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Bono habla sobre el estado del mundo y lo que aprendió al borde de la muerte


Bono en Ciudad de México, en octubre. Foto: Anton Corbjin


En 1985, poco tiempo después de que U2 explotara en Estados Unidos, Rolling Stone los declaró la banda de los 80. En el transcurso de 30 años y 16 notas de tapa, la revista forjó una relación profunda con U2. El nuevo disco de la banda, Songs of Experience, encabezó los rankings a principios de diciembre, lo cual significa que, desde los 80, U2 tiene un disco Número 1 en cada década. Entrevisté a Bono por primera vez en 2005, cuando hablamos diez horas durante un fin de semana largo en Cancún, México, un diálogo íntimo acerca del rock & roll, la justicia social, la fe y el propósito del arte. Esta entrevista retoma allí donde terminaba aquella, aunque esta vez las apuestas son más altas. La elección de Donald Trump y una nueva oleada de fascismo en Europa sacudieron a Bono, al igual que una experiencia cercana a la muerte que sufrió mientras hacía Songs of Experience. Si bien le sigue costando hablar de este episodio de extinción, como lo llama, Bono se abrió acerca del profundo efecto que tuvo tanto en su vida como en el nuevo disco. Hicimos la entrevista durante dos sesiones en la mesa de la cocina de mi departamento en Nueva York, a la vuelta de la casa que tiene Bono en la ciudad. En persona, Bono es cálido, comprometido y pensativo, incluso cuando habla de temas difíciles. Lo que se destaca más que nada es su ambición, que está tan encendida como siempre. Los U2 todavía tienen hambre. Hambre de nuevos abordajes en la composición de canciones, hambre de encontrar su lugar en la era del streaming, de una nueva gira planificada para los próximos meses. Bono sigue dedicando su energía a causas globales, reuniéndose con líderes del mundo y trabajando en nombre de su ONE Campaign, que lucha contra la pobreza extrema. Es la estrella de rock más rara: un artista y un activista en igual medida. Como siempre, sigue siendo optimista, y es uno de los mejores conversadores del rock, lleno de ingenio, candor y poesía.

Acaban de terminar la gira Joshua Tree. La nostalgia es algo que U2 siempre evitó. ¿Cómo fue salir a tocar un disco viejo todas las noches?

Nuestra perspectiva fue [actuar] como si acabáramos de editar The Joshua Tree la semana anterior. Así que no había películas en Super 8 ni cosas así para dar esa sensación de pasado. Sentíamos que su fuerza estaba en que todavía tenía significado, incluso más ahora que en ese entonces. Esa fue la idea, y se puso cada vez mejor. Terminamos con cuatro noches en San Pablo, frente a, creo, casi 300.000 personas, y fue el punto más alto.

Pero si soy honesto -y probablemente debería serlo en esta entrevista- todavía no me recuperé. Me entregué a cantar de otras formas, pero no hubo muchas salidas para descubrir los lugares en los que tocábamos, las ciudades, que es algo que me encanta hacer. Meterse en las canciones fue una experiencia más difícil de lo que pensaba. Son muy demandantes en términos de su… no sé qué palabra estoy buscando, de su franqueza emocional. Y además nos estábamos preparando para Songs of Experience. Toda esa publicidad lleva más trabajo del que recordaba, pero si creés en las canciones, tenés que estar ahí para defenderlas y presentarlas.

Songs of Experience acaba de debutar en el puesto Número 1 del ranking de discos, lo cual significa que tuvieron un álbum Número 1 en cada década desde los 80. ¿Por qué siguen buscando hacer hits?

O sea, no es para todo el mundo, y tampoco puede ser para nosotros todo el tiempo. Pero dio la impresión de que estaba bien tomar ese camino. Los dos últimos discos mezclan lo personal y lo político de una manera que en un momento no sabés bien de qué estás hablando. Es como un truco de magia, darse cuenta de que por supuesto todos los problemas que encontramos en el mundo exterior son sólo manifestaciones de lo que, bueno, tenemos adentro, en nuestros mundos interiores. El más hijo de puta, el más pendejo, lo más machistas que podemos ser, lo más egoístas, malvados, astutos, todos esos personajes podés verlos en el espejo. Y ahí es donde empieza el trabajo de transformación. ¿No es eso lo que nos dice la experiencia?

¿Cómo ves Songs of Experience en relación a Songs of Innocence, el disco de 2014?

Tenía la idea de nosotros más de jóvenes hablándonos a nosotros más de viejos durante un rato. Es un dispositivo dramático interesante. [Hace varios años] estaba en una exhibición de fotografías de Anton Corbijn en Amsterdam, y alguien me preguntó qué le diría a tal foto; creo que era un retrato de mí a los 22 años. Lo pensé y después dije: Dejá de pensar todo dos veces. Tenés razón.

Y después la persona me preguntó qué le diría el yo joven al yo más viejo. Me puse un poco nervioso. No estaba seguro. Tomé esa duda como una pista de que quizás no estaba cómodo con el lugar en el que me encontraba. Empecé a darme cuenta de que había perdido algo de dureza. Algo de claridad, del punto de vista en blanco y negro.

Pero ahora parecieras estar en una situación totalmente diferente. Parecés tener más claridad, haber aprendido más.

Estoy menos inseguro a la hora de tomar riesgos políticos o sociales. Cuando me hice activista, la gente decía: ¿En serio?. Pero finalmente lo aceptaron. Después empezaron a interesarme el comercio y la maquinaria que podía sacar a la gente de la pobreza y llevarla a la prosperidad. Y entonces algunos dijeron: No podés hacer eso.

Yo dije: Si sos artista, tenés que hacerlo. Vos y yo tuvimos esta conversación muchas veces: ¿qué puede hacer el artista? ¿Qué no puede hacer el artista, hay límites? Ahora, yo le diría a mi yo más joven: Experimentá más, y no permitas que te pongan etiquetas. No hay nada que no puedas poner en tu obra si es parte de tu vida. En la cultura que salió de los 60 y los 70, existía la idea de que los artistas estaban por encima de la batalla, o que deberían estarlo.

La idea de que tenían una excusa para no participar.

Yo tenía una excusa para no participar. Pero sabía que algunas personas que tienen trabajos normales son igual de valiosas que los artistas, quizás incluso más. Y hay más estúpidos por metro cuadrado entre nosotros, los artistas. Me acuerdo de cuando conocí a Björk, que dijo que, en Islandia, hacer una silla es todo un tema. O sea, una canción no es más importante que una silla. Y yo le dije: Bueno, depende de la silla, los irlandeses lo saben. Entonces, si eso es cierto, paremos con esta estupidez de que un artista es una persona elevada.

Una cosa sobre la que parece tratar este disco es la supervivencia. La supervivencia del mundo, y de nuestro sistema político. Pero hablemos de tu propia supervivencia. En medio de la grabación, tuviste una experiencia cercana a la muerte. Contame lo que pasó.

