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U2 convierte al 360º Tour en un éxito demoledor de taquilla

         No se necesita de una calculadora para saber que U2 x 360 = XXL. Lo masivo describe cada aspecto del revolucionario '360º Tour' de U2, un monstruo futurístico que desafía la recesión rompiendo récords de concurrencia de público, que reescribe los libros de tácticas de conciertos en estadio y que lanza al cuarteto irlandés dentro de una órbita aún mayor.

        La imponente pieza central, un OVNI de cuatro patas, anclado por una incandescente torre de 50 metros y una pantalla LED cilíndrica, se cierne sobre un extenso escenario con puentes que se deslizan por una pasarela circular que lo rodea. Los encumbrados himnos de U2 ponen a prueba al sistema de sonido de última generación suspendido lo suficientemente alto como para permitir unas claras líneas de visión.

        "Es un poco impactante ir a trabajar y encontrar a 80 mil personas en el piso del negocio," dice Bono, cantante de 49 años, mientras es llevado rápidamente por una escolta policial hacia su hotel luego del primero de dos shows en los recientes "agotados" conciertos en el Soldier Field. "El acto mágico es que la nave espacial desaparece. La gente se hace más grande, y el lugar más chico. No hay un tema dominante, pero hay un sentido de ubicación, donde estás es un pequeño punto en el cosmos. Es íntimo, por cierto. El show te lleva a través de diferentes mundos y estados de ánimos. Catarsis es la palabra elegante, creo."

        El "clink-caja" lo es todo. Para la gira, primera de U2 en estadios abiertos de Estados Unidos desde el PopMart de 1997-98, se espera que acumule 112 millones de dólares de 1.2 millones de tickets correspondientes a los 20 shows durante el actual tramo norteamericano, después de engrosar 187 millones de los 1.8 millones de tickets vendidos para los 24 conciertos en Europa, de acuerdo con la Billboard. Debería empezar a dar ganancias al momento de finalizar el segundo tramo el 28 de octubre en Vancouver. La primera gira de la banda bajo el contrato de 12 años con Live Nation se reanudará el próximo 30 de mayo en la ciudad de México, con fechas a continuación en Estados Unidos durante los meses de junio y julio.

        "En el primer concierto en Barcelona (30 de junio), nos dimos cuenta, guou, esta funcionando increíblemente bien," comenta Edge, guitarrista de 48 años, al día siguiente camino al estadio, después de pasar 20 minutos junto a Bono firmando autógrafos a un mar de fanáticos en las afueras del hotel. "En una buena noche, la producción, las canciones, el público, los videos, la arquitectura convierten a este en un evento increíble. Incluso en estos grandes estadios, sientes, '¿por qué estoy aquí? Podría estar en casa escuchando música.' Este show le da sentido al tocar en estadios."

        Sólo puede tener sentido para U2, una banda con una base de fanáticos, presupuesto y fuerza musical para llevarlo a cabo.

        La configuración de la gira de público alrededor del escenario aumentó la capacidad por aproximadamente el 20%, permitiendo a la banda romper récords de concurrencia en cada lugar de actuación. El 24 de septiembre, U2 abarrotó al Giants Stadium con 87472 espectadores, la más grande concurrencia de todos los tiempos del lugar, eclipsando a las 82948 personas convocadas por el Papa Juan Pablo II en 1995.

        Cada una de las tres estructuras de la "garra" que van alternando a lo largo del itinerario requiere de 37 camiones y un costo por encima de 40 millones de dólares. Todo el movimiento implica una flota total de 200 camiones, un equipo de 400 personas y un costo diario de 750 mil dólares.

        Aunque el álbum de la banda "No Line On The Horizon" salió a un ritmo lento, moviendo un millón de copias desde marzo, la reacción frenética de las siete canciones en los setlists de la gira generaron que estos datos se incrementaran. La banda ha vendido 34 millones de discos y 11.2 millones de canciones en formato digital desde 1991, de acuerdo a Nielsen SoundScan.

Solos en su territorio

        Cuando la mayor banda en el mundo organiza el mayor show en la historia, la pregunta surde: ¿Quién seguirá? No hay señal en el horizonte para un aparente heredero de U2.

        Bruce Springsteen, Bon Jovi, Kenny Chesney y Elton John junto a Billy Joel pueden llenar estadios en ciertos mercados, pero solo los Rolling Stones, una generación más vieja, comparten la demanda global y la ambición de girar de U2, dice Ray Waddel, editor de la Billboard.

        "U2 esta agotando estadios alrededor del mundo y rompiendo récords de audiencia en el proceso. Un montón de bandas que han estado alrededor de esto durante mucho tiempo han alcanzado su pico comercial, y ciertamente no parece ser el caso de U2. Si alcanzarán o no la grandeza de pasados discos con 'No Line…' es discutible, pero es difícil negar que ellos lo intentan."

        "En cuanto a quiénes serían los próximos, justo ahora uno solo podría adivinar," dice Waddell. "Muchos en la industria dicen que Coldplay o Kings Of Leon pueden serlo. Otros piensan que los días de artistas con nivel de estadio están terminados. Lograr eso es suficientemente difícil; permanecer es mucho más dificultoso."

        El bajista de U2, Adam Clayton de 49 años, comparte ese escepticismo.

        "Todo esta tan fragmentado," dice desde su suite de hotel con vista el Chicago Skyline. "Siempre podría haber un fenómeno popular del año que llenaría un estadio, pero en términos de gente que construya una carrera sólida, no lo se."

