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U2 en Argentina: Hoy se cumplen 8 años de la primera vez

Hoy hace ocho años que U2 tocaba por primera vez en Argentina, fue una serie de tres shows inolvidables para todos aquellos que tuvimos la suerte de estar al menos en uno de ellos, y a falta de poco menos de un mes para el regreso de la mejor banda del mundo a estas tierras, acá les dejo una recopilación de reseñas de aquellas épocas, junto con los setlist de las tres noches:


05-02-1998
Setlist:


01. Intro (Pop Muzik)
02. Mofo
03. I Will Follow
04. Gone
05. Even Better Than the Real Thing
06. Last Night On Earth
07. Until the End of the World
08. New Year's Day
09. Pride (In The Name Of Love)
10. I Still Haven't Found What I'm Looking For
11. Staring at the Sun
12. Sunday Bloody Sunday
13. Bullet the Blue Sky
14. Please
15. Where The Streets Have No Name

16. Lemon (taped mix)
17. Discothèque
18. With or Without You

19. Hold Me, Thrill Me, Kiss Me, Kill Me
20. Mysterious Ways
21. One
22. Mothers Of The Disappeared


06-02-1998
Setlist:


01. Intro (Pop Muzik)
02. Mofo
03. I Will Follow
04. Gone
05. Even Better Than the Real Thing
06. Last Night On Earth
07. Until the End of the World
08. New Year's Day
09. Pride (In The Name Of Love)
10. I Still Haven't Found What I'm Looking For
11. Stand By Me
12. Desire
13. Staring at the Sun
14. Sunday Bloody Sunday
15. Bullet the Blue Sky
16. Please
17. Where The Streets Have No Name

18. Lemon (taped mix)
19. Discothèque
20. If You Wear That Velvet Dress
21. With or Without You

22. Hold Me, Thrill Me, Kiss Me, Kill Me
23. Mysterious Ways
24. One
25. Mothers Of The Disappeared


07-02-1998
Setlist:


01. Intro (Pop Muzik)
02. Mofo
03. I Will Follow
04. Gone
05. Even Better Than the Real Thing
06. Last Night On Earth
07. Until the End of the World
08. New Year's Day
09. Pride (In The Name Of Love)
10. I Still Haven't Found What I'm Looking For
11. Bad
12. Dirty Old Town
13. Slow Dancing
14. Staring at the Sun
15. Sunday Bloody Sunday
16. Bullet the Blue Sky
17. Please
18. Where The Streets Have No Name

19. Lemon (taped mix)
20. Discothèque
21. If You Wear That Velvet Dress
22. With or Without You

23. Hold Me, Thrill Me, Kiss Me, Kill Me
24. Mysterious Ways
25. One
26. Mothers Of The Disappeared



Los irlandeses U2 ya están en la Argentina
El grupo, uno de los más importantes del rock mundial, hará tres shows en River
Traen 500 toneladas de equipos y ya tocaron en veinte países

FERNANDA IGLESIA

Con una hora y media de atraso de respecto de lo previsto, la banda irlandesa de rock U2 llegó ayer a las 22.15 al aeropuerto de Ezeiza para presentarse por primera vez ante el público argentino los próximos jueves, viernes y sábado, en el estadio de River.

Antes de venir, los irlandeses expresaron a la productora local sus deseos de conocer a Diego Maradona durante su estadía. También existe la posibilidad de que se encuentren con las Madres de Plaza de Mayo.

Bajo el nombre de Pop Mart Tour, el grupo ya recorrió más de 20 países desde el día del debut, el 25 de abril de 1997 en el estadio Sam Boyd de Las Vegas.

Y luego de su paso por Buenos Aires, U2 seguirá presentando su octavo disco hasta dar las hurras en Sudáfrica, el 21 de marzo.

Después de tres años de silencio, Bono, The Edge, Larry Mullen Jr. y Adam Clayton volvieron a ocupar el primer plano en la escenografía del rock y lo hicieron con todo. En febrero del año pasado presentaron en un supermercado de Nueva York su nuevo disco que ocupa el setenta por ciento del show con el que salieron a recorrer el mundo.