Bueno, no quiero.

Lo entiendo. Yo tuve mi propia experiencia hace poco. La gente quiere preguntarme por mi salud, y yo dudo sobre si debo hablar. ¿Por qué me siento así? ¿Tengo vergüenza? ¿Estoy tratando de ocultar una debilidad?

Es que… la gente tiene episodios de extinción en su vida; puede ser psicológico o físico. Y sí, para mí fue físico, pero creo que evité toda la telenovela. Especialmente con toda esta obsesión por las minucias de la vida de la gente; pude salirme de eso. Quiero hablar de la cosa de una manera que le permita a la gente completar los espacios en blanco con lo que ellos atravesaron.

Una cosa es hablar de eso en un lugar fiel como Rolling Stone, pero para cuando llega a la prensa amarilla, es horrible. Se vuelve la pregunta que te hace todo el mundo.


Un poeta que conozco hace años me dijo: ‘Si querés ir a donde vive la escritura, imaginate que estás muerto’. No hay ego, no hay vanidad. Fue un gran consejo. Hubiera querido no aprenderlo por las malas.

Pero hablemos de una manera elíptica. O sea, es algo central en el disco.

Sí. Había un apocalipsis político en Europa y Estados Unidos, y encontró una rima perfecta con lo que pasaba en mi propia vida. Y tuve muchos golpes el año pasado. Uno recibe señales de alerta, y después se da cuenta de que uno no es un tanque, como dice Ali [su esposa]. The Edge tiene una cosa que dice sobre mí, que es que considero mi cuerpo como un inconveniente.

En 2000, tuviste un susto por un cáncer de garganta, ¿es así?

No, fue un chequeo. Uno de los especialistas quería hacer una biopsia, lo cual habría puesto en riesgo mis cuerdas vocales, y resultó que estaba OK.

Hace un par de años, te visité en el hospital y tenías el brazo en una estructura estilo George Washington Bridge.

Por mi accidente de bicicleta, que fingí que era un choque de autos.

No se veía bien, y después lo último. Son muchos encontronazos con la muerte.

Hay algo tragicómico en un accidente en bicicleta por Central Park; no es exactamente James Dean. Pero lo que me shockeó fue que no me lo acordaba. Eso fue la amnesia; no tengo idea de cómo ocurrió. Eso me dejó un poco raro, pero lo otro realmente me pegó. Fue como: ¿No te das cuenta?.

Estabas haciendo Songs of Experience y de repente tuviste que lidiar con tu problema de salud. ¿Cómo afectó al disco y a la idea que tenías sobre él?

Bueno, es raro, pero la mortalidad iba a ser un tema de cualquier modo, porque es un tema que se toca muchas veces. Y no podés hacer Songs of Experience sin escribir sobre eso. Y tuve un par de sacudones, llamémoslos así, en mi vida. Como el accidente en la bicicleta o mi lesión en la espalda. Así que ya iba a ser el tema del disco. Sólo que yo no quería ser tan experto en el tema.

Conocí a un poeta llamado Brendan Kennelly. Lo conozco hace años; es un poeta increíble. Y me dijo: Bono, si querés llegar al lugar en el que vive la escritura, imaginate que estás muerto. No hay ego, no hay vanidad, no te preocupes por a quién vas a ofender. Fue un gran consejo. Pero hubiera preferido no descubrirlo fuera de una excursión mental. Hubiera preferido no aprenderlo por las malas.

¿Cómo entró en juego ahí la idea de la mortalidad?

Gavin Friday, uno de mis amigos de Cedarwood Road [en Dublín], compuso una de mis canciones preferidas. Se llama The Last Song I’ll Ever Sing, y es sobre un personaje en Dublín, de cuando nosotros éramos chicos, llamado The Diceman, que murió a los 42 años, cinco años después de que le diagnosticaran HIV. Sólo hace poco me di cuenta de que Love Is All We Have Left es mi intento de escribir esa canción.

¿Podés ser más preciso? ¿Qué canciones salieron directo de tu momento cercano a la muerte?

No es tanto las canciones como…

El ánimo.

Creo… o mejor así: The Showman, ésa es una canción liviana, divertida, y se convirtió en una canción importante. No sucumbir a la melancolía es lo más importante, si vas a pelear para salir del rincón en el que te encuentres. ¿Autoconmiseración? Los irlandeses somos récord mundial en eso; es nuestro rasgo nacional menos interesante. Y nunca quise sucumbir a eso, así que el punk rock, el tempo de algunas canciones, de repente se volvió algo muy importante.

Pero la segunda estrofa es la clave, y tiene la mejor frase del disco, que es: Es lo que es, no es lo que parece/Estas cosas jodidas son las cosas de las que están hechos nuestros sueños/Tengo la suficiente baja autoestima como para llegar a donde quiero ir. Me gustaría decir que esa frase es mía, pero fue Jimmy Iovine quien la dijo. Un amigo mío lo estaba molestando, y yo le dije: ¿Estás un poco inseguro, Jimmy?. Y Jimmy se dio vuelta y me dijo: Tengo la suficiente baja autoestima como para llegar a donde quiero ir.

Suena como una valoración realista de uno mismo y de sus mierdas.

Los intérpretes son gente muy insegura. Gavin Friday me decía, durante años, la siguiente frase: La inseguridad es la mejor seguridad para un intérprete. Un intérprete necesita saber lo que está pasando en el lugar, sentir el lugar, y si sos normal, si estás entero, no sentís el lugar. Si uno tuviera un sentido fuerte del yo, no sería vulnerable a las opiniones de nosotros, ni al amor y al aplauso o la desaprobación de los otros.

Pero el episodio enriqueció el disco, hablando de experiencia.

¿No es genial eso? Pensé que Songs of Experience sería más contemplativo, y tiene ese aspecto, pero el corazón del disco son las agallas, el punk, el empuje. Tiene un carácter jovial. Muchos tempos son acelerados. Y tiene algunas frases muy graciosas, me parece. El dinosaurio se pregunta por qué sigue caminando sobre la Tierra. O sea, empecé esa frase en referencia a mí.

¿Ser un dinosaurio?

Sí, por supuesto, pero después empecé a pensarla en relación a lo que está pasando en el mundo. Y pensé: Dios, la democracia, esa cosa con la que me crie toda la vida… Eso es lo que realmente está enfrentando un episodio de extinción.

En una entrevista que hicimos vos y yo en 2005, dijiste esto: Nuestra definición del arte es abrir el esternón, seguramente. Una cirugía a corazón abierto. Ojalá hubiera una forma más fácil, pero la gente quiere sangre, y yo soy uno de ellos.

La vida y la muerte y el arte… todas cuestiones de sangre.

¿Qué le pasó a tu fe con todo esto?

