas noches que no estuvo para los que asistieron al gigantesco 360º Tour en Croke Park, o más allá en el 2001, en el par de shows del Elevation Tour en Slane.
Ciertamente, ayudó que Songs Of Innocence marcó una especie de retorno a las formas después del comparativamente sin timón de No Line On The Horizon, aunque, como muchos otros, no estuve demasiado enamorado cuando lo escuché por primera vez. Aun así, la calidad de canciones como “Every Breaking Wave” pronto me arrastró, y la versión sentimental que tocaron en los conciertos, fue uno de los destacados para muchos.
Dice algo para la escala que U2 estuvo operando por tanto que el simple acto de hacer una gira en arenas se sintió como un punto de partida de riesgo. Pero fue claramente algo que valió la pena y quizá les permitió un grado de agilidad que no habían logrado por años.
Sin embargo, como las de mayor presupuesto, las giras audio-visuales que están coreografiadas al segundo, tiene un preciado espacio pequeño para la espontaneidad y quizá la mayor prueba para U2 sería deshacerse del libro de reglas completamente y quizá hacer un show completamente acústico en pequeños recintos, o uno que evite las distracciones de las pantallas de video y toda la otra parafernalia ostentosa. E incluso, si se volviera a hacer un segundo tramo del iNNOCENCE + eXPERIENCE Tour, no hay razón por la cual no pueda ser un show completamente diferente.
Pero en primer lugar, el disco tiene que surgir a la superficie y varios miembros de la banda han sido lo convenientemente vagos acerca de lo que hay con Bono haciendo ruido con “en términos de letras, es más fuerte que War [el disco de 1983], tiene más claridad”. A principios de este mes, el cantante líder sugirió que tenían no menos de 50 canciones nuevas compuestas pero dijo que el disco aun no estaba finalizado.
Los U2 tienen, en cierta manera, una mala fama de retocar las canciones y un trabajo lleno de material que había sido grabado con Rick Rubin para lo que terminaría siendo No Line On The Horizon, aparentemente, fue desechado. Al final, los colaboradores desde hace mucho tiempo, Brian Eno, Daniel Lanois y Steve Lillywhite, produjeron el disco.
Probaron con diferentes productores para Songs Of Innocence y la apuesta rindió sus frutos. Brian “Danger Mouse” Burton fue el productor ejecutivo, con participaciones de Paul Epworth y Ryan Tedder entre otros, y sus huellas están por sobre todas las canciones resultantes.
Con el nuevo disco nacido de esas sesiones, uno solo puede imaginar que la influencia de Burton vivirá en otro grupo de himnos de U2. Eso es asumiendo, claro está, que no tengan otro cambio drástico y que destruyan todo para empezar nuevamente.
Por John Meagher para Independent.ie