Por primera vez desde que la banda es banda, sus integrantes decidieron llegar a lugares tan remotos para ellos como Argentina, Brasil y Chile. Así fue como agendaron Buenos Aires en su lista de arribos, donde se presentarán con el mismo espectáculo que en el resto del planeta. Con una gran despliegue visual, tecnológicamente impecable pero sin dejar de lado su compromiso con temas sociales, el recital de U2 no ha hecho más que recoger elogios. La pantalla gigante (que promocionan como la más grande del mundo usada para un concierto de rock) es la estrella del show que se verá en Buenos Aires. Mide 56 por 176 metros y combina imágenes en vivo con otras creadas por diferentes artistas como Andy Warhol, Howard Finster y Roy Lichtestein. Por lo demás, el escenario (de 181 metros de ancho) simula un variado stock de comida. Una aceituna rellena, un limón gigante hecho de espejos -lugar que promete sorpresas y que se convirtió en el ícono del merchandising de la gira- y un arco dorado muy parecido al logo de la cadena de restoranes Mc Donalds. El show necesita 75 camiones para transportar cerca de 500 toneladas de equipos. Además, 16 micros y un avión de 50 asientos transportan a las 200 personas locales que trabajan en el montaje del espectáculo.

Los cuatro integrantes de U2 llegaron ayer a Buenos Aires luego de hacer tres funciones en Brasil: una en Río de Janeiro y dos en San Pablo, en los que convocaron a unas 300 mil personas. Como cualquier artista interesado en conquistar al público, Bono pronunció algunas palabras en portugués, se calzó la camiseta de la selección de fútbol local, le deseó feliz cumpleaños al futbolista Romario, bailó con una scola do samba y hasta gritó, frente a una masa enardecida de fanáticos: ­Brasileños, háganme feliz, ganen la Copa Mundial de fútbol por Irlanda! Finalmente, agradeció a todos por haber ido al show, pese al alto precio de las entradas (en Argentina, la más barata cuesta 50 pesos) y encaminó hacia su próximo destino: Buenos Aires.

Antes de llegar a destino, Bono y compañía ya se habían aprendido las palabras clave para subirse a un escenario porteño. Buenas noches, Buenos Aires. Gracias, Argentina. Y otras cosas por el estilo.



Acá la música es como el fútbol
EN UNA INFORMAL CONFERENCIA, BONO HABLO DE LOS FANS ARGENTINOS E IMITO A UN MONO

Los miembros de U2, que el jueves debutan en River, tuvieron su primer contacto con la prensa en Buenos Aires. Posaron quietitos para las fotos y dijeron que ansían conocer a las Madres.

FERNANDA IGLESIAS

Tardaron veinte años en llegar y dos horas y media en aterrizar. U2 pisó por primera vez suelo argentino el domingo a las 22.55 -para tocar los próximos jueves, viernes y sábado en River-, en medio de un desbordante operativo de seguridad.

La salita VIP de Ezeiza, donde se esperaba que el cuarteto hiciera algunas declaraciones, era un rejunte de cámaras de TV, humo, sillas, periodistas, fotógrafos y algunas (pocas) cervezas. Alguien de la organización sugirió que se retiraran los micrófonos acomodados sobre una mesa de vidrio (al mejor estilo conferencia de prensa) porque ellos quieren algo informal. Si ven esto, se van, amenazó. La queja en masa hizo que todo quedara como estaba.

Finalmente aparecieron. The Edge, Adam Clayton, Larry Mullen Jr. y Bono (tomando café) atravesaron la puertita a las 23.45 en son de paz. Posaron quietitos para los flashes durante medio minuto y enseguida Bono demostró que estaba contento. Dentro de su ya clásica capucha negra, se le tiró encima a una fotógrafa. Los demás se acomodaron a un improvisado círculo con la franca intención de hablar.