La persona que mejor escribió sobre amor en la era cristiana fue Pablo de Tarso, quien luego se volvería San Pablo. Era un hijo de puta jodido. Es un tipo superintelectual, pero es duro, y tiene encima la experiencia de la caída en el camino de Damasco. Se va y vive en una carpa. Empieza a predicar, y escribe una oda al amor, que todo el mundo conoce por su Carta a los Corintios: El amor es paciente, el amor es amable. El amor sostiene todo, y cree en todo. Lo escuchás en muchos casamientos. ¿Cómo escribís estas cosas cuando estás en lo más bajo? Yo no lo hice. No lo hice. No profundicé en mí mismo. Yo admiro a alguien como Pablo, que estaba en la cárcel y escribía estas cartas de amor, y pienso: ¿Cómo pasó eso? Es fascinante.

Ahora, eso no lo salva de todo, de lo que piensa de las mujeres o de los gays o cualquier otra cosa, pero en su contexto, tiene una visión sorprendentemente trascendente del amor. Y creo que es en la oscuridad que aprendemos a ver. Ahí es cuando nos vemos más claramente: cuando no hay luz.

Me preguntaste por mi fe. Tenía una sensación de ahogo. Soy cantante, y todo lo que hago viene del aire. La resistencia viene del aire. Y en este proceso, sentía que me ahogaba. Fue la cosa más aterradora, porque yo tengo dolor. Preguntale a Ali. Ella dijo que, si yo tuviera un cuchillo en la espalda, no me daría cuenta. Yo diría: ¿Qué es esto?. Pero el año pasado, me sentí muy solo, muy asustado, incapaz de hablar, incapaz de explicar mi miedo, porque estaba como.

¿Cuando sentiste que te ahogabas?

Sí. Pero, la gente tuvo tantas cosas peores con las que lidiar, así que ésa es otra razón para no hablar de eso. Degradás a todas las personas que no pudieron superarlo, ¡o que no tienen asistencia médica!

¿Sentís que tuviste suerte?

¿Suerte? Soy el tipo más jodidamente afortunado de la Tierra. Nunca pensé que tuviera miedo de irme pronto. Pensé que sería un inconveniente, porque tengo un par de discos que hacer, hijos a los que ver crecer, y una mujer hermosa, y mis amigos, y todo eso. Pero yo no iba a ser ese tipo. Y de repente sos ese tipo. Y pensás: No me quiero ir de acá. Hay mucho más para hacer. Y soy afortunado. La gracia, y gente muy inteligente, me hicieron seguir, y mi fe está fuerte.

Leo todo el tiempo los Salmos de David. Son fantásticos. Es el primer blusero, gritándole a Dios: ¿Por qué me pasó esto?. Pero en eso también hay honestidad. Y, por supuesto, se parecía a Elvis. Si mirás la escultura de Miguel Angel, ¿no te parece que David se parece a Elvis?

Es muy bello.

Es también molesto que sea el judío más famoso del mundo y que le hayan dado uno sin circuncidar… es una locura. Pero, de cualquier modo, es un personaje muy atractivo. Baila desnudo frente a las tropas. Su esposa se enoja con él por eso. Sentís que te caería bien, pero hace cosas terribles y va pasando por cuatro fases: sirviente, poeta, guerrero, rey. Cosas terribles. Y es una figura bastante moderna en términos de sus contradicciones… ¿Es aburrido todo esto?

Pero si te remontás a sus primeros días, David recibe unción de Samuel, el profeta Samuel, y, sobre todo, sus hermanos mayores, un pastor que supuestamente huele a mierda de oveja, le dicen: Sí, vas a ser el rey de Israel. Y todo el mundo se ríe, como: ¿Me estás cargando? ¿Este pibe?. Pero un par de años después, Saúl, el rey, se dice que tiene un demonio y lo único que puede aquietar ese demonio es la música. Para mí, tiene sentido. David sabe tocar el arpa. Y camina al palacio, y debe haber pensado: ¡Ahí está! Va a ocurrir así. Es mejor, cuando conoce al rey y se hace amigo de Jonathan, el hijo del rey. Es como: Wow, ¡va a pasar de verdad! El viejo profeta Samuel tenía razón. ¿Y después qué pasa? En un momento de ira endemoniada, Saúl se pone en su contra, intenta matarlo con un arpón, y lo exilian. Lo persiguen, y se esconde en una cueva. Y en la oscuridad de esa cueva, en el silencio y el miedo, y probablemente el olor, escribe el primer salmo.

Y ojalá no fuera verdad. Ojalá no supiera tanto de arte como para saber que es verdad. Que a veces tenés que estar en esa cueva de desesperación. Y si seguís despierto. después viene algo raro. Así que David, nuestro héroe, está escondido en la cueva, y el ejército de Saúl lo está buscando. De hecho, el rey Saúl va a la cueva donde se esconde David y. ah. usa sus instalaciones. No estoy inventando esto, está en las Sagradas Escrituras. David está sentado ahí, escondido. Podría matar al rey, pero piensa: No, es el UNGIDO. No lo puedo tocar. Corta un pedazo del traje de Saúl, y después Saúl se sube a su caballo y se van. Están en el valle, y entonces David sale y dice: Estuve tan cerca.

Es una historia hermosa. Pensé en eso toda la vida, porque sabía que ahí fue donde nació el blues.


La banda en el escenario durante la gira Joshua Tree, que tuvo 52 shows y 2,7 millones de espectadores. "Nuestra perspectiva fue actuar como si acabáramos de editar el disco la semana anterior", dice el cantante. Foto: Danny North


En la canción Lights of Home, del último disco, escribís lo siguiente: No debería estar acá, porque debería estar muerto. Puedo ver las luces frente a mí. Creo que mis mejores días están por venir, puedo ver luces frente a mí. Oh, Jesús, si sigo siendo tu amigo, ¿qué diablos tenés para mí?.

Hay una referencia a Bob Dylan en esa canción; te la voy a contar porque sé que te encanta Bob. Dice: Hey, ¿sabés mi nombre? ¿A dónde voy? Si no puedo ver una respuesta en tus ojos, lo veo, las luces de casa. Al menos en mi cabeza, es una referencia a una de mis canciones preferidas de Dylan, Señor, Señor. En esa canción, él conoce a un ángel y sale como de viaje con él. Siempre me imaginé que era el ángel de la muerte.

El nombre completo de la canción es Señor (Tales of Yankee Power). ¿Ayuda a explicarlo eso?

No, creo que eso es Bob confundiéndote.

Tu canción pregunta: Jesús, ¿qué tenés para mí?. Bueno, entonces, ¿qué pensás que tiene para vos?

