Cómo las redes sociales trajeron su propio conjunto de problemas a la última gira de U2
En el arte teatral, como en el arte de gobernar, hay tanto satisfacción como capitulación en el arte del compromiso. Pero no hay triunfo, le recuerda Bono al público en el Madison Square Garden en el último show del tramo norteamericano de la gira de U2, iNNOCENCE + eXPERIENCE Tour (con mayúsculas invertidas). En un mini-sermón sobre la actual estabilidad en Irlanda, Bono dijo, “Honremos a la gente que fue lo suficientemente valiente como para comprometerse, porque eso es lo que se necesita para obtener resultados. Cuando te comprometes, nadie pierde, y nadie gana.”
Cuando los lugares comunes exacerbados suceden, eso es algo bueno para recordar. Para que el público no lo olvide, Bono, más tarde en el show, agregó algunas líneas a la letra de “Sunday Bloody Sunday”, la canción de U2 acerca del enfrentamiento de protestantes irlandeses y soldados británicos en 1972 que dejó a 14 civiles desarmados muertos. En la grabación original, un éxito para U2 en 1983, Bono cantaba “la batalla real acaba de empezar, para reclamar la victoria que Jesús ganó.” En los conciertos actuales, agrega en ese momento, “¡Entréguense! ¡Compromiso no es una mala palabra, compromiso!”
En términos teatrales, el iNNOCENCE + eXPERIENCE Tour es un ejemplo de un compromiso considerablemente menos histórico que la paz en Irlanda, pero impresionante en su propia forma. U2 tiene décadas poniendo esfuerzos titánicos en hacer sus escenarios y shows espectaculares e innovadores y, por sobre todo, colosales. El 360º Tour, que duró dos años enteros, desde junio de 2009 a julio de 2011, tuvo una puesta en escena más grande que cualquier cosa antes erigida para un concierto, una estructura tipo monstruo de ciencia ficción con patas arácnidas que rosaba los 50 metros por encima del piso del estadio. Era tan grande que la banda tuvo que pagar millones de dólares para ampliar al Hipódromo de Montreal solo para que encajara.
Para el iNNOCENCE + eXPERIENCE Tour, U2 disminuyó la escala, relativamente hablando, a meros estadios cubiertos tales como el Pepsi Center de Denver, el United Center de Chicago o el Madison Square Garden de Nueva York. El set para esta gira, concebido por el diseñador Willie Williams, presentó a la banda en dos plataformas simples, una a cada extremo de la pista del recinto, con una combinación elaborada de pasarela y sistema de video proyección de dos caras que permite a los músicos ser parte de los videos cuando están tocando. El sistema de sonido está suspendido del techo, no se ve. Este diseño de alguna manera hizo que el cavernoso espacio del Madison Square Garden se sintiera casi íntimo.
El gran compromiso llegó en la reconciliación de la banda con las redes sociales. Antes de que U2 subiera al escenario sobre el costado oeste del Garden, miembros del público se dieron cuenta del arribo de Bill y Hillary Clinton en uno de los palcos, y la vista de dispositivos de mano, decenas de miles de ellos, todos encendidos y sostenidos en el aire, pronto dominaron el evento. Por más de dos horas, los dispositivos se sacudieron y resplandecieron, moviéndose para capturar los movimientos de la banda… Se podría decir “como amapolas en un campo”, pero la imagen es demasiado dulce, porque hay algo profundamente perturbador en la manera en la que miles de personas, incluido quien escribe esto, estaban reaccionando con la presencia de una banda de cuatro grandiosas piezas tocando en medio de ellos. Ellos, no, nosotros lo usábamos como una oportunidad de hacer lo mismo que hacemos con todo en la vida de hoy: fotografiar, compartir, mensajear, en general, desconectarnos de nuestros alrededores bajo el subterfugio de la conectividad.
Al inicio de la segunda mitad del show, Bono dirigió un momento en el que llevó a un miembro del público al escenario y le dio un teléfono para filmar a la banda mientras tocaban. The Edge payaseaba alrededor del teléfono, a la manera de un buen padre en la fiesta de cumpleaños de un preescolar, y las imágenes aparecieron en tiempo real en la gigante pantalla de dos lados por encima de la pasarela en el centro del estadio. Tuits en vivo del público aparecía en las pantallas. Por algunos minutos, U2 tuvo el manejo del uso de las redes sociales como una manera de acercar más la banda a sus fans. Luego el show regresó al show, y todos volvieron a sacar fotos y a mensajear.
“Saquen todas las fotos que quieran,” dijo Bono. “Pero no tienen que sacar fotos todo el tiempo. Traten de estar en el momento, también.” Fue un valiente intento de sugerir un compromiso, aunque no pareció tener mucho efecto, y el problema que estuvo enfrentando seguramente solo se intensificará. No tienes que jugar con capitalización invertida para apreciar que la era de los dispositivos de mano y las redes sociales está trayendo su propio grupo de problemas.
Fuente: TheNation.com