Hello, tiró Bono para romper el hielo y escuchó la primera pregunta. Sí, nos emocionaría mucho conocer a las Madres de Plaza de Mayo, respondió mientras los demás asentían con la cabeza.

Casi ninguna pregunta y ninguna respuesta se tradujeron al castellano. Empapados por su propia transpiración, sin embargo, los cuatro músicos entendieron, respondieron y se fueron cuando ellos (Bono, bah) lo decidieron.

Me parece una gran cosa que Tony Blair haya reabierto la causa por el caso Sunday Bloody Sunday (domingo sangriento, en alusión a una masacre ocurrida en Irlanda el 30 de enero de 1972), retomó el líder del grupo cuando se hizo referencia al tema. No podrá devolver las vidas pero fue muy valiente en hacerlo. En ese momento se escucharon gritos de varios fans que esperaban afuera. Son muy ruidosos, opinó. Acá la música es como el fútbol: una pasión. Para nosotros, tocar es nuestra vida. No lo hacemos por necesidad, agregó. Entonces, luego de bromear con Maradona (siento que lo conozco de toda la vida, dijo), agradeció a todos y emprendió la retirada.

Cuando se iba, una chica (rubia, linda, alta) que hacía notas para un canal de cable le pidió que mandara un saludo para sus televidentes. No soy un mono, le explicó Bono mientras imitaba al animal. Pero enseguida se apiadó de la cronista, la miró de arriba a abajo... y la abrazó fuerte contra su pecho.



El fuego de U2 encendió a 60 mil fans en River
EL GRUPO IRLANDES DE ROCK INICIO SU SERIE DE TRES SHOWS EN BUENOS AIRES

La banda se presentó por primera vez en la Argentina
Impactó la tecnología puesta en escena
Durante más de dos horas y media, la multitud cantó y bailó al ritmo de los irlandeses

MARCELO PANOZZO Y ERNESTO MARTELLI

Veintidós horas en punto. Empieza la pelea. Con las luces del estadio todavía encendidas suena la versión de Misión Imposible (del argentino Lalo Schiffrin) y le sigue, enganchada, una relectura del clásico “PopMusik”. De un lado, cerca de 60 mil espectadores expectantes como nunca. Del otro, el escenario todavía está vacío y sólo hay música que sale por los parlantes.

Hasta que los cuatro defensores del título mundial Pop, los U2, aparecen caminando por un pasillo ubicado en medio de la gente. Suben a escena y Bono, con su bata azul de boxeador con capucha, empieza a tirar piñas al aire y canta “Mofo”, una de las canciones más tecno de su último disco Pop. Y con eso, ya en el primer round de la pelea de Buenos Aires, los irlandeses habían ganado por knock out. Sin embargo el show deparaba otro knock out: la presencia, al final, de las Madres de Plaza de Mayo.

Recién en el sexto tema, y después de varias ovaciones, Bono se dirigió al público y dijo: Bienvenidos al gallinero, y el estadio se vino abajo. Cuando terminó el tema (“Even Better Than The Real Thing”) caminó por la explanada revoleando la guitarra y recibió una bandera irlandesa que le pegó en medio de la cara.

Los hits comenzaron a sucederse, en dosis generosas para una banda que está en plena actividad y con más ganas de presentar las canciones nuevas. Fue espectacular el recibimiento para clásicos como “Pride (In the Name Of Love)”, y las baladas “I Still Havent Found What Im Looking For” y “All I Want Is You”, recibidas con el ritual de los encendedores por el público.

Después Bono y The Edge se pararon muy cerca del público y manteniendo el clima intimista regalaron “Staring At The Sun” y el emblemático “Sunday Bloody Sunday”, la canción dedicada por el grupo a la matanza de 1972 en Irlanda del Norte, tocada sólo por el guitarrista The Edge.

A cada final de tema, y mientras la banda se acomodaba para seguir con el show, la gente seguía coreando los estribillos. Emocionado, y tal vez arrepentido por no haber venido a tocar esos temas en los ochenta cuando eran más frescos, Bono dijo: Gracias por esperarnos. Nosotros también los esperábamos a ustedes.