Hay un alivio increíble cuando soltás. Yo pensé que ya lo había hecho, pero esto fue pasar a otro nivel de confianza. La gente de fe puede ser muy molesta. Como cuando la gente en los Grammy le agradece a Dios por una canción y vos pensás: Dios, es una canción de mierda. No le des crédito a Dios por ésa, ¡deberías asumirlo vos!. Estoy seguro de que yo hice lo mismo. Alguien dice: Recibí esto directo de la boca de Dios. Y vos pensás: Wow, ¡Dios tiene mal gusto!.

¡No sabe componer una maldita canción!

Claro, como… Dios, ¡qué rima más mala! Así que tenés que tener cuidado con esto, pero si me preguntás lo que aprendí, aprendí a tratar de hacerme de tiempo para meditar sobre el día siguiente. No quiero ponerme todo religioso, así que perdoname, pero si te interesa, ésta es la meditación de hoy. La voy a compartir con vos, porque es hermosa y porque te puede hacer reír. Ahí va. Es del Salmo 18, y es uno de esos salmos de David que fueron traducidos a idioma moderno por un hombre llamado Eugene Peterson, un gran escritor. Dice: Dios hizo que mi vida fuera completa cuando me ordené frente a él. Cuando me recompuse, me ofreció empezar de nuevo. Ahora, soy consciente de las maneras de Dios. No lo doy por descontado. Todos los días reviso la forma en la que trabaja. Trato de no perderme un truco. Me siento recompuesto, y me estoy cuidando. Dios reescribió el texto de mi vida cuando abrí el libro de mi corazón ante sus ojos. ¿No es hermoso?

Es hermoso. Contame del tema del amor en este disco. Empezás el disco con Love Is All We Have Left.

Me va a llevar un rato contestar tus preguntas, pero lo haré, eventualmente. Me estaba imaginando un Frank Sinatra de ciencia ficción. [Canta apasionadamente] El amor, y el amor es lo único que nos queda. En un sentido, es casi cómico, excepto que te parte el corazón. Tragicómico. Pensé que sería interesante hacer una canción desde el punto de vista de una persona que quizás no cantaría ninguna canción más. Una de las cosas que me pregunto en este disco es: Si tuvieras una cosa para decir, ¿cuál sería? Si es lo único que nos queda, estoy contento con eso: el amor.

Lo que quería hacer en este disco era ocasionalmente tener una conversación dialéctica en la que un yo más joven ataca al yo más viejo. Y por eso está esa voz de Love Is All We Have Left: [Canta] Ahora estás del otro lado del telescopio/Tantas estrellas, tantas maneras de ver/Hey, no es momento de no estar vivo. Es el yo inocente hablándole al yo experimentado, y diciéndole que está todo OK. Ya logré hacer las paces con ese fanático que era yo de joven. Y creo que el joven fanático no desaprobaría la situación en la que terminé. Quizás el proceso de llegar acá es algo que no le habría gustado.

No sólo cantás canciones de amor; se trata de meditaciones profundas sobre el poder del amor.

Quizás sea nuestro tema más importante como banda. Cuando cantábamos Pride (In the Name of Love), era algo bastante avergonzante para un cantante masculino, si lo pensás. Pero si me preguntás qué aspecto del amor es, bueno, el idioma inglés es bastante rico, y sin embargo limitado en esta palabra, amor. Hay tantas otras palabras.

¿Y qué me decís de la canción Ordinary Love?

Es amor no romantizado. El amor que la gente hace, los arreglos que hace la gente para permanecer junta. Lo que Yeats llama pasión fría. Me encanta la idea de que las grandes relaciones tienen una temperatura baja.

No un amor transaccional, sino una voluntad cotidiana de tolerar y aceptar, que requiere más paciencia y menos pasión.

Sí. Ali y yo probablemente estamos más enamorados ahora que al principio. No creo que se lo reconozca lo suficiente, pero cuando la gente trabaja para solucionar sus problemas y permanecer junta, eso es Ordinary Love. Espero que sea interesante componer canciones de amor. No los cientos de miles de canciones sobre la pasión y perder la cabeza por amor. ¿No es interesante componer canciones frías, medidas, que se pregunten cómo llegamos aquí?


Podríamos girar de por vida con el material que tenemos. Pero les estoy pidiendo que pongan un montón de energía en grabar canciones nuevas y venderlas como cuando éramos chicos.

Landlady es una canción de amor extraordinariamente bonita sobre vos y Ali, y le agradecés mucho.

Un hogar, ésa para mí es la clave. No lo puedo creer, porque yo me crie durmiendo en sofás de otras personas, en el piso, subiéndome al circo de la banda de rock & roll. Me llevó mucho tiempo entender dónde está mi hogar. Me fui de casa probablemente la semana en que murió mi mamá [cuando Bono tenía 14]. O sea, me quedé en 10 Cedarwood Road [el hogar para niños] los años siguientes, pero yo no estaba realmente ahí. En Songs of Innocence, This Is Where You Can Reach Me Now explica el descubrimiento de que había cambiado de lugar. Yo estaba con la banda. La banda era donde yo vivía. Eran otra familia.

Me llevó mucho tiempo, pero creo que finalmente llegué a mi hogar. Pero la única forma que tenía de decir eso era con humor. Así que en Landlady hay una frase imitación de Bob Dylan, que es Nunca sabré lo que quieren decir los poetas hambrientos, porque cuando yo estaba sin un peso, eras vos quien pagaba el alquiler. Aprendí mucho de Bob Dylan con los años, y una cosa que aprendí es que, cuando estás en tu momento más serio, necesitás humor. Por eso estoy muy orgulloso del disco. Hay cosas movedizas, pero también Blackout, el dinosaurio se pregunta por qué sigue en la Tierra. Un meteorito promete que no va a doler. Es gracioso, pero también Landlady es graciosa, y es por eso que funciona. Ojalá tenga la suficiente cantidad de humor y humildad para no ser jodidamente avergonzante.

Quisiera preguntarte por Summer of Love, que trata sobre Siria y los refugiados. ¿De dónde salió esa canción, musicalmente?

Hay un tipo que trabaja con Ryan Tedder, que compuso un arreglo de guitarra muy lindo. Y después Edge se emocionó: Oh, si querés algo, tenés que pedirlo. Como en el hip hop: samplealo, o tocalo de nuevo. Fue una gran libertad para él. Eso también era parte del espíritu del disco. Era como decir: Vamos a buscar en lugares en los que nunca hemos buscado. Así que teníamos un gran ánimo, y una melodía que era una suerte de oda a los Beach Boys y los Mamas and the Papas que era hermosa, y después le encontramos la vuelta. Y la vuelta es la costa oeste de Siria. Y no la de Irlanda o California, como dijo mucha gente que reseñó la canción.

Los rankings de hoy en día están dominados por gente joven. La mayoría de lo que hay en el Top 40 es hip hop o pop. El rock ya no está en el centro de nuestra cultura. ¿Dónde encaja U2 en este nuevo mundo?