        El baterista, Larry Mullen Jr. de 47 años, puede prever un futuro de estadios para Kings of Leon, "quienes eran unos conejitos asustados cuando tocaron en nuestra gira anterior."

        "¿Quién hubiera imaginado que sacarían uno de los mejores discos ("Only By The Night") un par de años después?" dice Mullen, tomando sol afuera del hall de catering del backstage. "Ellos tienen la arrogancia y la capacidad para ir por todo. No hay un plan. Ahora ves que un montón de bandas se preparan para aprender e intentar cosas diferentes. Eso es lo que siempre fue para nosotros."

        Las ideas para el audaz esquema del "360º Tour" han sido pergeñadas en la cabeza de Bono desde la gira Elevation en arenas.

        "Empecé dibujando, y construyendo cosas con cucharas," dice Bono. "Durante estos años, han habido personas que me decían que estaba demente. Tuve un montón de ojos girando en mi dirección desde los promotores, pero Live Nation fue muy motivador. Arthur Fogel (CEO de Live Nation) dijo, 'Si tienes un instinto, sigue adelante con el. Trabajaremos contigo y te financiaremos.' Dijo que este negocio es prehistórico, que la gente no se valoriza."

        A finales de 2006 en el Aloha Stadium de Honolulu, última parada del Vertigo Tour, Bono caminó por el campo con el colaborador de U2 de larga data, el diseñador de escenarios Willie Williams, en un intento de imaginar su templo sónico. El próximo enlistado fue el diseñador/arquitecto Mark Fisher.

'Tan cerca de la bancarrota'

        "Hemos empezado a construirlo seis meses antes de la gira, antes que los tickets salieran a la venta," dice Bono. Agrandando el riesgo: la industria de la música en caída y la recesión global. "Cuando construimos ZooTV (la gira de 1992-93), estuvimos tan cerca de la bancarrota que si iban 5% menos de público, U2 hubiera quebrado. Incluso en nuestra indiferencia irresponsable, juvenil y fatal de tales asuntos materiales, fue aterrador. Quiero poner un espectáculo extraordinario, pero me gustaría tener mi propia casa cuando esté terminado."

        Reunir la demanda y los precios bajos de los tickets (de 30 a 250 dólares) fue el catalizador para moverse a los estadios.

        En las dos últimas giras de la banda en arenas, donde la capacidad típicamente rondaba de 15 a 20 mil espectadores, "los tickets eran un poco más caros y la demanda era tan grande que cuando el mercado secundario se hizo cargo, terminaron cambiando de manos por cientos, incluso miles de dólares," dice Edge. "Ahora estamos cerca de abastecer la demanda, así que no hay que tomar acciones contra la reventa".

        U2 sabe que su 'catedral de acero' no es suficiente para atraer a las masas. El espectáculo es asombroso, pero es la performance de proporciones épicas de la banda lo que tiene a los fans vitoreándolos.

        "Hay una facilidad, una soltura en la performance que no imaginé que pudiéramos conseguir," dice Edge. "Venimos del punk rock, del tipo repetitivo, un sonido franco. Esto es una revelación, que la banda se haya hecho más sofisticada rítmicamente."

        El concierto típicamente ofrece siete canciones de "No Line…", tres o cuatro tocadas al principio, una desafiante negativa de estar bloqueado en el pasado. Para Mullen, la evolución de U2 se cristaliza en el giro tecno adoptado en "I'll Go Crazy If I Don't Crazy Tonight", durante la cual aporrea un tambor djembe africano mientras pasea por la pasarela.

        "Tomamos una canción pop y la convertimos en una locura dance rave en un estadio," dice. "¿Cómo me puse aquí? No es lo que cualquiera de nosotros esperamos hacer después de 30 años. Esto es el ejemplo a seguir. Es sobre nuestra necesidad de ampliarnos y nuestro público acepta cosas incluso pueden no entender."

En el próximo escenario

        Estén tocando en estadios o en arenas en el futuro, la banda no reciclará ideas, jura Edge. "Es importante desafiar nuestra creatividad y no tomar la opción simple," dice. "Eso está tan arraigado en la banda que continuaremos creciendo y desarrollándonos. Nos lo debemos a nosotros mismos y a nuestros fanáticos el tomar lo inusual y abrir nuevos caminos."

        Clayton dice que sus ambiciones para la banda son humildes estos días.

        "Quiero que nuestra música sea relevante," dice. "No tienen que ser récords de ventas. Los hits son absolutamente el negocio en el que deberías estar si sos parte de la música popular, y siempre nos esforzamos por eso. Pero es un enorme privilegio permitirnos hacer los que amamos hacer. No has perdido el control de ello. No lo haces para cubrir malos negocios. Y es grandioso trabajar al aire libre."

        Mullen, considerado como la brújula moral de U2, dice que su conducta proviene en parte de la creencia de que está en deuda con los fanáticos.

        "Es un sentimiento de culpa del católico irlandés," dice. "Deberíamos haber sido mejores y haber trabajado más duro. En los 80s, estábamos verdes. Nos tambaleamos. Tuvimos éxito a pesar de nosotros mismos. Ahora hay una sensación de que tenemos más para hacer, que podemos continuar empujando, tomar riesgos. La complacencia no es algo que nos guste o con lo que estemos cómodos."

Fuente: USAToday.com