La conjunción de sonido, proyecciones y puesta de luces resultó aplastante. Esa ciudad fortificada que trajeron los Rolling Stones quedaba, en el recuerdo, como un fuerte de soldaditos medio oxidado en comparación con la óptima utilización de la tecnología que U2 entrega en su show.

Por la pantalla, los músicos en versiones gigantes eran vistos desde todos lados, así como las obras de maestros del arte pop como Andy Warhol y Roy Lichtenstein: se sabe, si a Pop Mart se le quita la M, queda Pop Art.

Decenas de miles de fans fueron tratados, desde la tecnología, con el mayor respeto visto hasta aquí: un espectáculo diseñado para que en un estadio monstruo como River, nadie se quedara afuera.

Aunque, justo es decirlo, hubo algunos que estuvieron un poco más adentro: viendo el show en un corralito ubicado al costado de la pasarela por la que los músicos van y vienen .A pesar de tener un lugar de privilegio asegurado, ellos fueron los primeros en colmar un sector del estadio y lucían ridículamente encerrados cuando el sol caía y el campo estaba todavía casi vacío.

A las 19.15 arrancaron Los Babasónicos y a las 20.30 fue el turno de Illya Kuryaki, con más gente en el estadio y cuando ya era de noche.

A pura marcha

Si bien habían arrancado a pura marcha los U2 se guardaron su lado más tecno para la hora de los bises. Primero, haciendo sonar el remix de la canción “Lemon” y luego, tras salir del enorme limón que hay en el escenario, entregando ese hitazo de Pop que es “Discotheque”.

El Pop Mart Tour comenzó en Las Vegas, en el Estadio Sam Boyd, el 25 de abril de 1997, y habrá de terminar en Sudáfrica, el 21 de marzo. Once meses en los que, además de ser vistos por casi 5 millones de personas, los U2 terminarán por generar una ganancia récord digna de Libro Guinness: 130 millones de dólares.

En el penúltimo tema, “One”, subieron al escenario las Madres de Plaza de Mayo. En ese momento, Bono dijo: Todos los países y todas las personas tienen sus fantasmas. Y aquí en la Argentina hay demasiados fantasmas. El líder de U2 les dedicó el tema Madres de desaparecidos. Bono aplaudió a las Madres y obtuvo, como respuesta una ovación del público. Fue el final. A las 0.18, U2 abandonó el escenario.



Nosotros te conmoveremos
EL POP MART TOUR DE U2 FINALMENTE LLEGO A LA ARGENTINA

Un show caliente combinó última tecnología y mucha emoción. Ante casi 60 mil personas, los cuatro irlandeses más famosos mostraron cómo es el futuro del rock en los estadios.

MARCELO PANOZZO

Pop. Dos letras P que son como esas figuras que se colocan a modo de sostén, a ambos lados de una fila de libros. Una letra O capaz de englobar a todos esos libros y a muchos más. Una letra que de O pasa a ser globo terráqueo, luna, pelota de fútbol, símbolo masculino, símbolo femenino, y carrito de supermercado. Eso es lo que se ve en la pantalla. Eso, las dos P y la O mutante, mientras un hombre disfrazado de boxeador (bata azul de seda con vivos dorados, larga y con capucha, y muy apropiada remera estampada con falsos pectorales de patovica) baila como Ray Sugar Leonard, tira piñas al aire como un peleador callejero fanfarrón y canta como una estrella de rock, pero de las que tienen algo para decir.

Y ahora va y dice que está buscando al niño Jesús entre la basura. Y también: Madre, vos me abandonaste y me hiciste alguien.

U2 acaba de subir al escenario de River y ya desde la primera canción a la que le pone la voz, Bono (el boxeador que canta) empieza a trazar al revés el círculo que culminará, dos horas y veinte minutos más tarde, con la presencia sobre el escenario de las Madres de Plaza de Mayo, cuya presidenta, Hebe de Bonafini, le había dicho al cantante el día anterior: Nuestros hijos nos parieron. Cuando ellos desaparecieron, nosotras nacimos. Estamos en una de las últimas escalas del Pop Mart Tour, la gira que U2 comenzó en Las Vegas el 25 de abril del año pasado y con la que está presentando su disco Pop.