El juego cambió mucho. Ahora, los servicios de streaming tienen un modelo basado en la publicidad. Y es muy, muy joven, y muy, muy pop. Está dominado por la cantidad de plays, pero eso no es una buena medida para ponderar el peso de un artista. Cuando te trasladás de un modelo basado en la publicidad a un modelo de suscripción, pasa algo interesante. Ahí, el artista que hace que te suscribas es realmente más valioso.

¿El artista por el que pagás?

El artista por el que pagás. Si sos adolescente, y escuchás el grupo de pop del momento, seguro lo escuchás 100 veces por día. Es un amor adolescente, pero en un año ya no te va a importar. Pero los artistas que tienen una conexión con vos y tu vida, es por ellos que pagás la suscripción. De hecho, vamos a ser testigos de una revolución en la manera en la que interactúan los artistas y los fans. Chance the Rapper, que tiene un alma y una mente hermosas, no tiene sello discográfico, por ejemplo. Lo hace todo él mismo, y es exitoso al punto de poder darle un millón de dólares al sistema educativo de Chicago.

Pero si tu música está en Apple o Spotify, podés hablarle directo a la gente. Lo que necesitás del sello discográfico es asesoría y, bueno, ayuda con cómo manejás la banda o la marca o el arte y los videos y todo eso. Es un período de transición. Fue muy poco amistoso para muchos artistas. Yo sabía que Spotify iba a funcionar para la gente, pero muchos amigos míos estaban enojados, porque decían: Sólo nos dan micropagos. Yo decía que las cosas iban a cambiar cuando se equilibraran, y eso va a llevar un tiempo. No va a ser placentero; hoy no es un buen momento para ser Cole Porter.

¿Spotify empezó a pagar?

Cuando se equilibre… si los sellos no comparten lo que reciben de Spotify, los artistas van a puentear al sello e ir directo a Spotify y Apple.

Y en esta ecología, ¿dónde encajan ustedes?

Regalamos nuestro último disco; o en realidad, Apple lo regaló. Y muy generosamente, en mi opinión. Pero el disco anterior, No Line on the Horizon, era muy adulto, no era para la población que está interesada en el streaming. Así que ahora vamos por eso. Todavía no empezamos.

¿Pensás que la música que están haciendo ahora es más apropiada para el streaming?

Sí. Pero es muy, muy interesante. Estamos otra vez en los 50, donde el foco está en las canciones más que en los discos. U2 hace discos, así que ¿cómo sobrevivimos? Haciendo mejores canciones. Y teniendo, espero, la humildad de aceptar que necesitamos redescubrir la composición de canciones, que es una razón por la cual Edge y yo nos metimos con Turn Off the Dark, el musical de Spiderman, para entender el teatro musical, el aspecto Rodgers and Hammerstein de la composición. Gran parte del cancionero americano de hecho salió de los musicales. Así que empezamos a meternos en lo que podrías llamar composición formal de canciones.

Le preguntamos a Paul McCartney: ¿De dónde sacabas esos acordes increíbles en las canciones de los Beatles?. Y dijo: Bueno, éramos un grupo de rock & roll, pero para conseguir buenas fechas teníamos que hacer casamientos. Casamientos de gente de plata. Tuvimos que aprender Gershwin, todas esas cosas. Y yo le dije: No, no sabía. Y Paul dijo: Oh, sí, así hacíamos fechas por más plata. Y yo dije: ¡Ah!. Fue como: Nota para mí y para Edge: metámonos en el teatro musical. Pensemos en eso.

Diría que cuando íbamos por la mitad de Songs of Innocence, empezamos a pensar diferente acerca de la composición de canciones, a ser más formales. Y ahora las canciones nuevas tienen melodías que podés escuchar en la calle, en las esquinas. Cuando son buenas, las escuchás del otro lado de una pared.

¿Cómo descubrís música nueva?

La banda siempre está escuchando música, y tengo hijos. Jordan es una snob de la música, una snob indie. A Eve le gusta el hip hop. Elijah tiene un grupo, y tiene ideas muy fuertes sobre la música, pero no distingue entre, no sé, The Who y The Killers. O, bueno, Nirvana o Royal Blood. Para él, no es generacional. Es el sonido y lo que experimenta él. Cree que hay una revolución del rock & roll a la vuelta de la esquina.

¿Lo creés vos?

Creo que la música se puso muy de chicas. Y hay cosas buenas en eso, pero el hip hop es el único lugar para la ira masculina joven en este momento, y eso no es bueno. Cuando tenía 16 años, tenía mucha ira. Y hay que encontrar un lugar para eso, y para guitarras, aunque sea con una máquina de ritmos, no me importa. El momento en el que suena como algo conservador, está terminado. Podés ponerlo en formol. Al final, ¿qué es el rock & roll? En el corazón tiene que haber ira. El gran rock & roll tiende a eso, y es por eso que The Who era una banda tan buena. O Pearl Jam. Eddie tiene esa ira.

O sea que pensás que todavía hay lugar…

Va a volver.

¿Estás de acuerdo con Eli?

Su perspectiva era: si la revolución del rock & roll no ocurre, la vamos a hacer nosotros.


Bono a los 25. ¿Qué le diría a su yo más joven? "Dejá de pensar todo dos veces. Tenés razón.". Foto: Lisa Haun/Michael Ochs Archives/Getty Images


¿Cuál pensás que es el público de U2 actualmente? Hace un par de años, decías que tenías que salir a buscar un público nuevo y más joven, que tenían que ir a alguna gira por las universidades, reinventarse de algún modo.

El experimento Apple ayudó en ese sentido. Larry [Mullen Jr.] era muy escéptico. Pero después decía: Miren, yo en los recitales estoy en mi batería. Puedo ver lo que ustedes no pueden ver, y puedo ver que el público es más joven. Le pregunté cómo sabía que estaba relacionado con el experimento Apple. Me dijo: Bueno, porque no saben las letras de ‘Beautiful Day’, pero sí las de ‘Every Breaking Wave’. Y con este disco, estamos en la radio; es fantástico. No se me ocurre otro artista de cincuenta y pico que esté en la radio. En la radio mainstream. ¿Se te ocurre alguno?

No. Ni Bruce, ni los Stones…

¿Viste esa canción que hizo Bruce, Girls in Their Summer Clothes [de 2007]? Escuché esa canción y dije: Esta canción debería estar en la radio, ¿por qué no está sonando en la radio todo el tiempo?. Hablé con alguien hace poco, un fan de Bruce, y le dije: ¿Conocés esa canción? Es la canción más sensible que hay sobre volverse viejo. Es una canción de experiencia, de hecho. Y me dijo: No, no la conozco. Así que estas canciones pueden perderse entre las rendijas de la cultura. Es por eso que U2 quiere salir a vender, como hicimos en nuestro primer disco.

¿Cómo vas a medir el éxito de Songs of Experience?

