El nuevo single de U2, “Invisible”, que se estrenó en un intervalo durante el Súper Bowl, es una canción hecha para formatos de radios pop, dice Neil McCormick.
“No me ves... pero lo harás,” cantó Bono en un intervalo del Súper Bowl del domingo pasado. No fue una promesa ociosa. U2 utilizó el más codiciado y caro espacio publicitario de la TV norteamericana para lanzar su regreso ante una audiencia televisiva que excede los 100 millones de televidentes. El nuevo single puede ser llamado “Invisible” pero su objetivo es lograr la máxima visibilidad para el retorno de (posiblemente) la más grandiosa y divisiva banda de rock del mundo.
Al principio, el single en sí mismo parece sorprendentemente modesto. Elegante y ajustado, construido sobre una batería electrónica animada y un bajo rítmico sintetizado, mezcla el ritmo tecno de Kraftwerk y traqueteos pop de guitarras de rock con un inicialmente discreto y muy retro sentimiento de los ochenta. El estribillo se dispara en una manera evocativa a “New Year's Day”, hit de los primeros años, pero la banda parece casi penar por no alcanzar la grandiosidad, pretendiendo en su lugar una especie de insistente y pegadizo pop. Ciertamente, no es el tipo de himno de escala de estadio para fans (y, de hecho, para retractores) que se puede esperar, pero la idea musical revela ambición. Bono retuerce el modesto título insistiendo con “No soy invisible” y es razonable asumir que estaremos escuchando mucho más de U2 en este año que comienza.
Cuando finalizaron su gira mundial 360º en 2011, la banda parecía estar acosada por una inusitada crisis de confianza. A pesar que fue la gira de mayor recaudación de la historia, el disco de 2009, “No Line On The Horizon”, fue ampliamente considerado una decepción comercial, y falló en entregar algún gran single. El líder, Bono, cuestionó si la banda podría permanecer relevante e insistió con “Tenemos que hacer hits si queremos sobrevivir.”
Como reflejo de su determinación de no convertirse en un antiguo y nostálgico artista, el cuarteto ha pasado mucho de los últimos tres años componiendo, grabando, rechazando y refinando una gran cantidad de material nuevo, suficiente para varios discos diferentes, según algunas versiones. Han estado trabajando principalmente con el productor de moda norteamericano Brian Burton (también conocido como Danger Mouse), que ha logrado sus propios hits con Cee Lo Green en Gnarls Barkley, y colaboró con artistas de culto tales como Beck, Damon Albarn de Gorillaz y el dúo The Black Keys.
Los primeros frutos de sus trabajos sugieren que U2 está reduciendo su sonido rockero por un contemporáneo pop mundial de pequeños parlantes y canciones compartidas en redes sociales donde el género digital se inclina al reino supremo de la electrónica. La canción nominada al Oscar por “Mandela: Long Walk To Freedom”, “Ordinary Love”, fue una tenue, minimalista y evocadora balada. “Invisible” parece confirmar un insospechado gusto por la sutileza musical.
Sin embargo, no hay nada de sutil al respecto de la campaña de marketing, que es de lo que realmente se trata todo esto. Avisos publicitarios de 30 segundos en el Súper Bowl cuestan 4 millones de dólares. U2 está lanzando su nueva grabación en conjunto con Bank of America. La canción se pudo descargar por 24 horas, y cada descarga generaba un dólar de donación a (RED), la organización establecida por Bono en 2006. Parece un arreglo bastante raro, con una entidad bancaria efectivamente asegurando el marketing de la banda con donaciones caritativas. Es el tipo de cosa segura que molesta a muchos críticos de Bono: buenas obras y auto-promoción, todo en uno.
Esto significa que el single no será elegible para los charts, pero no estoy seguro que eso importe. Ellos han hecho efectivamente una canción para los formatos de radios pop que ya no pasan más a viejas bandas de rock, y llega de una manera de entrega directa a un público masivo. A juzgar por el impacto en Twitter y Facebook, los masa de fans dedicados de U2 parecen apoyar la nueva dirección de la banda pero la banda querrá ser vista como algo más que solo una herencia.
Líricamente, la canción parece un sutil comentario sobre el mundo de los desposeídos, y es por eso que no creo que Bono quiera decir viejas estrellas de rock. Se dirige a los pobres del mundo, especialmente, quizá, a las poblaciones inmigrantes que trabajan por bajos salarios que aun suscita tanto descontento político. “Solo nosotros, no hay ellos”, canta Bono en el estribillo final. Pero mientras la intención artística puede estar hablándole a las masas invisibles, el impulso comercial seguramente es para poner a la marca U2 donde un público joven no sea capaz de evitarlo.
Fuente: Telegraph.co.uk