Estamos, hay que decirlo de una vez, ante el show de rock más fenomenal, excitante y conmovedor que haya pasado por Buenos Aires.

Tanto, que resulta difícil (más allá del lugar común ese según el cual una imagen vale más que mil palabras) poner los datos técnicos sobre un papel sin sentirse ridículo y relatar los sucesos sin pasar por un narrador meramente anecdótico. Por ejemplo: antes que Bono comience a cantar la canción Mofo (la de buscar al niño Jesús, la de la madre que abandona a su hijo), dos himnos pop remixados Made in U2 (la Misión: Imposible del argentino Lalo Schiffrin, y el clásico Pop Muzik) comenzaron a calentar el ambiente. Corridas fogosas al costado izquierdo del escenario, y el grupo que entra por allá, caminando entre miles de incrédulos, por un pasillo de metal y carne de guardaespalda que desemboca en una pasarela. El baterista Larry Mullen sube primero, lo siguen el bajista Adam Clayton, el guitarrista The Edge y el boxeador Bono. Mientras, en la pantalla más grande del mundo (51 metros por 17 que cubren la totalidad del escenario) sucede lo de la palabra Pop, diez cañones de luz le apuntan al cielo y Bono canta Mofo y tira piñas. ¿Pasó todo esto? Ver para creer: el show acababa de empezar y, de seguro, cada una de las 60.000 personas que allí estaban reparó en algo diferente. Una lista de temas escrupulosamente construida se llevó los aplausos mayores y los coros más vigorosos cuando hizo lugar para los hits de los 80, “New Years Day”, “Pride (In the Name Of Love)”, “All I Want Is You”, dejando siete casilleros para temas del disco Pop. En ese largo recorrido tuvimos a Bono conmovedor y conmovido en “I Still Havent Found What Im Looking For” (con encendedores tapizando el estadio y Bono pidiéndole al iluminador que baje las luces de escena), a Bono Fidel Castro hilvanando un mantra larguísimo en “Bullet the Blue Sky” (el cantante prendido de un paraguas estampado con la bandera de Estados Unidos pero dado vuelta por el viento, e intercalando frases de Nosotros te conmoveremos de Queen) y siguiéndolo en “Please”, para llegar a un final olímpico en “Where The Streets Have No Name”.

Intervalo y... dance! Un remix perfecto de “Lemon”, y el esperado truco tipo David Copperfield: los cuatro U2 saliendo de un limón gigante convertido en bola de espejos. “Discotheque” pura. River bailaba y bailaba. El mambo se cortó con la delicada pasión de “If You Wear That Velvet Dress” (pieza mayor del disco Pop) y el hitazo “With Or Without You”. El final, se sabe, llegó con las Madres de Plaza de Mayo en escena, recibiendo de regalo la insuperable canción “One”, y dejando para el cierre “Mothers Of The Disappeared”, con Hebe de Bonafini, ahora sí, cambiándole al boxeador la capucha (palabra fea) por un pañuelo blanco. Dos horas y veinte minutos, entonces, de: cinemascope pantalla gigante, grandes canciones, sensación montaña rusa y video game, llanto, baile, coros, abrazos, un hombre magnético en el micrófono y un hombre magnífico en la guitarra. Un show de rock completamente nuevo, que sube al máximo todas las apuestas y deja chiquito al Voodoo Lounge de los Rolling Stones en tamaño e ideas. Es que además de la parafernalia escénica, el arsenal tecno con el que decidieron hacer biónicas sus últimas canciones sigue funcionando como una puerta de entrada a nuevos mundos, al rock del mañana que seguramente no hagan ellos. Y reclama ojos y oídos abiertos, atentos.