Me gustaría que tuviera canciones famosas, que cuando las toquemos en vivo, la gente no piense: ¿Qué es esto? ¿Vamos al baño ahora?.

¿Qué canciones creés que se van a hacer famosas?

Sé que You’re the Best Thing About Me va a ser una de ellas. Creo que Get Out of Your Own Way va a ser una de ellas. La más grande podría ser Love Is Bigger Than Anything in Its Way, pero quizás eso es lo que nos dice la gente de la radio. Podría ser The Showman, algo inesperado, o Red Flag Day, Summer of Love… no sé, no sé.

¿Qué es lo más difícil de estar en U2 ahora, en 2017?

Lograr consenso.

¿Por ejemplo?

Algunas personas, creo que de manera muy saludable, dicen: ¿Por qué querés hacer eso? ¿Por qué querés nuestras canciones sonando en la radio?. Y yo digo que, si creés en nuestras canciones, tenemos que usar cualquier medio que encontremos para llegar a la gente. No lo necesitamos por la plata. No lo necesitamos para nada. Y, por supuesto, nuestra banda podría seguir de gira toda la vida con el material que tenemos. Les pido que pongan un montón de energía en grabar estas canciones nuevas y después venderlas, poner todo sobre la mesa, como cuando éramos chicos. Excepto que ya no somos chicos.

O sea que hay una división existencial en cuanto a la ambición, que está más enérgica que nunca.

Siento una compulsión por las canciones. Si vas a ir tan lejos, tenés que ir a fondo. Y no sé si eso puede durar para siempre. Pero, wow, vaya si tenemos canciones. Cuando venía en el auto, en una radio escuchamos You’re The Best Thing About Me. En otra, llamada The Wave, escuché Bullet the Blue Sky. Un gran viaje… de más o menos 30 años.

¿Cómo se siente el resto de la banda con las canciones nuevas?

Diría que Edge parece alguien que quiere estar en la banda ahora más que nunca. Mucho más enfocado en la banda como un todo. Creo que los últimos dos discos le recordaron que los puntos fuertes de U2 -más allá de la atmósfera y la innovación y esas cosas que le encantan- son las melodías grandes y las ideas claras. De ahí venimos. La melodía de la estrofa de The Best Thing fue un retorno a las formas para él. Yo decía que era punk de Motown, pero yo era el punk y él, definitivamente, era el de Motown.

Adam [Clayton] está sampleando épocas viejas y metiéndolas en épocas nuevas, como un artista posmoderno. Es nuestro posmoderno. Warhol empezó con la cosa del sampleo; él pensaba así. Algunas canciones tienen una sensación que él cortó de otro lado. Adam nos ve como obras de arte. Es como si estuviera caminando por el mercado del arte, buscando cosas interesantes. No estoy seguro de que Larry sepa qué hacer con el disco. Le encantó la gira, pero él y yo probablemente somos los más críticos en las grabaciones de los discos de U2. Cuando terminamos The Joshua Tree, me acuerdo de ir al lugar de Chris Blackwell en Jamaica. Los dos nos quedábamos en el bar todas las noches, lamentando el lío que habíamos hecho. El tiene esa cosa irlandesa de ponerse duro con todo lo nuevo. Yo por momentos tenía eso, pero no con este disco. Pero, bueno, somos así. No es fácil de explicar.

Una vez dijiste que estaban en el proceso de solicitar el trabajo del mejor grupo del mundo. ¿Siguen en ese proceso?

O sea, mirá, el cantante sabe mover a la gente, y es un gritón de carnaval. Tenemos que despertar atención hacia la banda, y la pirotecnia que tiro en las ciudades es extraordinaria, como: Queremos volver a ser el mejor grupo del mundo. Es sólo para que la gente se enoje y hable de eso.

Pero también para animarte a vos mismo un poco.

Es cierto. Siempre vivimos con esa idea, incluso durante los primeros diez años de vida de la banda: ¿Y qué tal si no lo arruinamos como todo el mundo? ¿No sería genial si podemos seguir juntos 30 años?. O sea, era una locura. Ahora llevamos 40 años, y creo que la única forma de concebir eso es pensar: ¿cómo sería si los Clash siguieran juntos? Sería muy interesante ver qué obras habrían compuesto. Y el hecho de que los Rolling Stones sigan es una suerte de milagro.

En el disco, escribís acerca de la humildad. ¿Cómo mantenés la humildad en tu posición, especialmente en una época de autopromociones extravagantes?

Hay una diferencia entre humildad e inseguridad. Yo tengo la inseguridad del intérprete, como dije antes. Como intérprete, puedo sentir el ambiente. Incluso si es una reunión, una cena o una inauguración, yo siento el ambiente; eso es inseguridad. La humildad es diferente. La humildad es una sensación genuina de saber cuál es tu lugar en el universo y entender que está bien tener un papel silencioso y secundario en la vida de los demás. Yo todavía no llegué ahí. La grandeza, como persona, viene de no perseguirla. Es bastante aburrido si sos intérprete. La gente va a los shows por la pirotecnia.

Yo pensaba que mi inseguridad era humildad, porque no soy invasivo, intento tratar a todo el mundo con respeto. Pero no estoy seguro de que haya sido humildad. Creo que quizás eran buenos modales.

Todavía lo tengo, esa onda de me persigue un diablo, como dice Robert Johnson. Cuando estoy en el escenario, todavía conecto con ese otro yo, con el yo más oscuro. Todavía tengo que trabajar para llegar a un lugar que se pueda reconocer como humildad.

Pero es una batalla que encarás constantemente.

Creo que sí. Espero que no me hayas visto portarme de manera arrogante.

No que me acuerde.

Y traté de no serlo, traté de no tirarle café encima a la gente.

¿Qué pensás de la crisis de refugiados en Europa?

¿Podemos rebobinar y dar una imagen más macro antes de meternos en eso? En el mundo occidental, en la vida, nunca hubo un momento, hasta hace muy poco, en el que la justicia y la igualdad no estuvieran mejorando. Hubo retrocesos, pero era como si el mundo estuviera en una trayectoria hacia la justicia y la igualdad para todos.

Hay una frase famosa de Martin Luther King.

El arco del universo moral es largo, pero se inclina hacia la justicia. Vos y yo crecimos en un mundo donde las cosas mejoraban, más allá de los retrocesos. No en todo el mundo, pero en el mundo en el que crecimos. Y la razón fue, en gran medida, que, después de la Segunda Guerra Mundial, se volvió muy claro, por primera vez, que en la historia de la especie humana, teníamos la capacidad de extinguir toda la vida.

Ese fue un shock para el sistema, que todavía no calibramos del todo. Cambió la forma en la que Giacometti hacía arte. Cambió cómo Picasso pintaba la figura humana; todo cambió, tanto consciente como inconscientemente. Explotó el rock & roll. Todo lo de paz y amor salió de la gente que nació de los escombros de la Segunda Guerra Mundial.

