Bono escribe una carta sobre su encuentro con Garry Kasparov en Dublín

Pensar hacia el futuro, pensar acerca de jugadas, imaginar el siguiente movimiento de alguien más… esos eran los placeres del ajedrez para mí… mi mayor placer de la infancia. En Ballymun teníamos un club de ajedrez, como muchos niños a principios de los 70, me enamoré perdidamente de este juego de estrategia. También, tengo buenos recuerdos del club Phibsboro, donde junto a mi amigo Joseph Marks nos dejaban jugar con los adultos.

Parte de nuestra pasión fue estudiar a los grandes maestros. Bobby Fischer y Boris Spassky eran virtuales estrellas pop en ese tiempo. Todos los conocían. Anatoly Karpov, el gran maestro ruso, era mi favorito. después, Garry Kasparov sería el que le quitaría ese lugar en mi mente como uno de los mejores entre los mejores. Admiraba su persistente intelecto. Todavía lo sigo admirando. Él continua haciendo las preguntas más difíciles acerca del mundo, acerca de Rusia, de los derechos humanos, de la injusticia de la extrema pobreza. Es un apasionado de la enseñanza del ajedrez a los niños. No solo por su papel en el ejercicio del cerebro, sino por la confianza que les da a los niños en pensar en el futuro. Y su creencia en que ese futuro puede ser mejor que la actualidad del tablero.

Me encontré con el gran hombre recientemente en Dublín, y oí que es candidato para la presidencia de la Federación Internacional de Ajedrez. No puedo pensar en otra mente más luminosa para tomar esa posición. Me convertí otra vez en niño en su compañía. Lo fastidié preguntándole acerca de la titánica partida de 1984 con Karpov, mientras que él quería hablar sobre Irlanda y el África subsahariano. Mirando hacia atrás, el arribo de la pubertad y aprender a tocar la guitarra puede haber obstaculizado mi destreza en el juego. No es como andar en bicicleta, lo he descubierto recientemente. Pero sentado aquí en el Clarence, frente a Garry Kasparov, dentro de mi cabeza me encontré pergeñando mi plan de juego, mi estrategia de apertura, y calculando cuántos movimientos podría hacer antes de su jaque-mate. Tres.

Bono, 2014


Fue un placer enorme encontrarme con Bono duramente mi visita a Dublín. No estaba seguro de qué esperar considerando nuestros diferentes orígenes pero tuvimos una fascinante conversación. Y a pesar de su auto-desprecio, pude ver a través del fuego de sus ojos cuando habló sobre el ajedrez que quizá no sea muy difícil convencerlo de que regrese al tablero, aunque solo sea para una exhibición benéfica. ¡Y estoy seguro que duraría más que tres movimientos!

Garry Kasparov