El Pop Súper Mercado (bajo su arco dorado de tantos metros de alto y con esa pantallaza atrás y con el limón del espacio exterior y con sus picardías, ironías y disfraces) al final tenía un muy buen producto en oferta: el conjunto de rock irlandés U2. Tal como lo resumía el crítico del The New York Times Jon Pareles hace casi un año, cuando ese Titanic rock que es el Pop Mart comenzaba a navegar: Bajo un arco dorado, sinceramente U2. De una u otra manera, nosotros te conmoveremos. Eso es lo que dicen a cada rato, con cada canción, con cada iluminación, hasta cuando callan. Y está bien... Boxeador, lo lograste.

U2-POP MART TOUR
Intérpretes: Bono, The Edge, Larry Mullen, Adam Clayton
Lugar: Estadio de River, jueves 5.
Excelente



U2 se despidió del país con otro show brillante
REUNIO A 180 MIL PERSONAS EN 3 CONCIERTOS

Los tres días de euforia de U2 concluyeron anoche cuando más de 60.000 personas aplaudieron el homenaje que la banda irlandesa hizo a las Madres de Plaza de Mayo y que sirvió de cierre definitivo para las dos horas y cuarto de un show -de una serie de shows- que quedará en la historia de los espectáculos musicales en la Argentina.

El fervor -que se repitió con la misma intensidad los tres días del concierto en River Plate: el gallinero, como insiste en llamarlo Bono, el cantante de U2- comenzó apenas pasada las 22 cuando los acordes de Misión Imposible dieron paso a los sonidos electrónicos de “Mofo”, tema que abre el PopMart.

De allí en adelante todo fue euforia, con picos emocionales puestos en los temas clásicos de la banda (“New Year's Day”, “Pride (In The Name Of Love)”, “I Still Haven't Found What I'm Looking For” y “With Or Without You”, entre otros) y un ritmo incesante que jamás decayó a lo largo del show.

La banda concluyó así una serie de conciertos que llevaron alrededor de 180 mil personas al estadio de River Plate entre el jueves y anoche, una cifra sólo superada por los cinco conciertos de los Rolling Stones, en 1995, que totalizaron 300 mil espectadores.

Lo que las 180 mil personas hallaron allí fue sorprendente. Un escenario gigantesco respaldado por una inmensa y envolvente pantalla de video de 50 x 20 metros de largo que transmitía las imágenes del concierto y las combinaba con efectos de animación, videos y juegos gráficos. Liderada por el carismático Bono -que con el correr de los días fue agregando más frases en castellano a su peculiar repertorio porteño-, la banda que integran The Edge (guitarra), Larry Mullen Jr. (batería) y Adam Clayton (bajo) entregó sendos sets que recorrieron las distintas etapas de sus 20 años de historia.
“I Will Follow”, “Mothers Of The Disappeared” y “Bullet The Blue Sky”; estuvieron los éxitos más recientes (“Even Better Than The Real Thing”, “Until The End Of The World”, “Mysterious Ways”) y varios temas de Pop, el álbum que presentan en esta gira por todo el mundo, para los que se sumaron al fenómeno U2 en la última década.

Nuevamente ayer se repitieron las rutinas del PopMart. Bono recorrió el escenario de punta a punta interpretando muchas canciones casi en el medio de la cancha (gracias a un largo pasillo); junto al guitarrista ofrecieron un breve set acústico y la banda completa descendió del limón gigante colocado en un costado del escenario, en uno de los efectos más impactantes del show.

Las conclusiones, seguramente, se sacarán con el tiempo. Por el momento, queda la sensación de haber presenciado un hecho histórico en el panorama musical rockero de la Argentina: por las dimensiones del show combinadas con una carga emotiva que no se perdió en medio del gigantismo. U2 demostró, en su paso por Buenos Aires, que sigue siendo uno de los grupos de rock más grandes -sino el más grande- de todo el mundo. Y uno de los mejores.

Fuente: Archivo digital de Clarín
Fotos:
U2Arg.com, U2Achtung.com y WillieWorld