Cuando fueron las elecciones [de 2016], y la gente intuyó que algo horrible, sin precedentes, estaba ocurriendo, hubo una sensación de duelo. Estuvo el Brexit, así que la gente en Europa está sintiendo lo mismo. Y yo pensé: Esto es melodrama. ¿Por qué la gente, gente racional que yo conozco, siente que está haciendo un duelo como si alguien se hubiera muerto? Son elecciones, y se van a corregir, ¿no?

Pero después me di cuenta de que algo se había muerto. Había muerto gente inocente. Y una generación que se crio pensando que el espíritu humano evoluciona naturalmente hacia la justicia estaba descubriendo que no era el caso. Mi actitud era: OK, bueno. Ahora es hora de despertarse y darse cuenta de que no podemos subestimar eso. Los primates grandes han estado más tiempo que la democracia, y este tipo que no hay que nombrar es una nueva manifestación de ese primate grande. Nos sacudió. Incluso en Europa, la gente se había olvidado de lo que les había hecho el fascismo. Ya sea el fascismo de Stalin o Mao en el comunismo de Estado, como quieras llamarlo. Se lo olvidó.

Estamos volviendo a como éramos antes. La nueva normalidad es la vieja normalidad. Es aterrador. Volvió la demonización del otro.

Pero para volver a tu pregunta. En Europa, la gente tiene miedo por su vida, y por sus estilos de vida y su alegría y su homogeneidad cultural, y empezaron a construir muros alrededor de su definición de Europa. Se está transformando en el Fuerte Europa, y hay una mentalidad de puente levadizo, probablemente alentada por fuerzas exteriores. La vergüenza es que, al principio de la crisis de refugiados, había unas fotos increíbles de familias llegando de Siria hacia trenes en Alemania, en Múnich, y la maravillosa recepción que hubo. La gente llevándoles zapatos o ropa para los niños -espontáneamente, no organizados-. La bondad genuina del pueblo alemán. Y [Angela] Merkel, de repente, se volvió no sólo la cabeza de Europa, sino el corazón de Europa. ¿Y qué pasó?

Los que están a la derecha de ella empiezan a juntarse, y la gente empieza a quejarse. Y hubo un momento en Francia en el que si Le Pen hubiera ganado las elecciones, y no Macron, la unificación de Europa habría estado en peligro. Pensalo. Una de las cosas positivas que emergió de la negatividad de la Segunda Guerra Mundial se podría haber perdido.

Lo que pasó en Estados Unidos es que Le Pen sí ganó.

Es cierto.

Hay una larga historia de ver el país dividirse por cuestiones morales importantes, y sobrevivimos, más o menos. ¿Qué puede pasar acá? ¿Vos decís que la democracia es un dinosaurio?

Como dije, los primates grandes siempre dominaron los ambientes, y la democracia no es el hábitat natural del homo sapiens.

La democracia es un invento notable, que depende de medios de comunicación efectivos. Así que las noticias falsas no son un peligro falso. Tenés un presidente de la posverdad liderando un país de la posverdad. Lo más aterrador es que el primate es bastante inteligente, claramente, pero qué pasaría si fuera inteligente pero difícil de interpretar. Lo que debería ser más fácil de interpretar son las lecciones que la derecha y la izquierda necesitan aprender acerca de cómo emergió este absurdo. No debería ser necesario que una estrella de un reality show pudiera interpretar el descontento de la gente. Necesitamos hacer un mejor trabajo a la hora de entender de dónde vienen esa ira y esa sensación de extravío.

Como activista, tenés una trayectoria trabajando con políticos. ¿Cómo trabajás con alguien de Washington, D.C., ahora?

Me di cuenta de que no podría trabajar con este presidente, lo quiera él o no, porque no podés creer en lo que dice. Tuve una reunión con Mike Pence. El había apoyado el PEPFAR [el Plan de Emergencia del Presidente para Alivio del sida, por sus siglas en inglés]. Trece millones de personas les deben la vida al PEPFAR, y Pence se plantó y peleó por el programa en el Congreso cuando yo estuve ahí. Así que pensé: Bien, puedo trabajar con él, pero eso fue al principio. Con todo el recorte de ayuda extranjera, también se prometieron recortes [al PEPFAR]. El vicepresidente nos dijo en nuestra reunión que él apoyaba el PEPFAR, pero tengo que decir que fue responsabilidad del Congreso detener los recortes. Eso hace que te hagas preguntas más difíciles sobre la presidencia.


Quiero ser útil. No es la plegaria más grandiosa, pero es la plegaria de U2. Queremos ser útiles, pero queremos cambiar el mundo. Y al mismo tiempo queremos divertirnos.

Hace poco visitaste a George W. Bush en Texas. Contame de eso.

Creo que cuando salió del Salón Oval fue un tipo mucho más humilde. Cuando lo visité en su campo, lo encontré viviendo muy tranquilo. No hizo muchos discursos, pero pinta mucho. Estoy seguro de que le duele ver a las víctimas de las guerras recientes que vuelven al país, y pinta a esa misma gente.

Laura y sus dos hijas están orgullosas del trabajo que hizo Estados Unidos en la lucha contra el HIV/sida. Trabajamos juntos en eso. Condoleezza Rice y el jefe del equipo de Bush, Josh Bolten, también merecen mucho crédito. Es la intervención de salud más grande en la historia de la medicina. Ahora se salvaron más o menos 20 millones de vidas en una guerra que antes había costado 35 millones de vidas. Si querés pensarlo así, casi la mitad de la gente que murió en la Segunda Guerra Mundial murió por un virus chiquito. Todavía no lo entendimos. Hay muchos de nosotros que trabajamos en esto, pero no estoy seguro, aún hoy, de que apreciemos la escala de lo que logramos frente a tanto horror, pero debería recordarle a la gente lo que es posible lograr cuando dejamos el partidismo a un costado.

¿Qué le decís a la gente que está desanimada por esta época? ¿Hay esperanza después de esto?

Sí. Sí. Creo que el momento tiene que ser salvado. Sin dudas, es la época más oscura desde Nixon. Sin dudas, lo que está pasando socava la imagen de Estados Unidos. Y los republicanos lo saben, los demócratas lo saben; nadie sale bien parado. Algunos deberían haber hecho más que subirse a caballito de la fama de este tipo para hacer cosas. Van a vivir para arrepentirse. Antes de criticarlo en las elecciones primarias, llamé a muchos amigos republicanos y les dije: No puedo quedarme callado mientras ocurre esta invasión de su partido, y quizás del país. Y dije, y todavía lo defiendo, que: Estados Unidos es la mejor idea que el mundo haya tenido, y ésta es potencialmente la peor idea que se le pudo haber ocurrido.

En American Soul, dijiste que Estados Unidos es un sueño que es propiedad de todo el mundo.

Sí, está en este disco. Irlanda es un país muy lindo. Francia es un gran país. Gran Bretaña es un gran país, pero no es una idea. Estados Unidos es una idea, y es una gran idea. Y el mundo siente que tiene que ver con esa idea. Queremos que ustedes, que esa idea, tenga éxito, por eso nos pusimos tan desagradables, y hablamos tanto acerca de esto. El mundo necesita que Estados Unidos tenga éxito, ahora más que nunca.

Contame sobre ONE Campaign, la campaña que lucha contra la pobreza extrema. ¿Dónde está ahora, y cuán involucrado estás?

Tenemos casi nueve millones de miembros ahora, más de tres millones en Africa. Espero que las voces al sur del Ecuador ahoguen las voces del norte del Ecuador. Espero terminar con ese trabajo. Se está volviendo una organización cada vez más independiente. Las mujeres están tomando el mando. Nuestra campaña principal ahora se llama La Pobreza es Machista. Y hay otra que se llama Las Chicas Cuentan. Casi 130 millones de personas no pueden ir a la escuela y quieren hacerlo. Y yo trabajo más en las sombras. Y está bien.

Así que estoy tratando de que mi liderazgo sea más estratégico, más detrás de escena. Si me llaman a una reunión, voy. Hacemos campañas por más transparencia en el sector minero, y en la industria extractiva. Estoy orgulloso de todo ese trabajo. No se escribió mucho sobre eso, pero es tan importante como luchar contra el HIV/sida. El mayor asesino de los países en vías de desarrollo no es una enfermedad en particular, sino la corrupción.

¿Qué se puede hacer para luchar contra la corrupción?

ONE hizo una campaña para una regla que requiriera que todas las compañías mineras registradas en la Bolsa de Nueva York declararan cuánto pagan por sus contratos. Porque si esos arreglos no son transparentes, entonces es fácil para los gobiernos locales dibujar esos números, y son números grandes. Hay un nuevo proverbio africano, fuera de broma: Rezá para que no encontremos petróleo. Porque eso trae a las peores personas a tu ciudad. Si hay un antídoto para la corrupción, una vacuna, es la transparencia. Llevar las cosas a la luz.

¿Cuán involucrado estás con eso? ¿Estás tratando de retraerte?

No me estoy retrayendo para nada. Sigo muy involucrado, pero creo que es más saludable que la organización no tenga que contar conmigo. Tenemos gente brillante. Nuestra nueva jefa, Gayle Smith, hizo trabajo de desarrollo para el presidente Obama, y tiene mucha fuerza, le decimos Gayle Force. Uno pensaría que durante las giras es más tranquilo, pero de hecho, nos encontramos con líderes en cada lugar al que vamos. Cuando U2 tocó en París, fui a ver a Macron y a Brigitte [su mujer].

¿Cómo era él?

Macron fue muy amable de verme; lo acababan de elegir para uno de los sillones más poderosos del mundo. Me sorprendió su humildad en dejarme entrar de manera tan jovial. Tiene una mente rápida e inspiradora, y una esposa que es un arma secreta, muy al tanto de los esfuerzos de ONE por la educación de las mujeres en los países en vías de desarrollo. La educación no es fácil, es cara. Hablamos de su compromiso para que Francia dedicara 0,7% de su Producto Bruto Interno al desarrollo de asistencia, ODA.

Y él aceptó un 0,55% para 2022, algo que no había dicho en público hasta esa reunión. Fue una gran reunión. Pero lo más impresionante acerca de él fue que no se concentraba en los números. Le importaba que fuera algo efectivo. Dijo: Ustedes hacen que cumplamos nuestra promesa. Nos hace feliz cumplir con la promesa. Tenés que asegurarte de que el pueblo francés reciba valor a cambio del dinero. Porque queremos apoyar la lucha contra la pobreza extrema.

Ahora, ¿podría haber tenido esa reunión si la gira no hubiera estado en un estadio cerca de él? Quizás, porque él es más curioso que los demás, pero para otros líderes, no. Todo el ruido del coco cuando llegás a una ciudad hace que la gente quiera tener reuniones. En Estados Unidos tuvimos tantos republicanos como demócratas visitándonos en la última gira. No es un chiste. Senadores, diputados, aunque en el show teníamos un momento en el que nos la agarrábamos con el tipo que no hay que nombrar.

Te asociaron con Aung San Suu Kyi, la líder de facto de Myanmar, por cuya liberación vos luchaste cuando era una prisionera política. Ahora, ella parece estar, al menos, no haciendo nada, mientras su país lleva a cabo lo que parece una limpieza étnica. ¿Qué pensás de lo que está pasando ahí?

Esa es muy difícil, y yo… me da náuseas. Me sentí genuinamente enfermo, porque no puedo creer lo que señala la evidencia. Pero hay una limpieza étnica. Está pasando, y tiene que bajarse porque sabe que está pasando. Estoy seguro de que en su cabeza tendrá sus buenas razones para no bajarse. Quizás no quiere volver a perder el país a manos del ejército. Pero ya ocurrió, al menos si nos basamos en las fotos. Se están incendiando los derechos humanos, las vidas que se queman en el Estado de Rakáin son más importantes que una unidad sin ellas.

¿Pensás que debería renunciar?

Debería, al menos, hablar más. Y si la gente no la escucha, entonces renunciar. Es muy problemático. Sigo confundido, de hecho.

Es de una brutalidad impactante.

¿Es que proyectamos en la gente lo que queremos que sea? Encontramos a alguien que nos gusta, y nos decimos que existe alguien que es mejor que nosotros. Más capaz que nosotros. Les otorgamos estas cualidades. Hacemos eso con la gente. La gente tiene su versión de vos, proyectan lo que quieren ver en vos. Quizás ella siempre fue una política. No era una santa. No era una salvadora. Quizás siempre estuvimos equivocados, y tenemos que aceptar que estábamos equivocados. O quizás le pasó algo terrible que no sabemos.

Hicieron la gira Joshua Tree, sacaron el nuevo disco, y ahora están preparándose para otra gira en primavera. ¿Cuáles son tus ideas ahora que se terminó el año? ¿Alguna palabra de sabiduría?

Me aferro a la idea de que a través de la sabiduría, de la experiencia, podés, de alguna manera importante, recuperar la inocencia. Quiero jugar, quiero ser experimental. Quiero que la disciplina a la hora de componer me mueva hacia adelante, y creo que tenemos que soltar. Quiero ser útil. Esa es nuestra plegaria, como familia, como ya sabés. No es la plegaria más grandiosa. Es sólo estar disponibles para trabajar. Es la plegaria de U2. Queremos ser útiles, pero queremos cambiar el mundo. Y al mismo tiempo queremos divertirnos. ¿Cuál es el problema con eso?